Por: Profesor Germán Rodríguez Bustamante
Venezuela atraviesa por problemas delicados que pueden convertirse en nocivos para la salud del país en su conjunto. En los últimos años se han acumulado indicadores que expresan la complejidad de la dificultad:
Años Inflación (%) Liquidez monetaria Reservas Internacionales
2014 68.54 2.001.114 millones de Bs. 22.058 millones de dólares
2013 56.20 1.209.777 millones de Bs. 24.478 millones de dólares
2012 20.10 715.756 millones de Bs. 29.887 millones de dólares
2011 27.60 444.975 millones de Bs. 29.889 millones de dólares
Desde la gestión del presidente Chávez los problemas se manifestaron en una cada vez mayor dependencia del petróleo y del endeudamiento público, mientras la inflación se elevaba y se acumulaban grandes distorsiones; el impacto negativo sobre la población pudo ser compensado por varios años, con grandes transferencias de recursos a los sectores de bajos ingresos desde el 2004; en importaciones de alimentos y otros bienes vendidos a precios subsidiados. En el caso específico de la inflación para el año 2014 presenta un valor, posiblemente la mayor del planeta, alimentada fundamentalmente por emisión de dinero inorgánico por parte del ente emisor (BCV), que ha hecho crecer la liquidez monetaria por encima de los requerimientos de la economía; masa de dinero que presiona los precios de forma substancial. El gobierno intento sin éxito, evitar el aumento de precios de los bienes y servicios, a través de una política de controles; lastimosamente los controles pulverizaron las capacidades competitivas de la industria nacional, también presionada por importaciones subsidiadas a tasas de cambio controladas; en consecuencia ante la disminución de los precios del petróleo, el gobierno pierde niveles de importación y el déficit no pueden ser reemplazado por una industria nacional maltrecha, originándose escasez y desabastecimiento generalizado en alimentos y medicinas.
La emisión de dinero evidencio la subordinación del BCV al poder ejecutivo; para el gobierno era fundamental buscar financiamiento en bolívares para mantener a la industria petrolera en funcionamiento y a las misiones dependientes de la empresa; adicional necesitaba fondos para apalancar las empresas básicas, las empresas publicas y las iniciativas expropiadas o nacionalizadas que se convirtieron en un lastre para el presupuesto publico. Esta política brutal de expansión monetaria obviamente tendría repercusiones en la inflación, para la cual los controles de precios resultaron totalmente inútiles. Ante la ausencia de bienes aparecieron los mercados alternos en los cuales los precios de intercambio son altamente especulativos y que en definitiva son los marcadores. En paralelo, el incremento del dinero en circulación y la caída abrupta de las reservas internacionales devaluaron la moneda en comparación con el dólar, a pesar de existir controles cambiarios; los diferentes modelos adoptados hasta la fecha han sido un rotundo fracaso, convirtiéndose en un terreno fecundo para corruptelas escandalosas. Se crearon fondos especiales con la intención de apuntalar el desarrollo del país, capitalizados por reservas excedentarias, endeudamiento comercial con china y otros países comprometiendo petróleo a futuro; lamentablemente no existió control fiscal de los mismos, ya que fueron manejados fuera del presupuesto en procesos totalmente ocultos sin rendición de cuentas con niveles elevados de incapacidades, deficiencias y corruptelas que minaron la eficacia en la aplicación de los recursos.
La industria petrolera fue tomada por la burocracia política afectando la meritocracia y la cultura organizacional de la empresa, destruyendo su capacidad competitiva; la empresa asumió responsabilidades a través de misiones sociales que distrajeron el foco del negocio, obviando la mejora continua, las buenas prácticas de manufactura, la investigación y desarrollo y todas las tendencias gerenciales que posicionarán a la empresa en el ranking de las industrias energéticas mundiales; mientras otras empresas en épocas de bonanza aumentaron sus capacidades, la nuestra disminuyo y más grave, esta comprometida para mantener los niveles actuales.
Lo más grave no son las perdidas económicas, financieras y los costo de oportunidad, sino el capital humano que ha abandonado la nación producto de una polarización exagerada, que ha alimentado el odio entre los ciudadanos, con posiciones irreconciliables en algunos casos; lamentablemente se ha perdido la esperanza, los últimos sondeos de opinión ubican cerca de un 80 % de la población, como personas que no observan futuro en el país. Esto es parte del verdadero legado del comandante.