El XVI Arzobispo Metropolitano de Caracas. El Emmo. Dr. Baltazar Cardenal Porras Cardozo

Por: Ricardo R. Contreras…

El pasado 28 de enero de 2023 tomó posesión canónica en la Catedral de Santa Ana, sede metropolitana de Caracas, el XVI Arzobispo Metropolitano de la primera diócesis venezolana, erigida originalmente con sede en Coro el 21 de junio de 1531 (Bula papal Pro excellenti praeeminentia), trasladada a Santiago de León de Caracas el 7 de marzo de 1638 (Real Cédula del 20.07.1637), y elevada a arquidiócesis el 15 de noviembre de 1804 (Real Cédula del 16.07.1804). Esta gran responsabilidad recayó en los hombros de quien desde hace cuatro años (a partir del 9 de julio de 2018), ejerció el gobierno arquidiocesano en calidad de Administrador Apostólico, se trata del Emmo. Dr. Baltazar Cardenal Porras Cardozo, un hombre plenamente identificado con la capital venezolana que le vio nacer el 10 de octubre de 1944. Esta designación pontificia viene a completar una dilatada y brillante trayectoria eclesiástica, pues si bien es cierto el haber recibido el capelo cardenalicio en el Consistorio del 19 de noviembre de 2016, es una altísima dignidad que lo convirtió en príncipe de la Iglesia, ocupar ahora la sede primada de Venezuela, como sucesor de una larga lista de insignes prelados (26 obispos y 15 arzobispos) que ostentaron la mitra caraqueña, es un evento especialmente importante en la trayectoria personal del Cardenal y en la vida eclesial venezolana.

El episcopado del Dr. Baltazar Cardenal Porras Cardozo comenzó en la Mérida de Venezuela, la segunda diócesis venezolana (erigida el 16 de febrero de 1778), como Obispo Auxiliar del Siervo de Dios Mons. Miguel Antonio Salas, de quien se puede decir que fue uno de los levitas que tuvo mayor influencia en su vida religiosa y formación eclesiástica, en su sacerdocio y episcopado. El trabajo intelectual y la cercanía con el pueblo merideño y sus tradiciones, así como su predilección por los libros, las bibliotecas y los archivos, van configurando al Obispo cuya palabra sabia y docta se deja entrever en su ‘Crónica Menor’, columna en la prensa escrita y ahora digital, a través de la cual ha venido expresando su opinión sobre la cotidianidad de la Iglesia merideña y venezolana, pero también sobre el acontecer nacional.

La redacción de sus artículos semanales y su arduo trabajo pastoral no impidió que, con acuciosidad, se dedicara a investigar en los archivos y reflexionar desde la teología y la filosofía, a fin de escribir libros, homilías, discursos, y conferencias, un inmenso trabajo intelectual que ha sido compilado y publicado por la editorial del Archivo Arquidiocesano de Mérida (AAM). La lista de publicaciones es larga, pero la mayoría se pueden encontrar en la sede del AAM en el Palacio Arzobispal de Mérida, y entre ellas podemos resaltar una pequeña muestra, como las compilaciones: ‘Conferencias. 1993-2010’; ‘Conferencias 2011-2020’; ‘Faro de Luz y de esperanza. Homilías 1992-2020’; y, ‘Del verbo a la pluma. Discursos 1992-2019’, así como el propio trabajo en la prensa regional en cinco volúmenes: ‘Escritos de Auxiliar 1988-1991’; ‘En el umbral del tercer milenio. Crónicas menores 1992-1999’; ‘Saber mirar, saber escuchar. Crónicas menores 2000-2010’, ‘Senderos de la palabra. Crónicas menores 2011-2020’, y, ‘Desde el corazón del Pastor. Crónicas menores octubre 2020-2022’. También está disponible su obra emblemática ‘El ciclo vital de Fray Juan Ramos de Lora’, la biografía más completa del primer obispo de Mérida, que se suma a los libros: ‘Torrijos y Espinosa. Dos breves episcopados merideños’, material de alto interés para la historia eclesial y, ‘Crónica del seminario mayor en Curaçao 1895-1901’, que recoge el acontecer de un turbulento período en la historia eclesiástica venezolana. Otros tres libros que merecen una valoración particular son su biografía de Mons. Miguel Antonio Salas, la compilación de discursos intitulada ‘Iglesia y Universidad’, publicada por el Rectorado y la Cátedra Libre de Teología Comparada Juan Pablo II de la ULA en 1988, que recoge discursos del entonces Obispo Auxiliar y del rector Pedro Rincón Gutiérrez, y un pequeño tomo de interés particular: ‘Interrogantes del cristiano de hoy’, publicado por ediciones Trípode en 1976, donde se puede apreciar una profunda reflexión acerca de la situación del cristiano en un mundo que cambia a una velocidad vertiginosa.

