Por: Andrés E. Mora M…
“Compadre, ¿cuándo es que te reincorporas a Petrobras?”, le pregunta Ingenuo Sinduda a Benefactorino Montiel, el ingeniero maracucho que disfruta –como premio a su incomparable productividad– de una licencia especial de la petrolera estatal brasileña para que –de inicio a fin y en el lugar de los acontecimientos– disfrute de la edición 2015 de la Copa América que hoy baja el telón en el elongado territorio chileno.
“¡Qué molleja! Ya el lunes a primera hora debo estar instalado en mi oficina, el tiempo pasó volando”, responde Benefactorino. “A Dios gracia la final es hoy sábado 4 de julio –por cierto día del cumpleaños de Gregorino, mi hermano mayor. Vos lo conocéis ¿no? Y asienta con la cabeza Sinduda– y que el vuelo directo a Rio, mañana domingo, sale a las 6:00 pm. Eso me brinda la oportunidad de vivir a plenitud la final en sus tres etapas –pre, durante y postpartido– y de paso poder dormir una verguita más sin sacrificar el tiempo del que dispondré para ordenar el mondonguero que tengo en la habitación y para arreglar mis macundales en la busaca”, dice con alivio Montiel quien a través de su Smartphone conversa con Ingenuo desde las afueras del Estadio Nacional de Santiago –el emblemático lugar de memorables batallas futbolísticas y morada de las más demoledoras memorias de la dantesca dictadura pinochetista– sede del desafío definitorio del torneo entre estos dos vecinos que comparten la tercera frontera terrestre más larga del mundo con una extensión de 5.308 km a lo largo de la Cordillera de los Andes.
“Compadre que privilegio el suyo de tener la oportunidad de asistir al estadio para disfrutar de la gran final”, le dice un orgulloso Ingenuo a Benefactorino. “¡Hermanazo! Serás testigo presencial del duelo que, por el título, enfrentará a las dos mejores selecciones del torneo. ʻLa Rojaʼ cuyo rendimiento ha sido el más parejo durante toda la competición y la ʻalbicelesteʼ que ha logrado ir –y de qué manera– de menos a más”, complementa su comentario –al otro lado del teléfono inteligente y desde Venezuela, su país de reclusión– un Sinduda emocionado.
“¡Vergeishion!”, exclama Montiel dándole rienda suelta a la versión anglosajona de la palabra más usada y versátil del maracucho. “¿Sabéis algo? No lo había pensado ¡Vos tenéis razón! Es un gran privilegio estar aquí”, coincide finalmente el marabino con el de la Parroquia Santa Rosalía de Caracas que tiene años viviendo en Mérida y que –desde hace ya casi cuatro– es personal docente jubilado de la ULA.
“No cabe dudas que será un interesante enfrentamiento entre dos oncenas que tienen hambre de gloria. Por un lado encontráis la chilena que –con el grupo vergatario de jugadores de la talla de Claudio Bravo, Arturo Vidal, Jorge Valdivia, Gary Medel, Charles Aránguiz y Marcelo Díaz– buscará hacerse de su primera Copa América ya que como vos sabéis este trofeo le fue esquivo en cuatro finales previas. Mientras que en el otro lado tenéis a la que –sin discusión– es la mejor plantilla del torneo y que demostró ensu último encuentro ante Paraguay haber alcanzado el nivel y contundencia esperado por todos”, señala Benefactorino
“Es muy acertado tu comentario compadre”, interviene Ingenuo. “El deseo de la ʻalbicelesteʼ de ganar un título luego de 21 años y del mejor jugador del mundo –Lionel Messi– de coronarse por primera vez con la selección absoluta de su país tendrá como duro escollo a una aguerrida ʻrojaʼ que le juega de igual a igual a cualquier rival y que sus jugadores no se amilanan ante nada ni nadie tal y como lo demostraron en el Mundial de Brasil y –cuando más jóvenes– en Canadá 2007”, expone Sinduda.
“Por lo que mostraron a lo largo del campeonato pienso que tanto Argentina como Chile buscaran hacerse de la posesión del balón recurriendo al fantástico y talentoso medio campo que ambas selecciones poseen. La escuadra que logre imponerse en esa disputa finalizará, muy probablemente, con la copa en alto”, opina un Ingenuo convencido.
“Vos estáis en lo cierto en cuanto a la disputa por la posesión del balón. Sin embargo debido a que los dos equipos presionan mucho, el partido corre el riesgo de romperse y de volverse de ida y vuelta. Bajo esas circunstancias y como consecuencia de los espacios que usualmente la ʻrojaʼ deja atrás, la delantera argentina pudiera verse más beneficiada ante la defensa de Chile que lo que pudiera verse la delantera chilena ante la defensa Argentina”, considera Montiel.
“De lo que estoy convencido es que esta inédita final será disputada con argumentos futbolísticos de calidad y que –por lo tanto– nos deparará un espectáculo de altísima calidad propio de dos grandes protagonistas”, expresa un confiado Sinduda. “Para nada se comparará a la goleada que sufriera, a principios de esta semana, la delegación venezolana ante el Comité de los Derechos Humanos de la ONU”, complementa su reflexión Ingenuo.
“¡A la verga! ¡Mirá, ni me enteré! ¿Qué juego fue ese?”, pregunta un extrañado y confundido Benefactorino.
“Lo digo de manera metafórica”, se ríe Sinduda. “Compadre, con tu receso de algo más de dos semanas en tierras australes, te desconectaste de lo que pasa en el terruño que te vio nacer y del que, obligado por el autoritarismo salvaje, tuviste que salir hace algo más de 13 años”, explica Ingenuo. “Por esa razón no has tenido la posibilidad de monitorear a nuestro país como sueles hacerlo desde tu tierra adoptiva, Brasil”, justica Sinduda el desconocimiento de Montiel.
“El asunto es que una delegación del más alto nivel del Estado Venezolano –encabezada por la Fiscal General, Luisa Ortega Díaz– asistió a Ginebra para someterse, entre los días 29 y 30 de junio, a la evaluación que sobre el cumplimiento del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos por el Estado venezolano haría el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas”, inicia Ingenuo su explicación. “Sin embargo, su actuación fue –cuando menos– muy deslucida por mantener una actitud defensiva y no responder al fondo de muchas inquietudes”, señala Sinduda.
“¡Qué molleja! Entonces fue una actuación mucho menos que modesta, algo así como el arbitraje de la Copa América 2015”, sentencia el maracucho.
“Para mí fue una escandalosa goleada auto infligida”, opina Ingenuo.
“¿A qué te referís?, pregunta Montiel
“A que hubo muchos autogoles. Por ejemplo, la Fiscal General afirmó tener pruebas de que la Juez María Lourdes Afiuni desmintió ʻde su puño y letraʼ las denuncias de violación y agresiones sexuales en su contra. Sin embargo simplemente se limitó a circular entre los expertos copia de una de las actas de visita de fiscales a la Juez durante su encarcelamiento en el INOF, que sólo describe las condiciones de la celda y del área de reclusión”, indica Ingenuo.
“Eso fue toda una obra maestra, lo que pudiéramos denominar un autogolazo. Y como esa joya hubo muchas más”, dice Ingenuo. “Lo bueno de tan desacertada actuación es que servirá para que la ONU –de primera mano– compruebe como se manejan los altos funcionarios de esta nación”, Sinduda finaliza.
(٭) Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo
aemora@gmail.com, @amoramarquez