El Big Ben Deportivo: Ni lavan, ni prestan la batea… ¡Así son ellos!

Por: Andrés E. Mora M…

Los últimos 5 días de agosto y los dos primeros de septiembre, es decir, la semana que finaliza mañana, han sido particularmente complicados para los dos deportes en conjunto más exitosos de Venezuela: el baloncesto y el voleibol. Para que no haya duda con respecto a lo fructífero de estas dos disciplinas, hacemos, a continuación, un breve resumen de los logros de ambas.

El baloncesto es la disciplina de conjunto que le ha dado más éxitos al país, por ser el que más veces ha subido al podio en competiciones internacionales. Se colgó la medalla de oro del Campeonato FIBA Américas 2015 – la 17ª edición jugada en el Palacio de los Deportes en la Ciudad de México – venciendo en la final, 76 x 71, a la Argentina de Andrés Nocione, Luis Scola y Facundo Campazzo, con Heissler Guillent (15 puntos) y los hermanos Vargas (Gregory 7 rebotes y 4 asistencias; José 7 rebotes) en plan protagónico. A esa dorada se le suma la plata obtenida en el Campeonato FIBA Américas 1992 y el bronce alcanzado en el Campeonato FIBA Américas 2005.

Adicionalmente, cosechó hasta once medallas – 3 de oro (1991, 2014 y 2016), 3 de plata (1987, 1997 y 2012) y 5 de bronce (1993, 19999, 2001, 2004 y 2008) – en el extinto Campeonato Sudamericano de Baloncesto que se jugó en 48 oportunidades, siendo su última edición la llevada en Caracas en 2016.

Además, la «Vinotinto de las alturas» fue la primera de las selecciones de conjunto en clasificar a dos Juegos Olímpicos: Barcelona 1992 y Río 2016, finalizando en la posición 11 en ambas oportunidades, y, de paso, hoy finaliza su quinta participación en un Campeonato Mundial – habiendo alcanzado el lugar 11 en 1990, 14 en 2002, 21 en 2006 y 14 en 2019 –, siendo solamente superada por la de voleibol en asistencias a eventos de este tipo.

Por su parte, el voleibol se convirtió en la segunda disciplina en conjunto, y hasta los momentos la última, cuya selección masculina clasifica a dos Juegos Olímpicos (Pekín 2008 y Tokio 2020, ocupando el noveno y onceavo lugar, respectivamente) y la primera en clasificar ambas selecciones, tanto masculina como femenina, a unos mismos JJ. OO, acontecimiento histórico ocurrido en Pekín 2008, con las damas terminando en el puesto 11.

Asimismo, la selección masculina ha participado en nueve Ligas Mundiales, once Campeonatos Mundiales y dos Copa del Mundo. En su palmarés tiene un título sudamericano juvenil, plata en el Mundial Menor de 1999, bronce del Mundial Junior de 2001 y el oro de los Panamericanos de Santo Domingo 2003, siendo este el logro más importante alcanzado por la «Vinotinto de la net alta». Ese 15-08-2003, una inspirada y arrolladora Venezuela – que venía de derrotar al coloso Brasil, selección que en ese ciclo olímpico solo perdió con los nuestros – venció a Cuba, hasta entonces monarcas continentales, por 3-0 con parciales de 25-23, 25-18 y 25-20. La selección femenina, por su lado, cuenta con una presencia en el Grand Prix.

No obstante, ambas disciplinas, tal y como dijimos al principio, viven una actualidad difícil y complicada. Aunque, por razones totalmente diferentes.

Mientras que la «Vinotinto de las alturas» – al haber perdido once juegos consecutivos, los 7 amistosos que sirvieron de preparación para el Mundial y los cuatro, en la madrugada de hoy jugaban el quinto ante Finlandia, hasta ahora disputados en este evento, incluyendo la primera derrota ante una selección africana en estas lides – «pide a gritos» una renovación al quedar en evidencia el final de ciclo de una excelsa generación de jugadores, a quienes nada tenemos que reprocharles porque lo dejaron todo en el tabloncillo, ganando 3 títulos, clasificando a unos Juegos Olímpicos y disputando 2 Copa del Mundo, la desidia y desinterés, propia de una mediocre gestión, en donde la planificación fue sustituida por la anárquica improvisación, parece haber dado al traste con el crecimiento y desarrollo de toda una generación de voleibolistas.

La indolencia llegó al extremo en el deporte en el que Venezuela tiene al recordman, Vicente Pastor, de más participación en campeonatos mundiales, que la Federación Venezolana de Voleibol (FVV), desde el 31-07, se encuentra suspendida por las deudas con la Federación Internacional de Voleibol (FIVB), unos $150 mil aproximadamente, producto de las multas por los forfeits en la Liga Mundial y Gran Prix del año 2017 – ¡incomparecencias impensables que ocurriesen en la mal llamada cuarta república, pero rutinarias en revolución! –, además, de la no cancelación  de los gastos de hotel en Bélgica por el campamento de la selección masculina previo a Tokio 2020, suspensión que afecta, también, tanto al vóley playa como eventos paralímpicos.

Así pues, el voleibol de playa – que de la mano del técnico Mauro Hernández había comenzado a transitar el mismo camino de éxito del voleibol de cancha, y ya sumaba el bronce de un Mundial Juvenil y la plata de los Juegos Olímpicos de la Juventud de 2014, con la extraordinaria dupla de José Gregorio Gómez y Rolando Hernández – recibió un duro «gancho al hígado» en su progreso y evolución.

De hecho, ayer, viernes primero de septiembre, arrancó la primera etapa del Circuito Sudamericano de vóley playa que se desarrollará en las arenas de la Playa de San Antonio, en la sede del club Regatas Lima, hasta mañana 3-S. Este torneo internacional cuenta con  la participación 29 duplas de 9 países: Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, y Uruguay. La gran ausente es Venezuela ya que sus tres duplas – Peter Hernández/Hernán Tovar y Charly/Tigrito en masculino y Gabriela Brito/Juliennis Regalado en femenino – habrían estado inscritas en el torneo, según informó Juan José Sayago, @jjsayago, pero dieron forfeit al negarse el IND a competir con bandera blanca, como lo establece la sanción impuesta a la FVV… Las autoridades deportivas del país «ni lavan, ni prestan la batea»… ¡Así son ellos!

 

      Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo            

      aemora@gmail.com, @amoramarquez

      02-09-2023