Por Andrés E. Mora M…
Wimbledon 2023, la edición 136 del torneo de tenis más antiguo, por esas curiosas situaciones que sólo el azar es capaz de explicar, nos transportó a la número 123, jugada en 2009 y, estando allí, se nos vino a la memoria – como si hubiese sido ayer – un anuncio que Diosdado Cabello, para entonces ministro de Infraestructura, hiciese con «bombos y platillos»: “Venezuela firmó con China un contrato valorado en 7.500 millones de dólares para la construcción de una red ferroviaria de 468 kilómetros que atravesará cuatro regiones del país”.
Eso de que la mente vuela, no es cuento. En un tris pasamos del All England Club en Londres al ferrocarril Tinaco-Anaco. Inmediatez que nos recuerda la rapidez con que iba a funcionar el “primer tren bala de América del Sur” ofrecido por Bai Zhongren, para entonces vicepresidente China Railway Engineering Corporation (Crec), la empresa china encargada de su construcción, la misma que se fue del país con «la cabuya en la pata» al no cumplir con el proyecto milmillonario. Pero, vayamos por parte.
Este fin de semana culmina el Campeonato de Wimbledon – la competición sobre césped más prestigiosa del mundo y tercer torneo de Grand Slam del año – con el interés agregado de haberse configurado atractivos emparejamientos para definir los campeones individuales, de la única competencia tenística ceñida aún a la tradición de lo que se conoció como “el deporte blanco”. Duelos interesantísimos que, por cierto, nos hablan de la realidad, diametralmente opuestas, por la que atraviesan actualmente el circuito femenino y masculino, WTA y ATP, respectivamente.
Mientras que la rama de damas nos deparará un hecho histórico, al tener como protagonista a la primera no cabeza de serie en la final de la añeja competición londinense, en la de caballeros la final será dirimida entre los dos primeros del ranking, cabezas de serie uno y dos del torneo. Es decir, la final femenina es sorpresiva e inesperada. La masculina es la esperada y deseada por todos.
Así pues, Wimbledon tendrá hoy, sábado 15 de julio, nueva campeona – la séptima distinta en los últimos siete años – cuando la tunecina Ons Jabeur y la checa Marketa Vondrousova se vean las caras en la cancha central del mítico complejo de la capital inglesa.
Jabeur, cabeza de serie Nro. 6, quien disputará su tercera final de un torneo de Grand Slam en búsqueda de su primer Major, viene embalada al vencer a tres top 10, la primera en hacerlo en una edición de Wimbledon desde que Serena Williams lo hiciese en 2012, recordaba via Twitter Gustavo Goitía, @goitiatenis, reconocido periodista especializado en tenis.
Las víctimas de quien es considerada una de las jugadoras más queridas, si no la más, en el circuito femenino las mencionamos a continuación. En octavos de final, la checa Petra Kvitova, Nro. 9, en sets consecutivos (6-0, 6-3). En cuartos de final, la kasaja Yelena Rybakina, Nro. 3 y campeona defensora, viniendo de atrás en tres sets (6(5)-7, 6-4, 6-1). En semifinal, la bielorrusa Aryna Sabalenka – Nro. 2, campeona de Roland Garros y aspirante a convertirse en Nro. 1 – al remontar, una vez más, el marcador adverso para llevarse el triunfo en tres reñidos sets (6(5)-7, 6-4, 6-3).
Por su parte la joven checa de 24 años, número 42 del ranking WTA, sorprendió al vencer en sets corridos en la semifinal a la ucraniana Elina Svitólina, quien en cuartos de final dio cuenta de la polaca Iga Swiatek, número uno del mundo. Sin embargo, quien fuera número 1 junior y finalista del Roland Garros 2019, ha demostrado tener mucho que decir al encontrarse libre de las lesiones que la mantuvieron azotada en los últimos tiempos.
Con respecto a la rama masculina, la final entre el español Carlos Alcaraz, de 20 años y 73 días, actual Nro. 1 del mundo, y el segundo del orbe, el serbio Novak Djokovic, de 36 años y 56 días, quien disputará su final número 35 de Grand Slam, record absoluto entre tenistas de ambos sexos, es el duelo generacional que, en el marco de un enfrentamiento por el trofeo de un Major, todos estábamos deseosos de disfrutar. Además, esta en juego la cima del ranking de la ATP y la corona 23 de Nole en torneos de Grand Slam.
No obstante, fue el hecho curioso ocurrido en los cuartos de final, reseñado en un tweet por @goitiatenis, lo que le dio luces a nuestra memoria, avivando sus recuerdos. Goitía señalaba que por primera vez desde 2009, en Wimbledon llegan juntos las 4 máximas favoritas y 3 de los 4 principales favoritos a cuartos de final. En 2009: Dinara Safina, Serena Williams, Venus Williams y Yelena Dementieva; Roger Federer, Andy Murray y Novak Djokovic. En 2023: Iga Swiatek, Aryna Sabalenka, Yelena Rybakina y Jessica Pegula; Carlos Alcaraz, Novak Djokovic y Daniil Medvédev
Ese tweet de inmediato nos ubicó en la extraordinaria final entre Roger Federer y el estadounidense Andy Roddick, en la que el suizo saldría airoso luego de cuatro horas y 16 minutos de cinco épicos sets (5-7, 7-6(6), 7-6(5), 3-6, 16-14), en los que logró 50 aces, para hacerse de la corona No. 15 de Grand Slam en su carrera y dejar atrás el record de 14 que por años ostentó el estadounidense Pete Sampras.
Veinte días después de la proeza de “Su Majestad”, Cabello expresaba: “Este ferrocarril va a cambiarle el rostro a todo el eje, que antes dependía del camión. Ahora tendrán (los agricultores) un ferrocarril que los ayudará a tener sus cosechas”.
Luego de 14 años, aquel proyecto terminó siendo una exposición a cielo abierto, a pesar del gamelote, de vergonzosos monumentos a la desidia, improvisación y corrupción diseminados a lo largo del país.
Hoy finaliza, entonces, el Wimbledon 2023 con aroma de 2009… año en el que se inició el tufo del guiso ferrocarrilero por aquí…
Prof. Titular jubilado ULA – Cronista deportivo
aemora@gmail.com, @amoramarquez
15-07-2023