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jueves, abril 24, 2025

El eco de los rumores

Venezuela  está escribiendo una de las páginas más importantes, pero al mismo tiempo más delicadas de su historia patria. Acontecimientos inéditos se han ido desarrollando en este comienzo del 2019 y han caído sobre la población como en cascada. Es algo así como mirar la majestuosidad y el ímpetu de las aguas  que se precipitan  del Salto Ángel, pero igualmente por su volumen y fuerza, causan estupor y en ocasiones la gente no sabe cómo reaccionar.

La población está sometida a  una avalancha de opiniones, las redes sociales están a reventar. Noticias que provienen del mundo entero cada una esgrimiendo sus puntos de vista. No es fácil asimilar este cúmulo de informaciones que van y vienen con la velocidad de las nuevas tecnologías.

Es un  tiempo de sumo cuidado para no  creer en rumores  que lo único que logran es confundir, asustar, y hacer que cada persona se convierta en un repetidor de “chismes” sin razonamiento que confunden e inquietan.

Hemos observado cómo han surgido una serie de “voceros” que sin ningún asidero fidedigno, lanzan sus audios, expresando una cantidad de ideas absurdas, sin ningún fundamento.No sabemos con qué intención, pero lo que sí sabemos es que  no hay que hacerle caso a todo lo que se escucha, porque sencillamente no todo es cierto. Afortunadamente,hay comunicadores sociales, responsables y autoridades acreditadas para  señalar con sensatez y veracidad  lo que está ocurriendo. Entonces, antes de hacerse eco de algún comentario, compruebe  la fuente, es decir reconozca  qué persona o medio de comunicación, está emitiendo el mensaje.

Desde las pitonisas, que con buenos propósitos dan fechas precisas anunciadas por los ángeles, pasando por los que auguran una confrontación estilo guerra de las galaxias, hasta los que develan planes estratégicos que deberían ser, en todo caso, de máximo secreto, crean confusión y preocupación en la ciudadanía.

Papel protagónico

Los venezolanos cualquiera sea su ideología política  deben mantener ante todo  la calma y el reconocimiento hacia  aquel que piense o sienta distinto. Las marchas y concentraciones que se han dado en los últimos días, salvo excepciones muy puntuales, han sido cívicas y pacíficas, demostrando así que  existe en la población un deseo ferviente por un cambio de rumbo, por el respeto a la Constitución de la Republica, por la preservación de la democracia. Somos protagonistas.

Los ojos del mundo están puestos en Venezuela como nunca antes, e incluso reconocen la gravísima situación económica que nos tiene sumidos en una profunda crisis  caracterizada especialmente por el hambre, la falta de medicamentos y la inseguridad.

Clamamos por una ayuda humanitaria, pero debemos demostrar con nuestro comportamiento  que estamos a la altura de las circunstancias. Es un tiempo de ponderación y  de solemnidad. Tiempo  de  sacar a relucir los valores morales que forman nuestra idiosincrasia. Es tiempo de  reconstrucción  donde se requiere  el trabajo conjunto y armonioso de los que vivimos bajo este cielo. Y jamás debemos olvidar que venezolanos somos todos y tenemos que dar el ejemplo  de integridad y formalidad en nuestras actuaciones.

No caigamos en discusiones absurdas, no nos hagamos ecos de rumores, ni de chismes. Leamos bien las informaciones y sobre todo sepamos si son confiables, así evitaremos noches sin dormir, nervios destrozados, ataques de pánico.

Es sabio seguir los consejos de quienes nos invitan a la meditación, a la respiración profunda para clamarnos. Conversemos con los niños y expliquémosles con palabras sencillas pero verdaderas, la situación por la que estamos atravesando.

y sobre todo preservando la  integridad de cada uno de los venezolanos en esta etapa de transición, hacia la transformación y el bienestar de nuestra amada nación.

Redacción C.C

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