El Big Ben Deportivo: Los “apagones” de los sin “luces”

Por Andrés E. Mora M…

Y se fue mayo. Un mes más de “apagones” en Venezuela, el número 163 desde que el «padre de la pesadilla roja-rojita» anunciase, el 21-10-2009, “medidas excepcionales con el fin de hacer frente a la crisis energética que vive el país”, el 160 a partir del decreto de “emergencia eléctrica” del 08-02-2010, y unos poquitos días menos desde su intervención en el “Acto de homenaje al general del Pueblo Soberano Ezequiel Zamora y la promulgación de la Ley del Consejo Federal de Gobierno”, el 20-02-2010, en donde prometió: “Hemos decidido blindar a Venezuela eléctricamente, va a ser un país blindado, no habrá sequías, ni inundaciones ni cambio climático que afecten el nuevo sistema eléctrico.”

No obstante, a casi catorce años del primer evento de aquellos, con el “mega-apagón” del 18-03-2019 como recuerdo imborrable de la incapacidad del régimen y con la explotación del Arco Minero del Orinoco destruyendo cuanto río exista en la Amazonía venezolana, la crisis eléctrica lo que ha hecho es agudizarse. Así lo demuestran las contundentes estadísticas del «Comité de Afectados por Apagones», reportando un incremento del 14% de las fallas eléctricas entre marzo y abril de este año, al pasar de 6.043 a 6.935, cuestión que no puede ser visto como un hecho  fortuito – ¡o de El Niño echando vaina otra vez! –,  ya que aumentaron en un 22% entre el año 2021 y 2022, pasando de 190.006 a 233.298, continuando con la tendencia que ya lleva poco menos de tres lustros.

Del mismo modo, se hizo patente, también, la ausencia de las otras “luces”, de aquellas que alumbran las mentes e iluminan el espíritu, durante los últimos días del referido mes. En algunos casos, tal carencia se presentó de manera inesperada, modo «cortocircuito». En otros, en forma de complicidad – en una especie de «oscurana» deliberadamente provocada por la absoluta privación del entendimiento y el raciocinio – para, sin el más mínimo prurito y blandiendo la bandera de la doble moral, apoyar los desmanes del socio ideológico. No obstante, los protagonistas, en ambos casos,  «salieron con las tablas en la cabeza». Veamos

Para el pasado sábado, 27-M, la ciudad alemana de Dortmund, con un optimismo desbordado, esperaba festejar la novena corona de la Bundesliga obtenida por el Borussia, el club de sus amores, esquiva desde la temporada 2011-12. Los dirigidos por  Edin Terzić, con tres victorias consecutivas y la derrota del Bayern Múnich en la jornada previa, llegaban con dos puntos por encima del exequipo de Robert Levandowski a la última fecha. Ventaja que les permitía depender de ellos mismos y, con la circunstancia favorable, de jugar en casa.

Sin embargo, lo que parecía «pan comido», no lo fue. Un sinnúmero de «cortocircuitos» en el primer tiempo, que a los 25 minutos ya los tenían abajo 0-2 ante el Mainz, su incapacidad de remontar y un gol en el minuto 89 del Bayern, cortesía del jovencito Jamal Musiala, dieron al traste con los sueños del equipo negro y amarillo. El club bávaro, su archirrival, se hacía de su décimo primer título consecutivo. Hecho  inédito en las 5 grandes ligas del fútbol europeo.

De aquella dolorosa debacle, habrían transcurrido poco más de 48 horas, cuando la ciudad de Boston viviría una frustración similar.

Los Celtics, el equipo que con 17 anillos es el máximo ganador de la NBA, aspiraban convertirse en el primer equipo en revertir un 0-3 en una serie de playoff del mejor baloncesto del mundo. «La mesa quedaría servida» luego de ganar el sexto encuentro en la carretera para emparejar a 3 la serie final de la Conferencia Este ante Miami Heat y encarar «el bonito» en el TD Garden, su hogar.

Pero, «quedarían con los crespos hechos». El lunes por la noche, Miami – encabezado por Jimmy Butler, elegido MVP – vencería con un contundente  84-103. Victoria con la mayor diferencia de puntos (19) de un equipo visitante en un 7mo partido para acceder a la serie final de la NBA. “Tanto nadar para morir en la orilla”, reza un conocido dicho popular por estos lares.

Entretanto, horas antes del duro revés bostoniano, se estrenaría en Brasilia – con la oscura vacuidad de la solidaridad automática como escenario y en la víspera de la cumbre de presidentes suramericanos – la ópera bufa «Ben vindo de volta ao Brasil», («Bienvenido de nuevo a Brasil»). Mediocre puesta en escena de dos actos, cuyo guion, producción y dirección fue de «Luiz Inácio Produções» y financiamiento de «El Foro de Sao Paulo».

En el primer acto de esta burla al drama venezolano, el usurpador ofrece suministrar energía eléctrica a Brasil desde el país que su régimen mantiene a oscuras. En el segundo, ahondando en el realismo mágico propio de los personajes “macondinos” de la izquierda latinoamericana, Lula señala que el autoritarismo en Venezuela y la falta de democracia forman parte de “narrativas construidas”.

Al día siguiente, martes 30-M, en plena cumbre, la alcahuetería cómplice del presidente brasileño sería contundentemente cuestionada, tanto por el presidente derechista Uruguayo, Luis Lacalle Pou, como por el presidente socialista chileno, Gabriel Boric.

“No es una construcción narrativa; es una realidad seria y he podido verla en los ojos y el dolor de cientos de venezolanos que están en nuestra patria que exigen una posición firme respecto a que los derechos humanos deben ser respetados siempre y en todo lugar, independiente del color político del gobernante de turno”, afirmó Boric.

Por si fuera poco, la Cámara de Diputados de Brasil calificaría al usurpador de dictador y cuestionaría su  invitación a ese país. Y como «la guinda del pastel», para no dejar dudas de la animadversión del de aquí por la libertad de expresión, su séquito de seguridad agrediría a un grupo de periodistas.

De tal manera que el usurpador, quien inició su gira ofreciéndole energía eléctrica a Brasil, finalizó con el breaker  caído… cosas de los “apagones” de los sin “luces”…

Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo

aemora@gmail.com, @amoramarquez

03-06-2023