Inflación y desigualdad
El economista proyectó que la inflación anual alcanzará aproximadamente 300%, afectando con mayor fuerza a quienes tienen menores ingresos. Según estudios citados por Contreras, más de 11 millones de venezolanos viven con 50 dólares mensuales, mientras que más de 70% de la población económicamente activa gana alrededor de 200 dólares, y apenas 6% supera los 1.000 dólares.
Para el especialista, estos datos reflejan un aumento notable de la desigualdad social en el país.
Comercio activo, pero no hay consumo real
Contreras explicó que la aparente actividad comercial se debe a la búsqueda de oportunidades por parte de los consumidores, más que a un crecimiento del consumo. La población “va a hacer shopping de precios”, señaló, explorando ofertas y sistemas de financiamiento que han implementado varias tiendas, especialmente en el sector de electrodomésticos.
Este esquema ha permitido que 30% de la población con mayores ingresos “haya podido sustituir un aire acondicionado dañado, una nevera dañada”. Plataformas como Cashea, añadió, esperan movilizar más de 4.000 millones de dólares este año, con ganancias estimadas en 200 millones.
Crédito ausente y banca limitada
Contreras recordó que la mayoría de los sectores productivos no tiene acceso a crédito desde hace años. “Nosotros, la familia venezolana, no tenemos crédito, ni tarjetas de crédito, ni créditos al consumo, producto de un encaje legal de 73%”, afirmó.
Estas restricciones, indicó, impiden que la banca dinámica préstamos y que la economía se reactive. En contraste, plataformas financieras alternativas superan los 4.000 millones de dólares en colocaciones, mientras que la banca tradicional mantiene unos 1.500 millones.
“En ese contraste, la banca tiene unos 1.500 millones de dólares en préstamos colocados pero Cashea tiene 4.000 millones, prácticamente 2.5 veces más que todo el sistema financiero tradicional”, explicó.
Dependencia del sector primario y desequilibrios
El economista subrayó que Venezuela sigue atrapada en una economía basada en el sector primario, lo que limita la industrialización y el desarrollo. Señaló que este fenómeno se conoce como “la enfermedad holandesa” o “la maldición de los recursos naturales”.
Además, las fallas en servicios básicos, como la electricidad, dificultan el crecimiento del sector manufacturero, mientras que el comercio y los servicios se concentran en productos importados, aumentando la demanda de divisas.
“Eso hace la sed de divisas sea mayor”, puntualizó. A su vez, indicó que Venezuela aún no participa en áreas tecnológicas dominadas por Estados Unidos y China, vinculadas al desarrollo digital e inteligencia artificial.
Reformas urgentes para 2026
Para el economista, el país requiere cambios estructurales inmediatos. Planteó dos medidas clave: liberar los salarios y flexibilizar el encaje legal. Propuso “eliminar esa gaceta oficial de 130 bolívares y dejar que el libre mercado fije los salarios” y “eliminar el encaje legal de 73% y bajarlo a 5%, 7% u 8%”.
Contreras aseguró que estas reformas permitirían que “la banca empiece a prestar dinero” y reactivar sectores estratégicos como la construcción, que considera “el gran generador de empleo y el gran motor de la economía”.
15-12-2025





