El relajo de la flexibilización: más riesgo para la comunidad merideña

Ya a estas alturas de la presencia del coronavirus en nuestro país, todos hemos tenido noticias o hemos conocido algún amigo, familiar o vecino que está contagiado con el COVID-19, no obstante y pese a la preocupación que esto nos produce, cuando llega la semana de “flexibilización”, parece que la ciudadanía se olvida del peligro latente de contagiarse y entonces comienza un relajo general. Se produce una especie de locura colectiva. La gente sale como si nada estuviera ocurriendo. Las colas en comercios, estaciones de gasolina, entidades bancarias, dan miedo, sobre todo porque salvo excepciones no se cumplen las medidas de prevención. Nada de distanciamiento de 2 metros al menos, inadecuado uso del tapabocas, si es que lo portan, las pocas unidades de transporte, abarrotadas de pasajeros y todavía el absurdo comportamiento de quienes creen que el coronavirus es una mentira, algo inventado. Pues, no es así, el COVID-19 es la realidad pandémica más terrible que ha enfrentado la humanidad en mucho tiempo. Países que habían flexibilizado las medidas están evaluando volver a la cuarentena radical por el aumento de los contagios. En fin, un desastre epidemiológico que pica y se extiende porque el coronavirus está en cualquier parte y buscando la oportunidad para hospedarse en la persona que esté a su alcance.

Desde un principio, en las campañas de prevención se alertó sobre el peligro que representan las muchedumbres, un ejemplo claro y lamentable es lo que sucedió en Maracaibo con el ahora, tristemente célebre Mercado de las Pulgas, que se transformó en un foco de contaminación muy virulento y se extendió rápidamente a otras zonas del Estado Zulia.

Nadie está exento.

Sabemos que el virus ya ha cobrado vidas en todo el mundo. Las cifras globales se actualizan a cada segundo porque los contagios aumentan exponencialmente.

Las semanas de flexibilización donde cada quien actúa como si no pasara nada revisten un riesgo inminente cuyos resultados los estamos viviendo con el aumento del número de contagios. Por más esfuerzos que haga el personal sanitario, si la población no toma conciencia y colabora, mantenido el comportamiento adecuado durante la semana de flexibilización, la situación de salud empeorará.

El coronavirus no hace distinciones. En términos muy claros, sólo usted se sentirá enfermo cuando el COVI-19 haya logrado cumplir con su meta evolutiva: propagarse.

El incompresible 7 X 7

Es cierto que esta pandemia ha puesto al mundo de cabeza. Los gobiernos han intentado muchas salidas a la crisis y a lo que significa para las economías de las naciones la cuarentena radical, pero hasta ahora nada ha dado los resultados esperados porque mientras no se encuentre la cura definitiva , la vacuna en la que muchos científicos están trabajando , la amenaza cierta de contagio continua.

En el caso venezolano, cuando toca la semana de flexibilización las ciudades se llenan de gente, grupos de amigos se reúnen, las madres salen con sus niños, en fin todo tipo de conductas que conllevan alto riesgo, y cada uno hace lo que mejor le parece. Es como si no existiera una pandemia como la que estamos viviendo. Falla la memoria a corto plazo de las imágenes tan crueles que hemos observado mostrándonos los estragos que causa el virus en el cuerpo humano.

Por otro lado, cuando corresponde la semana de “radicalización”, la situación se torna muy confusa. En los puntos de control, los funcionarios, también se ponen tensos y hay muchas denuncias de malos tratos a la ciudadanía. Es como si, ellos (a), a las fuerzas del orden, también se les olvidara que son servidores públicos y que ante todo deben respetar a los ciudadanos de a pie, a sus compatriotas.

Igualmente, se ha puesto de moda la práctica de trancar vías importantes para que el tránsito se desvíe de una manera, tan anárquica, que nadie entiende las razones de este proceder.

Sería muy importante que las autoridades explicaran la lógica, que sustenta este tipo de acciones, porque de lo contrario la ciudadanía vive en un caos y en total incertidumbre, cuestión que añade más presión a las muchas dificultades que enfrentamos a diario.

Cuídese con y sin flexibilización.

Debemos ser conscientes. Comprender que esto de la pandemia no es un juego. Es verdad que nadie tiene la vida comprada y que podemos enfermar de cualquier cosa en cualquier momento. Sin embargo, sí podemos evitar contagiarnos con el COVID-19, practicando las medidas que ya se han informado suficientemente, entonces, caer enfermos sería nuestra responsabilidad.

Por favor, cuídese, cuide a los suyos. No se acerque a personas que por tozudez, capricho, irreflexión, no acatan las medidas de prevención.

La flexibilización no implica que el coronavirus se acabó. Según la Organización Mundial de la Salud, hay repuntes en varias ciudades del mundo.

Su salud y la de los suyos debe ser una prioridad.

Redacción C.C.