El Big Ben Deportivo: De los Héroes del 41 al villano tóxico de 2019

Por Andrés E. Mora M…

Octubre es sinónimo de béisbol para el venezolano. Lo es por ser el mes en que tradicionalmente se canta el «play ball» del campeonato de la pelota criolla. Aunque en esta oportunidad, debido a una serie de circunstancias, la temporada 2019-20 de la LVBP arrancará el 5 de noviembre con un calendario reducido a 42 juegos por equipo.

Lo es, también, por ser el mes de la Serie Mundial, el magno evento del béisbol organizado en el que se define el campeón supremo de las Grandes Ligas al enfrentarse, al mejor de siete encuentros, los monarcas de ambas ligas, Nacional y Americana, cuyos campeones, dicho sea de paso, también son dirimidos en este mes, y en donde la presencia criolla, en el denominado «Clásico de Octubre», es una fija. Este año no podía ser la excepción, por supuesto, y la delegación cuenta con ocho paisanos, seis peloteros y dos «coaches», distribuidos en ambos equipos. En los Nacionales de Washington, ciudad que esperó 86 años desde la última vez que fue sede de un juego de Serie Mundial y que ante la sorpresa de la mayoría está dominando la final, se encuentran: el lanzador abridor Aníbal Sánchez (quien lanzó anoche), el «infielder» Asdrúbal Cabrera, el jardinero Gerardo Parra, y el «coach de bullpen» Henry Blanco. Sus contrincantes, los Astros de Houston, quienes llegan a su segunda Serie Mundial en las últimas tres temporadas, cuentan con el segunda base José Altuve, flamante MVP de la Serie de Campeonato de la Liga Americana, el receptor Robinson Chirinos, el relevista  Héctor Rondón y el coach Javier Bracamonte.   

Pero por sobre todas las cosas, octubre es sinónimo de béisbol para el venezolano común, para el ciudadano de a pié, para todos nosotros, desde la hazaña alcanzada por aquellos inolvidables beisbolistas que luego serían bautizados como los «Héroes del 41», quienes le darían a Venezuela “su primer cetro universal en cualquier especialidad deportiva”, como bien lo expresó Ignacio Serrano en su estupenda columna dedicada a ese logro. De tal manera que a partir del 22 de octubre de 1941, el béisbol se convertiría en el pasatiempo preferido en nuestro país. Ese inolvidable día, con escore de 3-1, los nuestros batirían por segunda ocasión a la oncena cubana en el Campeonato Mundial de Beisbol celebrado en La Habana para llevarse el título, teniendo a Daniel «Chino» Canónico en plan estelar desde la lomita.

Pero el tiempo pasa y las cosas cambian. El pasado martes, al cumplirse 78 años de tan importante acontecimiento deportivo, Venezuela y Cuba, cuyas selecciones nacionales, como vimos, fueron las protagonistas del duelo en aquel entonces, vuelven a ser noticia, pero no una buena, al encontrarse en el «ojo del huracán» sus gobiernos – definidos como regímenes autoritarios, lo cual para nadie puede ser una sorpresa, de acuerdo al índice de democracia 2018, clasificación hecha por la Unidad de Inteligencia de «The Economist», en el que se le asigna el puesto 134, entre 167 naciones, al usurpador venezolano con 3.16 puntos, de 10 posibles, y a Cuba el 140 con 3.00 de puntaje – al ser involucrados en las violentas protestas ocurridas en Ecuador y, más recientemente, en Chile a raíz de decisiones tomadas en el seno de los poderes ejecutivos que encabezan Lenin Moreno y Sebastián Piñera, respectivamente. Si en 1941 Cuba y Venezuela fueron adversarios en la arena deportiva al disputarse una corona mundial, en el 2019, convertidos en socios sus gobiernos dictatoriales, son señalados como regímenes tóxicos que buscan desestabilizar Latinoamérica – una región en donde el Índice de Democracia es de 6.24, el tercero más elevado del mundo, solo por debajo de América del Norte y Europa Occidental, a pesar del pobre desempeño democrático de ellos dos – con el objetivo de desactivar el «Grupo de Lima», acérrimo crítico de la pesadilla roja-rojita venezolana.

No extraña, entonces, lo expresado por Diosdado a su llegada al país – “Lo que hemos visto es apenas la brisita, lo que viene ahora es un huracán” – después de su visita a Rusia, el viaje más reciente de quien se ha convertido en una suerte de usurpador del canciller usurpador estrechando lazos con regímenes afines con su visión, como el de Corea del Norte, huésped vitalicio de la casilla 167 del referido índice con 1.06 puntos. 

Mucho menos debe extrañar lo dicho por el usurpador: “El plan va perfecto, ustedes me entienden. Todas las metas que nos hemos puesto en el Foro de Sao Paulo se han realizado. Así debemos seguir”.  Para luego, con el mayor cinismo, añadir: “Toda mi solidaridad con el noble pueblo chileno, quienes se encuentran en resistencia contra las criminales políticas neoliberales implementadas por el capitalismo. Abogo por el cese de la violencia y la brutal represión que vulnera los DD.HH. de la población ¡Un Abrazo Chile!”, obviando el hecho de que en sus seis años en Miraflores un total de 276 personas fallecieron en el contexto de protestas, más de tres veces el número de muertes registrado en los 21 años anteriores a su llegada al poder. Pero, obviando también, la protesta del pueblo boliviano por el grotesco robo de Evo Morales – o intento de robo, ya que al momento de salir esta columna aún no existía un resultado oficial – en las elecciones presidenciales de esa nación. ¡No podía ser de otra manera viniendo de otro «insigne forista»!

La involución de nuestra nación es evidente, pasamos de los «Héroes del 41» que dejaron muy el alto nuestro gentilicio, al régimen usurpador de 2019, el villano tóxico de la región, que nos avergüenza.  

(٭) Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo

      aemora@gmail.com, @amoramarquez