Por: Germán Rodríguez Bustamante…
La reconversión monetaria implementada por el régimen a partir del 01 de octubre de este año es muy similar a las otras dos anteriores, sólo que el contexto macroeconómico actual es mucho peor que cuando se produjeron las primeras. Venezuela viene de siete años de recesión. El 2.021 será el octavo año de contracción económica. Ocho años consecutivos, con una pérdida de más del 80% del PIB. El proceso de hiperinflación persistente que se vive en Venezuela, es un enemigo inclemente para una reconversión monetaria. La acelerada pérdida de valor de la moneda nacional provocó la escasez de dinero líquido en todo el país desde hace algunos años, algo que probablemente ocurra con el bolívar digital.
Los venezolanos se han lanzado a la búsqueda de cualquier certeza económica, sea a través del dólar o las criptomonedas. Es por ello que los comercios han vigorizado su actividad y ha permitido a los venezolanos tener una mínima capacidad de ahorro. Según distintas estimaciones, cerca del 80 % de las transacciones cotidianas se realizan en billetes verdes, aunque todavía son muchos los venezolanos a los cuales se les niega esa posibilidad. A pesar de esa pequeña mejora la caída se mantiene con lentitud, en otras palabras, el florecimiento no arropa a toda la población, y es únicamente aprovechada por una pequeña elite.
La mayoría de las personas no ha visto ni siquiera billetes de la nueva reconversión del nuevo bolívar digital. No ha solucionado ninguno de los problemas de la falta de medios de pago físicos, la falta de monedas y billetes, que es extremadamente fuerte en áreas geográficas y sectores donde la gente no posee teléfonos inteligentes, ni tiene capacidades para hacer pagos digitales. La reconversión monetaria facilitó la contabilidad y el manejo diario de las operaciones económicas, pero no ha logrado subsanar el problema de la escasez de medios de pago. El nuevo cono monetario incluye cinco billetes de 5, 10, 20, 50 y 100 bolívares y una moneda de un bolívar. El billete de menor denominación tiene un valor similar a un dólar, pues el tipo de cambio oficial en Venezuela de este viernes es de 5 bolívares por divisa estadounidense. Sirve para comprar un kilo de harina o de arroz. Y el de mayor denominación, el de 100 bolívares, tiene un valor cercano a los 20 dólares. La canasta alimentaria de una familia de cinco integrantes cuesta 350 dólares. Las pensiones llegan a un valor cercano a los 2 dólares, más algunos bonos, cifras que desnudan la pobreza extrema que viven los venezolanos asalariados públicos y particularmente los pensionados.
La reconversión debió venir acompañada con un plan de estabilización económica de amplio calado para combatir la crisis, el déficit fiscal y que logrará el control de la hiperinflación, que destruyó el cono monetario pasado. La nueva medida monetaria supone una violación de los derechos económicos y sociales de la población venezolana, pues, la cantidad de billetes y monedas disponibles es menos palpable que en las dos anteriores. Lo cierto es que el Bolívar Digital estimula cada día a la perfección de los intercambios con divisas, desvaneciendo su presencia y coloreándolo de verde. Los procesos hiperinflacionarios suelen conducir hacia dolarizaciones espontaneas. En estos primeros días de la reconversión tenemos una elevada dolarización por la vía de los hechos, en efecto y de forma pública, notoria y comunicacional, se viene dando en Venezuela. A pesar que el régimen descarta la dolarización como política monetaria, en la practica la tolera permitiendo que las operaciones de intercambio se realicen en moneda extranjera. Se estima que en este momento circula cerca de 2.600 millones de dólares en efectivo en la economía nacional, fuera de los que circulan a través del sistema bancario nacional y tarjetas internacionales.
El Banco Central ha tenido que intervenir en el sistema cambiario para evitar la especulación en el mercado negro y controlar la devaluación del Bolívar Digital, desde el 01 de octubre. Esta injerencia ha significado el consumo de alrededor de 200 millones de dólares de las reservas internacionales, recursos que pudieron utilizarse en la mejora de la estructura hospitalaria y educativa en tiempos de inicio del año escolar. Una medida de sacrificio para los ciudadanos quienes deben renunciar a beneficios colectivos, para mantener posiciones políticas derivado del proceso electoral y posiciones dolarizadas de una elite. Quienes sobrevive y disfrutan de todo tipo de exquisiteces y lujos en divisas, mientras la gran mayoría están condenados a muerte en bolívares. Pareciera que la destrucción gestada por la revolución en el tamaño de la economía, la implementación de la dolarización pudiera ser más sencilla. En el esquema de recuperación económica la dolarización puede ser un elemento a incorporar, obviamente deben hacerse algunas consideraciones referidas a la tasa de conversión aplicada, para proteger tanto las escasas inversiones como los pocos ahorros existentes en la economía nacional. En conclusión, el Bolívar Digital es una medida monetaria que abona el terreno para una futura dolarización formal, cuando este nuevo cono monetario entre en desuso.
El domingo 21 de noviembre hay un proceso electoral, al cual deben concurrir todos los venezolanos, sin reservas y completamente comprometidos con el país. El voto es un derecho que debe ejercerse, cuando los derechos no se practican se pierden. Las condiciones no son ideales, sin embargo, cualquier anomalía o vicio podrá ser descubierta con la presencia activa en el acto de votación. La incorporación de observadores internacionales, genera confianza, a pesar, que no resuelve todas las susceptibilidades que se tienen con el CNE. La realidad económica es fácilmente observable y las percepciones de los ciudadanos reflejan esa realidad. A pesar de los mensajes contradictorios enviados por los actores políticos, tanto de oposición como del régimen, la realidad economía nacional es clara: premien o castiguen a quienes tienen el poder, sea local, regional o nacional.
@germanrodri
@germanoveja
22-11-2021
