Por Andrés E. Mora M….
“Es de suponer que cuando se asume la enorme responsabilidad de ser el Director Técnico de una de las selecciones que, con su magnífico palmarés, es de las grandes protagonistas del fútbol mundial, como lo es España, se tiene la obligación de estar enfocado, exclusivamente, en alcanzar el mejor funcionamiento y rendimiento posible de la maquinaria que, con tan enorme potencial, se tiene el privilegio de dirigir. Es de suponer también que, faltando tan poco tiempo para subir la bandera a cuadros, se debió de estar, entonces, ultimando detalles en la parrilla de partida para afinar, ajustar y optimizar la sincronización de esas 23 piezas de altísima calidad, para que el once titular de «la roja», como uno de los favoritos que es, pugne por llevarse la anhelada copa de regreso a la tierra que hace cuatro años la vio partir, para no verla regresar, al escurrírsele el sueño entre las manos ante el repentino bajón de desempeño que, en Brasil 2014, los llevó a perder los dos primeros encuentros de la fase de grupos para, inesperadamente y contra todo pronóstico, despedirse de manera tan prematura – ¡Por KO fulminante en el primer round, se diría en el argot boxístico! – de la oportunidad de reeditar el título logrado en Sudáfrica 2010”, opina Ingenuo Sinduda.
“Pero ese no pareció ser el caso de Lopetegui, y así lo interpretó Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol, que decidió, sin cortapisa, cesantearlo como entrenador del equipo de su país”, considera Incredulina, la adorable y siempre bien informada esposa del profesor jubilado de la ULA con el que conversa en esta agradable mañana sabatina, que recién comienza a despuntar, este 15 de junio, en espera del desafío Francia-Australia que, a las 6:00 am, sube el telón de la larga jornada futbolística del día de hoy. La más prolongada del evento mundialista. “¿Con que autoridad moral Julen podía exigirle a sus jugadores apartar cualquier distracción de sus mentes, si el que estaba distraído pensando en otras cosas era él? ¿Cómo explicarles a los integrantes de la plantilla ibérica, y a toda una nación, que su cabeza no sólo la tenía puesta en el equipo nacional, sino, además, en el análisis de la propuesta, por demás inoportuna, que le hiciera Florentino para dirigir al Real Madrid en la próxima temporada?”, pregunta en voz alta la dama, más como una reflexión, que como interrogantes en búsqueda de respuesta.
“El doble discurso es una herramienta vil y deshonesta a la que suele recurrir gente inescrupulosa, los denominados estafadores de oficio, con la finalidad de reclutar incautos y aprovecharse de la confianza de los bienintencionados para, sin remordimiento alguno, hacer sus desmanes”, señala el caballero. “Por su reputación y trayectoria, soy de las que piensan que Lopetegui no es uno de estos ponzoñosos personajes. Desde mi punto de vista, sin embargo, es evidente que el entrenador de origen vasco cometió un grave error y, su intempestivo despido, fue el precio que tuvo que pagar”, agrega la señora Sinduda.
“Estoy de acuerdo contigo, mi amor”, coincide el catedrático con su esposa. “El exguardameta, lamentablemente y quizás hasta por ingenuidad, cometió una falta flagrante en el área chica que ameritó que le sacaran tarjeta roja directa y que le anotaran un penalti a su integridad”, señala el caraqueño. “Por el contrario, los embaucadores habituales desarrollan una habilidad extraordinaria para mentir, y disimular las faltas cometidas, en procura de mantenerse, impávidos y por mucho tiempo, en las posiciones a las que llegaron por engaño. Ejemplo emblemático de ello, es la pesadilla que hemos estado viviendo en Venezuela desde hace 20 años”, comienza por decir Ingenuo. “Es inmoral, en extremo, el doble discurso empleado por este régimen desde aquella hipócrita frase «Ser rico es malo» dicho con insistencia por el presidente fallecido – que contrasta con la impúdica corrupción desatada en el país a partir de 1999, ¡que conllevó a la desaparición de más de 350 mil millones de dólares de las arcas públicas!, y que ha acarreado sanciones internacionales a altos funcionarios gubernamentales acusados de blanqueo de capitales – hasta la falsa y cruel aseveración «En Venezuela no hay crisis humanitaria» que – al mejor estilo goebbeliano – es expresado de manera reiterada por Nicolás o cualquiera de sus voceros a pesar de los más de 4 millones de personas sin acceso a medicamentos, más de 1 millón de niños menores de 3 años que no se alimentan como requieren, el escandaloso incremento de las cifras de mortalidad materna e infantil, el bochornoso brote de sarampión que ya ha cobrado cerca de 100 víctimas fatales y los desplazamientos masivos en las fronteras”, agrega el docente
“Otro innegable doble discurso es el fulano «llamado a la construcción del reencuentro de los venezolanos» en donde los presos políticos no son liberados, sino excarcelados – con régimen de presentación – o desterrados, como fue el caso del dirigente estudiantil Vilca Fernández, quien, el jueves, fue obligado a dejar el país con destino a Lima”, acota ella.
“Ya no tengo dudas, la roja para Lopetegui fue por emular – sin darse cuenta, seguramente – a Nicolás”, considera Ingenuo.
“Si Lopetegui mereció una roja por lo que hizo, ¿Qué merecería Maduro por lo que está haciendo?”, se pregunta Incredulina en silencio.
Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo
aemora@gmail.com, @amoramarquez
