Desde mi oficina en el Centro de Investigaciones y Desarrollo Empresarial (CIDE) de la ilustre Universidad de Los Andes, en Mérida, contemplo no solo el majestuoso Pico Bolívar, sino también la realidad económica que atraviesa nuestro país. Soy Jorge Luis Carnevali García, profesor universitario en el área de Finanzas Corporativas y Mercado de Capitales, y, además, asesor de empresas. A lo largo de mi carrera, he sido testigo de la resiliencia del venezolano. Recuerdo una conversación con el Licenciado Luis Miguel Angulo, en su necio ubicado en la ciudad de Mérida, quien me dijo: «Profesor, la situación está dura, pero uno aprende a ‘navegar’ la crisis». Esa capacidad de adaptación, presente en cada rincón de Venezuela, es la que me impulsa a compartir este mensaje.
Educación Financiera: Más que Números, un Imperativo Nacional
La educación financiera, en su esencia, es la capacidad de comprender y gestionar el dinero de manera efectiva. Es un conocimiento que trasciende las aulas y se convierte en una herramienta vital para la toma de decisiones cotidianas. En Venezuela, con una crisis económica prolongada y compleja, la educación financiera deja de ser una opción para convertirse en una necesidad urgente para todos los ciudadanos, sin importar su región o condición socioeconómica.
La crisis venezolana, que se manifiesta de maneras diversas en cada rincón del país, comparte características comunes: una inflación que pulveriza el bolívar, una devaluación constante, baja oferta de divisas que limitan su acceso por la vía oficial, servicios básicos deficientes, y una dolarización de facto que, si bien ofrece un respiro temporal, también genera desigualdades y complejidades adicionales. Este panorama exige un conocimiento profundo de las dinámicas económicas y financieras para proteger el patrimonio y buscar la prosperidad.
Beneficios Concretos de la Educación Financiera: Un Escudo para Todos los Venezolanos
Con la perspectiva de un académico y asesor empresarial que ha estudiado a fondo la crisis, pero con la empatía de un venezolano que la vive a diario, permítanme enumerar los beneficios tangibles de la educación financiera:
- Preservación del Valor: No se trata solo de «ahorrar», sino de proteger el poder adquisitivo de nuestros ingresos, sea cual sea su origen. Aprender sobre estrategias de diversificación, instrumentos financieros (accesibles para cada nivel socioeconómico) y activos refugio (dentro de nuestras posibilidades) es fundamental.
- Consumo Consciente y Estratégico: En un entorno inflacionario, cada bolívar (o dólar) cuenta. La educación financiera nos enseña a priorizar gastos, a evitar el consumismo impulsivo y a buscar alternativas creativas para satisfacer nuestras necesidades.
- Endeudamiento Inteligente (o su Prevención): La crisis puede llevarnos a tomar decisiones financieras desesperadas. La educación financiera nos ayuda a evaluar los riesgos del endeudamiento, a entender las implicaciones de las tasas de interés (especialmente en divisas) y a evitar caer en trampas financieras.
- Emprendimiento con Visión: Venezuela es un país de emprendedores resilientes. La educación financiera nos brinda las herramientas para planificar, gestionar y hacer crecer nuestros negocios, incluso en tiempos difíciles.
- Planificación para el Futuro (a pesar de la Incertidumbre): Aunque el futuro sea incierto, la educación financiera nos permite establecer metas realistas, adaptadas a nuestro contexto personal y familiar, y trazar un camino para alcanzarlas.
Estrategias Prácticas: Herramientas para la Resiliencia en Toda Venezuela
- Redes de Solidaridad y Apoyo Mutuo: Fomentar la economía colaborativa, el trueque, las compras grupales y otras formas de intercambio. La solidaridad es un valor fundamental en la cultura venezolana y una herramienta poderosa en tiempos de crisis.
- Uso Estratégico de Divisas y Criptoactivos: Si se tiene acceso a divisas o criptomonedas, es crucial comprender su funcionamiento, sus riesgos y sus potenciales beneficios. La información y la prudencia son claves.
- Presupuesto Detallado y Adaptativo: Llevar un registro minucioso de ingresos y gastos, y ajustarlo constantemente a la realidad cambiante. Existen herramientas digitales (aplicaciones móviles, hojas de cálculo) que pueden facilitar esta tarea.
- Inversión en conocimiento: invertir en capacitación para desarrollar nuevas habilidades y obtener conocimiento en finanzas
Recursos y Apoyo: Un Ecosistema de Esperanza en Venezuela
- Universidades y Centros de Investigación: A pesar de las limitaciones, las universidades venezolanas, como nuestra ULA, siguen siendo fuentes de conocimiento. Investigar si hay programas de extensión, talleres o recursos online relacionados con finanzas personales.
- Organizaciones de Emprendedores: Contactar con gremios, cámaras de comercio y organizaciones de apoyo a emprendedores en cada región. El intercambio de experiencias y conocimientos puede ser invaluable.
- Iniciativas Grupales y ONGs: Explorar si existen organizaciones locales que ofrezcan asesoría financiera, capacitación o microcréditos.
- Fuentes de Información Confiables: Buscar información en medios de comunicación serios y responsables, y en canales de YouTube de economistas venezolanos reconocidos (evitar las falsas promesas de enriquecimiento rápido).
La crisis económica venezolana es, sin duda, un desafío monumental. Pero como profesor universitario, asesor de empresas y, sobre todo, como venezolano, he sido testigo de la inquebrantable capacidad de adaptación y resiliencia de nuestro gentilicio. La educación financiera no es una solución mágica, pero sí una herramienta poderosa, un conocimiento que nos empodera. Los invito a abrazarla, a compartirla, a hacerla parte de nuestra cultura. Juntos, con sabiduría, trabajo y esperanza, podemos construir un futuro más próspero para nuestra amada Venezuela.
Atentamente,
Prof. Jorge Luis Carnevali García
Licenciado en Administración
M.Sc..en Administración Mención Finanzas
Profesor de Finanzas Corporativas y Mercado de Capitales (ULA-CIDE)
Asesor Empresarial
Profesor invitado IIES-ULA
23-03-2025