El Big Ben Deportivo: Cosechando los fracasos del despilfarro

2015-Kazan

Por Andrés E. Mora M…

“¿Cómo encontraste a tu mamá?”. “¿Cómo está ʻtataʼ?”. “¿Y qué tal la abuela?”. Son algunas de las interrogantes que le llueven simultáneamente a Ingenuo Sinduda al retornar a casa luego del viaje que hiciese a la capital para estar junto a su mamá en la celebración de los 93 años de esta insigne caraqueña que – dicho sea de paso – lo parió un día como ese hace ya más de cinco décadas.

“Hijo, ¡ahora es cuando le ronca el motor a esa abuela tuya!”, le manifiesta Ingenuo a su hijo antes de abrazarlo fraternalmente. “Un motor como ese es el que necesita el Lotus de Maldonado”, se ríe Incrédulo orgulloso de la vitalidad de la señora madre de su padre. Ícono indiscutible de la época dorada de la educación media en Venezuela, aquella enseñanza de calidad certificada que contrasta amargamente con la caricaturesca instrucción que se imparte en los liceos en estos tiempos de decadencia revolucionaria.

“Por supuesto que siempre pega la ausencia de los muchachos. Sin embargo ella, con su proverbial lucidez, siempre ha sido una defensora a ultranza de la decisión tomada por los hijos de sus hijos”, le comenta Ingenuo a Incredulina– su compañera de siempre –mientras busca sus labios para estamparle un efusivo beso.

Se refiere Sinduda al segundo año en que su madre celebra el cumpleaños rodeada sólo por sus hijos ya que, excepto Incrédulo y su familia que viven en Mérida, todos sus nietos – incluyendo otros dos casados y los pequeños hijos de estos – son parte de la enorme diáspora de talento venezolano, joven e invaluable, que busca labrarse un futuro en tierras extrañas producto de la rapaz ʻmarearojaʼ de los últimos 16 años que ha destruido el país y ha hecho añicos el sueño de la gran mayoría de sus ciudadanos.

“Amor ¿te alcanzó el poco efectivo que llevabas para llegar a Maiquetía?”, pregunta Incredulina conociendo la pesadilla que significó para su marido la búsqueda infructuosa de efectivo en los cajeros de la capital emeritense durante el fin de semana previo a su partida.

“Estuve a punto de salir ileso de eso pero el inesperado aumento de la tasa de salida a 150 bolívares desde el 1ero de agosto me produjo un déficit de 30 bolívares”, contestaSinduda.

“¿Aumento?”, pregunta la sorprendida mujer. “La Gaceta Oficial Nº 40.608 del 25/2/2015 al establecer la Unidad Tributaria en Bs. 150 fija la tasa de salida – que equivale a 0.8 UT – en 120 bolívares para los próximos 12 meses ¿Cómo la aumentan de nuevo entonces?”, cuestiona Incredulina.

“Mi vida no tengo idea del argumento usado para incrementar la tasa de salida justamente al inicio de la temporada alta, pero lo que sí te puedo decir es que el pasado año ocurrió exactamente lo mismo para esta época”, contesta Sinduda.“¡Qué abuso!”, dice ella crispada.

“Pero volviendo a los susodichos 30 bolívares, gracias a que una humilde señora me los dio pude completar la tasa ya que los cajeros del aeropuerto estaban vacíos”, ruborizado aun por la pena Ingenuo le confiesa en voz baja el episodio a su mujer. “Ya en Maiquetía pude sacar dinero de un cajero pero después de calarme ʻLA COLAʼ, esa grotesca expresión callejera que se encuentra por doquier y que simboliza el rotundo fracaso del desgobierno chavista”, finaliza Sinduda el desagradable relato.

