El Big Ben Deportivo: El usurpador ante el VAR

Por: Andrés E. Mora M…

El usurpador debió sentir un enorme alivio – el mismo que sintió, seguramente, el equipo de los Astros de Houston al jugar con los estadios vacíos esta temporada y no enfrentar el rechazo de la fanaticada por su actitud antideportiva y poca ética en el caso del «robo de señas» – al dirigirse a la Asamblea General de la ONU vía telemática el miércoles 23-S, apenas una semana después de conocerse el informe de la Misión de Determinación de los Hechos de esa misma organización que escandalizó al mundo y lo responsabiliza por crímenes de lesa humanidad.

Pero, así como en el beisbol «nadie corre más rápido que la pelota», y quien ose desafiar esa máxima está predestinado a «ser puesto out » en la base extra que intente alcanzar, en la política no hay nada más lento que la diplomacia. De ahí que a un individuo con tan graves señalamientos se le permita el derecho de palabra en las Naciones Unidas y a su régimen genocida continuar ocupando una silla en la Comisión de los Derechos Humanos de este organismo.

Así las cosas, quien encabeza la «Peste», esa terrible plaga que con su insaciable corrupción arruinó el país al dilapidar más de un billón de dólares provenientes, entre otras fuentes, de la venta del petróleo que ahora ya no se produce debido al colapso de esa industria por falta de inversiones y que ha dejado sin gasolina al país, el responsable del mayor ecocidio jamás perpetrado por estas latitudes, uno de los personajes que “ordenó o contribuyó a la comisión de los delitos presentados” en el escalofriante informe y el que además ha usado el hambre como extorsión, instrumento de discriminación y control social a través del inefable carnet de la patria y los CLAP, tiene la cachaza de hacerse pasar por estadista para proponer en su intervención – «creyéndose la mamá de Tarzán» y «como si no partiera un plato» – “la creación de un fondo público rotatorio para garantizar acceso a alimentos y productos de salud financiados con recursos públicos. Ello permitirá evitar la discriminación y el bloqueo”. “¡Cosas veredes, amigo Sancho!”, diría Don Quijote. “¡Vergación, vos creéis que el resto del mundo es pendejo!”, le habría dicho nuestro buen amigo maracucho, Benefactorino Montiel.

Ante la arrogancia y caradurismo del personaje en cuestión, acostumbrado a actuar con impunidad refugiándose en el principio de la no intervención, consagrado en el art. 2 de la Carta de la Naciones Unidas, y con el devastador informe como respaldo – en el cual se “señala por primera vez en nuestra historia responsabilidades individuales sobre graves violaciones de derechos humanos cometidos por el Gobierno venezolano (…) y precisa los nombres de los responsables: Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Néstor Reverol, Vladimir Padrino López, a los jefes de los servicios de inteligencia y otro 45 funcionario del régimen venezolano”, tal y como reseñó Nelson Bocaranda – el Presidente Interino pidió a la ONU estudie activar el R2P, el principio de responsabilidad para proteger a los venezolanos.

“Demasiadas veces la diplomacia ha llegado tarde o no ha llegado, hoy les pido que ayudan al Gobierno legítimo, que ayuden a salvar a Venezuela”, fue la sentida petición del Presidente (E) Juan Guaidó hecha durante su participación, virtual también y posterior a la del usurpador, ante los delegados de la 75 Asamblea General de la ONU.  

Recordemos que el R2P es el mecanismo aprobado por consenso por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 14-01-2009 y su ámbito de aplicación se limita a casos de genocidio, crímenes de guerra, limpieza étnica y crímenes contra la humanidad. La premisa sobre la que se sustenta se basa en que tanto la comunidad internacional como cada Estado, son responsables del bienestar de la población ya que el respeto a los DDHH es un valor superior y ningún Estado puede escudarse en el principio de no intervención para violar sistemática y extensamente los Derechos Humanos.

De tal manera que el R2P pudiera considerarse una suerte de VAR que después de ver y analizar desde todos los ángulos las evidencias presentadas, pudiera decidir si la actuación del infractor amerita «tarjeta roja directa», lo que implicaría su «expulsión inmediata del partido», y hasta una suspensión de por vida.      

La impresentable actuación del usurpador, y su flagrante violación de los DDHH, está siendo revisada al detalle por al VAR. Entretanto, el Caracas FC sueña con los octavos de final de la Copa Conmebol Libertadores luego de vencer 2-1 al Club Libertad de Paraguay y ascender al segundo escaño del grupo H. Mientras, todo el país percibe, siente, respira un triunfo definitivo de la Libertad en Venezuela, mucho más temprano que tarde.      

Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo        

     aemora@gmail.com, @amoramarquez