Por Germán Rodríguez Bustamante…
Los rendimientos de los bonos son las tasas de interés que pagan las obligaciones emitidas por un Estado. A menor precio del bono, mayor es la tasa de interés que entrega. Cuando los bonos de un país son muy requeridos, su precio sube y por lo tanto la tasa de interés a la que contrae deuda es menor. Dicho de otro modo, su rendimiento para el inversor baja, pero al Estado en cuestión le resulta más barato financiarse. Cuando inversores, como compañías de seguros o fondos de pensiones venden sus bonos, o hay mucha emisión de deuda, el precio baja y el rendimiento sube. El Estado debe pagar más para endeudarse.
Paradójicamente, la buena salud de la actividad económica en Estados Unidos, que hasta hace poco se pensaba se encaminaba a una recesión, refuerza la idea de que la inflación sigue, aunque moderada y que la disminución de la tasa de interés de referencia por parte de la FED, empujo el alza del mercado de capitales. El miércoles 18 de septiembre, la Reserva Federal anunció que recortaría su tasa de interés en medio punto porcentual, es decir, 50 puntos básicos, lo que supone la primera vez que el banco central estadounidense baja las tasas desde marzo de 2.020. Las medidas de la FED se traducirán en una bajada de las tasas de interés de varios productos financieros de consumo y cuentas que devengan intereses. La expectativa es que no sea el único, incluso se prevé otro recorte moderado o dos este mismo año.
Para los prestatarios, las tasas no van a bajar lo bastante rápido como para sacar a una persona de una mala situación financiera. Y para los ahorradores, estas bajadas de tasas no borrarán el beneficio que obtuvieron de la subida de tasas en 2.022 y 2.023. Los ahorradores con cuentas competitivas de alto rendimiento seguirán estando muy por delante. En el caso de las tarjetas de crédito, pueden pasar dos o tres ciclos de extractos antes de que empieces a ver una tasa más baja en tus tarjetas. Por ello una estrategia es tratar de conseguir una tarjeta de transferencia de saldo a tasa cero que te permita al menos 12 o 18 meses sin intereses, para poder reducir significativamente el capital. De no conseguirla se puede intentar transferir tu saldo a una tarjeta de crédito de una cooperativa de crédito o de un banco local que ofrezca tasas más bajas que los bancos más grandes. Suelen tener menos ventajas, pero sus tasas pueden ser la mitad.
Es probable que las tasas de los préstamos para automóviles bajen con bastante rapidez, para estimular el consumo. En una encuesta de agosto a compradores de autos, la mayoría (64%) dijo que una bajada de tasas de la FED probablemente afectaría al momento de su compra. Obviamente con tasas altas tanto para vehículos usados o nuevos el medio punto porcentual no represente mucho. Sin embargo, en el caso de vehículos nuevos la verdadera oportunidad de ahorro es el precio del auto que elijas, cuánto vas a financiar y tu calificación crediticia. Los préstamos para coches nuevos y de segunda mano suelen tener incentivos subvencionados, por lo que esos incentivos, junto con una bajada de tasas, pueden suponer un ahorro mayor que un préstamo específico para un auto usado.
Las tasas hipotecarias ya descendieron bastante en los últimos meses. El 12 de septiembre, la hipoteca a 30 años y tasa fija estaba al 6,20% de media. Eso es casi dos puntos porcentuales por debajo de su máximo en octubre. Esto se debe a que las tasas hipotecarias están más estrechamente alineadas con los movimientos en el rendimiento del Tesoro a 10 años, que normalmente sube y baja en función de diversos factores económicos (por ejemplo, la inflación, el crecimiento, etc.), en lugar de estar directamente vinculado a las políticas de la FED.
Definir cuándo comprar una casa y lo que se puede pagar no es sólo una cuestión de tasas. Otras variables, como el precio de la vivienda y la disponibilidad de viviendas en venta, serán igual de importantes. Al comprar una casa este año y piensas en comprar puntos a la baja para reducir la tasa de tu hipoteca, es necesario echar algunos números. Si las tasas bajan más y crees que te sentirás tentado a refinanciar dentro de uno o dos años, calcula lo que ahorrarás comprando puntos de reducción. Esto se debe a que ahora pagarás miles de dólares para reducir la tasa de tu hipoteca, y luego miles más en comisiones para refinanciarla. En conclusión, si la expectativa es que las tasas sigan bajando la renegocian del préstamo es financieramente viable, si los costos de la misma son inferiores a la reducción del mismo en renta mensual. Ejemplo si tienes una hipoteca al 7,25% o más, refinanciar tu préstamo vale la pena si se consigue que la nueva tasa baje al menos al 6,25%. Ese punto porcentual de bajada podría ahorrarte unos US$ 200 al mes en un préstamo de US$ 300.00.
En los dos últimos años, a los ahorradores y jubilados les resultó fácil obtener un rendimiento real (5% o más) de su dinero en efectivo sin apenas riesgo, si lo depositaban en cuentas de ahorro de alto rendimiento y en diversos vehículos de renta fija. La buena noticia: las tasas de las cuentas bancarias pueden bajar, pero no tanto como para que no puedas seguir encontrando rendimientos que superen ampliamente a la inflación, que actualmente es del 2,5%, muy cerca del objetivo del 2% de la Reserva Federal. Y la competencia por los depósitos entre los bancos significa que algunos seguirán ofreciendo rentabilidades atractivas.
En resumen, estas son algunas de las implicaciones que la reducción de la tasa de interés declarada por la FED el miércoles 18, pueden tener en las decisiones de inversión y financiamiento que asuman las personas naturales en el mercado americano. Los plazos, condiciones fiscales locales y necesidades de efectivo tendrán peso en la decisión, lo importante es ajustar las cantidades a las expectativas de reducción de tasas que con toda seguridad vendrán en el futuro.
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23-09-2024