La ciudad de Ejido, Municipio Campo Elías, del Estado Bolivariano de Mérida, día tras día y semana a semana resulta afectada ante las constantes y permanentes fallas en el servicio eléctrico que se registran con una duración aproximada de dos horas, dos horas y media, y a veces por qué no decirlo hasta más. En promedio, la población Ejidense pasa a la semana catorce horas sin luz. Ante la carencia de electricidad la sociedad se paraliza, entra en un letargo; se percibe silencios y en medio de esos, sentimientos de inconformidad por la situación que ya no es cosa nueva, es más, algunos habitantes hasta parecen acostumbrados a esta “normalidad”.
Lo jocoso del tema, es que en ocasiones cuando restablecen el flujo de electricidad se presenta pequeños cortes, da la impresión de estar ante las titilantes luces de uno de esos clubes nocturnos, y parece que son las autoridades con competencia en la materia las que gozan su puyero, mientras que el resto de la población tiene que pagar las consecuencias ante la desidia gubernamental y la irresponsabilidad de los funcionarios y funcionarias de la empresa Corpoelec, por no tener información clara y precisa que explique el por qué de la situación, ni se cuenta con una programación para que los habitantes tomen sus medidas preventivas y de organización. Por cierto, el Ejecutivo Municipal, de vez en cuando también tiene su cuota de responsabilidad con fiestecitas donde se da el lujo de contratar e instalar una planta de sonido y una miniteca para recreación suya y de algunos ciudadanos. Y para eso si hay flujo eléctrico ¿Qué tal?
Ejido víctima de un mal conocido, ya que las actividades trascendentales para el desarrollo del Municipio se ven en jaque. Por ejemplo, el sector comercial o empresarial se ve mermado en el proceso de producción y las transacciones comerciales; el sector sanitario, particularmente, los centros de salud médica tienen limitaciones para atender de manera oportuna y eficaz la demanda de pacientes. A esta realidad, no escapa la educación que se ve afectada debido a que los estudiantes, ante la carencia de internet, por falta de electricidad no pueden desarrollar sus actividades, esenciales para formar y capacitar a los futuros profesionales del país.
Para concluir, esta latente y progresiva crisis eléctrica no es ajena a otros Estados del país. Desde hace quince (15) años los venezolanos han sido testigos de múltiples irregularidades en el sistema eléctrico, se ha formulado las más disimiles teorías para intentar explicar el por qué de los regulares cortes y apagones. ¿Se ha manipulado la información? sí; ¿se ha mentido?, también; ¿se han presentado fenómenos climatológicos que han generado que la situación se acreciente?, es un hecho público notorio y comunicacional; ¿Falta mantenimiento a todas las plantas y represas del sistema eléctrico venezolano? Sí ¿el Gobierno Nacional no ha brindado una respuesta oportuna que permita solucionar la situación porque es algo que se le escapó de las manos?, eso es evidente. Entonces, teniendo esto en cuenta, se podría decir que hace falta que todos los sectores del país se sinceren, se aboquen y dejen de hacer politiquería con este problema.
Carlos Eduardo León Domínguez, practicante U.N.I.C.A.
27/05/2023.