Dip (AN) William Dávila Barrios: Rescatar política de buena vecindad y aprobar ley de fronteras

El diputado ante la AN  y candidato a la reelección, William Dávila Barrios, plantea ante el cierre de la frontera colombo-venezolana,  rescatar la política de buena vecindad, aprobar una ley orgánica de fronteras,  establecer una política monetaria que equipare el valor adquisitivo del peso con el bolívar, y,  reactivar los mecanismos de negociación diplomática, a través de las comisiones binacionales establecidas en el acta de San Pedro Alejandrino y en la declaración de Ureña, para darle una salida diplomática estructural e institucional al problema fronterizo.

Precisó William Dávila “si la reacción es por el ataque supuestamente paramilitar contra unos oficiales de la Fuerza Amada Nacional y un civil, lo cual condeno;  no olvidemos que en los años 1989 – 1990, hubo ataques de grupos irregulares  vinculados con la FARC y el Ejército de Liberación Nacional a bases defensivas militares, situación que generó la persecución en caliente”.

Esa situación fronteriza, agregó,  relacionada con delitos fronterizos, contrabando, presencia de grupos irregulares, se atacó  por la vía diplomática, para lo cual existe en Venezuela una doctrina que se creó en 1989 – 1990 con la declaración de Caracas, la declaración de Ureña y el acta de San Pedro Alejandrino, firmado por los presidentes Virgilio Barco y Carlos Andrés Pérez; creándose una comisión fronteriza binacional para resolver los asuntos relacionados con la frontera.

Eso el gobierno lo ha dejado de lado, explicó Dávila Barrios, “porque no entienden lo que es el derecho diplomático que es una rama del derecho internacional público  y dentro del derecho diplomático que establece el marco legal para actuar en términos de política exterior tenemos la negociación, donde cada una de las partes en un momento dado tiene que ceder  para resolver los problemas,  y eso lo ha descuidado por completo el gobierno venezolano”.

Aseguró que nadie gana con romper relaciones o profundizar  más las tensiones, solo los que se benefician de la crisis  pero no el pueblo, especialmente el que está en la frontera de más de 2200 km, “venezolanos que trabajan en Cúcuta, colombianos que trabajan en San Cristóbal en el día y en la noche regresan a Cúcuta,  o trabajan la semana en Mérida como profesores de la ULA, la vida de todos ellos se ha trastocado. Si bien es cierto que la OEA  por un voto de abstención de Panamá no apoyó  a Colombia, en la convocatoria de un consejo de seguridad para analizar el tema, no podemos dejar de lado que hay una realidad histórica, cultural, humana en esa frontera, que en este momento está con su cierre afectando a miles de familias colombo – venezolanas”.

Prensa William Dávila Barrios. CNP: 9.196