“¡Bueno papá hoy es sábado! Acuérdate que estamos en mora con nuestra acostumbrada tertulia deportiva sabatina. Ya han pasado algunas semanas desde la última que sostuvimos”, Incrédulo afablemente increpa a su padre. “Eso es verdad hijo”, dice Ingenuo mientras asienta con la cabeza. “La más reciente fue el sábado 18 de julio, octavo día de competencias en Toronto 2015 cuando ya se vislumbraba que la actuación de Venezuela estaría muy por debajo de su modesto desempeño en Guadalajara 2011 y que Colombia nos arrollaría”, acota el profesor jubilado de la ULA mientras bebe un sorbo de una Polar negra bien fría, la tradicional cerveza venezolana de botella ámbar que – aunque usted amigo lector no lo crea – también estuvo en peligro de extinción por las erráticas políticas económicas del gobierno nacional.

“¡Eso es correcto! Porque las siguientes dos semanas estuve en Tovar con Brasilia y tu nuera”, señala Incrédulo. “Por coincidencia esos días nos visitó el entrañable Pablo Pinzón Montoya,ʻelppmʼ. ¿Te acuerdas de él?”, pregunta Sinduda padre. “¡Claro! Ese es el colombiano jodedor que conocimos en Bristol cuando ambos sacaban sus respectivos PhD”, contesta Incrédulo. “¡Exactamente! Él nos explicó de manera detallada – el sábado 25 de julio – el exitoso plan estratégico que le cambió la cara al olimpismo cafetero”, explica brevemente Ingenuo.

“Lo cierto del caso es que el deporte venezolano de alta competencia ha sido evaluado – en poco más de un mes – en tres importantes eventos internacionales”, señala Ingenuo.“Aunque el tercer test –Parapanamericanos Toronto 2015 – apenas finaliza hoy”, añade el papá. “Sin embargo con los resultados– bastante menos que discretos – obtenidos en las dos competiciones ya finalizadas no queda duda que nuestro deporte elite experimenta un retroceso escandaloso”, opina Incrédulo.

“¡Así es! Supongo que debe ser motivo de profunda preocupación y reflexión en las altas esferas del olimpismo nacional que a estas alturas–ya finalizados los Panamericanos Toronto 2015 y el Mundial de Natación Kazán 2015 – sólo 14 atletas sean los poseedores de boleto para Río 2016”, señala Ingenuo.

“Lo de la natación es alarmante. Luego de su deslucida actuación en la ciudad canadiense, su desempeño en suelo ruso no mejoró. De hecho sólo nuestra más cotizada sirena, Andreina Pinto, estuvo cerca de clasificar a una final cuando finalizó 12da en las eliminatorias de los 800 m libre. Prueba que por cierto fue ganada por la estadounidense KatieLedecky– la estrella indiscutida de esta justa – quien imponiendo su segundo record mundial obtuvo su quinta presea dorada”, detalla Incrédulo.

“Sólo dos de nuestros nadadores mejoraron sus registros personales. Uno de ellos fue Isabella Páez quien al parar los cronos en 1:00,58 en los 100 m mariposa fue la única en implantar un nuevo registro nacional por aquellos parajes, al bajar en 21 centésimas la marca anterior. Llegó en el puesto 35. El otro fue Cristian Quintero quien mejoró su marca personal en 1,55 segundos al dejar 3:50,89 en la prueba de 400 m libres y finalizar en la posición 17. Hay que destacar también la actuación de Erwin Maldonado – 5to en aguas abiertas (25 Km) – el único en sumar puntos (10) por la causa criolla”, indica Sinduda hijo.

“Pero se estuvo lejos de alcanzar el objetivo que buscaba la federación con este evento, incrementar el número de clasificados para la magna cita del año próximo. Así que Andreina Pinto y Cristian Quintero siguen siendo los únicos con boleto para competir en la pileta de Río 2016”, agrega Incrédulo.

“Toronto y Kazánson los nuevos fracasos que este régimen de más de 16 años continúa cosechando después de sembrar de improvisación y despilfarro las fértiles tierras del olimpismo nacional y desatender el semillero que representa el vasto y pujante talento criollo”, expresa con desazón un desconcertado Ingenuo.

“Cosechando los fracasos del despilfarro”, resume Incrédulo.

“¡En eso estamos desde hace rato!”, exclama Incredulina.

(٭) Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo
aemora@gmail.com, @amoramarquez