En la Conferencia Episcopal Venezolana comenzó un trabajo arduo y fructífero en comunión con los demás obispos y arzobispos y, por ejemplo, fue designado para llevar adelante la coordinación del viaje apostólico del papa S. Juan Pablo II a Venezuela en 1985. La dedicación de Baltazar Enrique Porras, doctor en Teología Pastoral por la Universidad Pontificia de Salamanca en España, no pasó desapercibida en Roma, y el papa Wojtyla, que lo había designado Obispo titular de Lamdia y Auxiliar de Mérida, le reiteró su confianza al designarlo, el 30 de octubre de 1991, como sucesor de Mons. Miguel Antonio Salas en calidad de VI Arzobispo Metropolitano de Mérida. De ahí en más, las décadas de fructífero episcopado se fueron acumulando, dándole una transformación a la Iglesia merideña y formando varias generaciones de sacerdotes. Por otro lado, su paso por la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM), le puso en contacto con otras realidades, y su participación las sesiones de esta instancia subcontinental de la Iglesia, le permitió compartir puntos de vista y conocer a obispos de diversas nacionalidades, entre los que destaca el propio Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, quien en 2013 se convirtió en el papa Francisco. Adicionalmente, su participación en diversas comisiones de la Curia Romana le permitió tener una visión de la Iglesia en su conjunto más amplio y universal.

El Emmo. Dr. Baltazar Porras, obispo e intelectual, escritor prolífico, miembro correspondiente de la Academia Nacional de la Historia, e Individuo de Número Sillón Nº 9 de la Academia de Mérida, recibió del papa Francisco el nombramiento como titular de la sede arzobispal caraqueña el martes 17 de enero, y decidió tomar posesión el sábado 28 de enero, día en que se celebraron treinta y ocho años de la visita apostólica de S. Juan Pablo II a Venezuela (específicamente a Mérida). En la homilía de esa Misa pontifical presentó con claridad lo que serán sus líneas de acción pastoral, señalando: “El rostro de la Caracas del siglo XXI reclama crecer como discípulos misioneros. El mundo, la realidad circundante han cambiado. La Iglesia también tiene que cambiar en fidelidad y esperanza, pues la exigencia de la realidad se convierte en un signo de los tiempos que pide la conversión del corazón, para que las nuevas actitudes y estructuras pastorales que hay que concebir con creatividad, imaginación, coraje y fe, respondan a la sed de las multitudes que anhelan el Evangelio de Jesucristo (cfr. Aparecida, 173; EG 121)”, y agregó, “El llamado urgente del Papa Francisco es vivir la opción fundamental del Evangelio en clave de “Iglesia en salida”, en actitud misionera, misericordiosa y samaritana. Y en clave sinodal, de caminar juntos, de vivir la comunión en la diversidad que se enriquece dejando de lado viejos esquemas, abriéndonos a experiencias desconocidas en la que la participación de todos nos convierta en protagonistas y actores de nuestra realidad, al servicio de todos hechos prójimos”. Iglesia en salida es aquella que también persigue los sueños de sus prelados, sacerdotes y diáconos, religiosos y religiosas, agentes de pastoral, laicos comprometidos y feligreses en general que, inspirados en Cristo, buscan construir una sociedad más justa y cohesionada, por ello el Arzobispo indicó: “los invito a que juntos soñemos la Iglesia caraqueña que debemos construir juntos. Los cimientos están puestos por quienes nos han precedido y de quienes heredamos, y por quienes están con la mano en el arado. No enterremos esos talentos, al contrario, pongámoslos a producir fruto abundante para que entreguemos cuentas claras de nuestro paso por la existencia camino al cielo definitivo”.

Estamos convencidos de que, en esta nueva etapa de su ministerio episcopal, el XVI Arzobispo de Caracas guiará con esa fortaleza, dinamismo y erudición que demostró en Mérida, y la Iglesia primada de Venezuela, bajo la protección de la Virgen de Coromoto y con la intercesión del apóstol Santiago y Santa Ana, el Emmo. Dr. Baltazar Cardenal Porras Cardozo impulsará ese proyecto de ‘Iglesia en salida’ en medio de la sinodalidad, en beneficio de la Iglesia caraqueña, y del conjunto de la Iglesia venezolana.

05-02-2023