Por Andrés E. Mora M…
Luego de una pausa de algo más de un año – 413 días, para ser precisos – y que implicó una profunda reflexión, El Big Ben Deportivo vuelve por sus fueros. Aunque, ciertamente, “la masa no está pa’ bollos”… Comencemos…
Hoy empiezan las Series Divisionales de las Grandes Ligas y, tras un boleto para la Serie Mundial, se encuentran en liza dos de los cinco equipos que nunca la han ganado: Cerveceros de Milwaukee y Marineros de Seattle.
El equipo de Milwaukee, que este año tuvo el mejor récord de las mayores con foja de 97-85, en 1982 – cuando la franquicia aún estaba en la Liga Americana – dijo presente, pero cayó en siete juegos ante los Cardenales de San Luis. Los Marineros, por su parte, nunca han arribado al “Clásico de octubre” a pesar de que en 2001 establecieron un récord, todavía vigente, de 116 victorias. Esa temporada cayeron en cinco juegos ante los Yankees en la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
Los Padres de San Diego, protagonistas en dos ocasiones de la Serie Mundial – en 1984 cayeron 4-1 ante los Tigres de Detroit y en 1998 fueron barridos por los indetenibles Yankees, club que ese año ganó 114 juegos – es otro de los equipos que nunca han ganado un “Clásico de Otoño” y que este año estuvo presente al inicio de la postemporada, en la Serie del Comodín, de la cual no pudo trascender al caer en tres juegos ante los Cachorros de Chicago
Los Rays de Tampa Bay y los Rockies de Colorado, dos de los equipos más bisoños de la MLB, el primero producto de la última expansión en el “big show (1998) y el segundo nacido de la penúltima (1993), son los otros dos clubes que nunca han ganado una Serie Mundial, aunque ambos han participado. Tampa Bay dos veces, cayendo en 2008 ante los Filis de Filadelfia en 5 juegos y en 2020 ante los Dodgers de Los Ángeles en 6 encuentros, mientras que los Rockies fueron barridos por los Medias Rojas de Boston en 2007.
El equipo rocoso – el mismo con el que Andrés Galarraga, “el gran gato”, ganó el título de bateo en 1993 y que junto a Vinicio “Vinnie” Castilla y Dante Bichette, jonroneros connotados todos, conformaron a los temibles “bombarderos de la calle Blake”, grupo al que se le incorporaría posteriormente Larry Walker – solo ha podido ganar un encuentro de postemporada en sus tres apariciones en los playoffs (2009, 2017 y 2018) luego de su comparecencia a la Serie Mundial de 2007. De hecho, desde ese año únicamente en cuatro ocasiones ha finalizado la temporada con más victorias que derrotas y a partir de 2019 ha finalizado con saldo negativo – teniendo en ese lapso una foja de 402- 629 – con los últimos tres años perdiendo más de 100 juegos y terminando con 43-119 el 2025, la cuarta mayor cantidad de derrotas – empatado con los Tigres de Detroit de 2003 – en la historia de la MLB…Así pues, en Colorado no ha hecho sino “llover sobre mojado” en los últimos años…
Pero no solo en Colorado, en Venezuela no ha dejado de “llover sobre mojado”… Y es que “de ese pabilo tenemos un rollo” con la Vinotinto. Un “enjambre” de “palos de agua” es lo que le ha caído a nuestra selección absoluta de fútbol, desde el mismo momento que inició su periplo en las eliminatorias mundialistas de la Conmebol, la cual se remonta a la clasificación de la Copa Mundial Inglaterra 1966.
Sin embargo, no ha habido eliminación más dolorosa que la recientemente sufrida. La Vinotinto, a pesar del poco fútbol mostrado en la gestión del “bocha” Batista; pero gracias al incremento de cupos, tuvo en sus manos el ticket al repechaje – que por su ranking FIFA era muy probable que jugara un solo partido para dirimir uno de los dos cupos faltantes para la Copa Mundial 2026 –, pero una vez más fue incapaz de, bajo la mirada vacilante del DT argentino, gestionar la victoria… De administrar el triunfo.
Lo sucedido ese día nos trasladó de inmediato a la infame derrota 4-2 ante Chile en Santiago en la jornada 12 – segunda y última conquista de “la roja” en estas eliminatorias – ocurrida luego de haber estado arriba en la pizarra en dos oportunidades. Una derrota como esa – ante la peor versión chilena de la que se tenga memoria y que venía de anotar apenas un gol en los tres partidos previos – hubiese significado la inexorable salida del DT para la federación de fútbol de cualquier país, sobre todo, habiendo margen de maniobra todavía, pero no para la FVF… La Federación Venezolana de Fútbol no reaccionó, vaciló, titubeó. No supo que hacer… Se hizo “el Willie Mays” y permitió que siguiera “lloviendo sobre mojado”… Sin embargo, no es la primera federación que “pierde los papeles”…
La Federación Venezolana de voleibol los perdió en 2017. Una sucesión de incomparecencias de selecciones criollas, tanto de la masculina, en la Liga Mundial, como de la femenina, en el Gran Prix, – es decir, “chaparrón” tras “chaparrón” en ese “llover sobre mojado” –, le valió al país una multa de US$ 150 mil que, de paso, se tradujo en una suspensión de alrededor de cuatro años al voleibol criollo… Empero, finalizada la pesadilla sancionatoria, nuestros voleibolistas dictaron cátedra y demostraron su resiliencia, su capacidad de sobreponerse a la incompetencia e ineptitud de la gerencia deportiva… La medalla de bronce en la Copa América de Voleibol Masculino, obtenida en la ciudad de Betim, Brasil, en junio, y la barrida de las nuestras ante Brasil, en la final disputada a finales septiembre – para levantar la copa de campeonas sudamericanas, y además de obtener el cupo al Mundial – son demostraciones fehacientes, e incuestionables, de lo que es capaz de hacer nuestro gentilicio, a pesar de los pesares…
Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo
aemora@gmail.com, @amoramarquez
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04-10-2025