El economista Daniel Vásquez Uribe es egresado de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Los Andes y actualmente se encuentra culminando una maestría en Desarrollo Sustentable en el Foro Latinoamericano de Ciencias Ambientales (FLACAM) en La Plata Argentina, ha dedicado su trabajo a la nueva economía o economía sustentable y al desarrollo de proyectos relacionados con esta área, entre ellos el proyecto de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la ULA “Faces Consciente: Espacio Sustentable” donde midió la huella de carbono y permitió certificar este proceso convirtiendo la FACES en la primera facultad carbono neutral de Venezuela.
Actualmente se encuentra en desarrollo del proyecto Emprendimiento 7 Suramérica, Mochileando hacia la Sustentabilidad que entró a su etapa final y hemos querido retomar una conversación acerca de las impresiones de la cuarta parada de esta travesía en la ciudad de Arica en Chile.
– Un proyecto de emprendimiento como este se hace con las uñas y eso implica riesgos, contratiempos y situaciones que se presentan para resolver en el menor tiempo y con la menor cantidad de recursos. Háblanos un poco de los riesgos y contratiempos que has vivido hasta ahora en la travesía.
Un viaje de mochilero resulta una experiencia de emociones intensas donde la incertidumbre juega un papel protagónico y latente a lo largo de la ruta trazada. Esto es exponencial cuando tu intensión es atravesar el continente Suramericano. El primer tema que siempre ronda por mi cabeza es el dinero, ¿cómo hacerlo rendir?, no dejarme llevar por las emociones de tierras nuevas, saber administrar, sacrificarse siempre y sobre todo reconocer cuándo te están tomando por turista, que es sinónimo de precios inflados. Investigar a fondo los lugares que visitas y las distintas alternativas para moverse allí, esto acompañado de tener siempre la certeza del tipo de cambio (dólar-moneda local) actualizado, combinándolo con muchas, pero muchas ganas de caminar y sobre todo no temer a preguntar, precios, direcciones, referencias y si es posible “hacer visita” o contar algún chiste, obtener la mayor cantidad de información de la gente común del día a día de la ciudad (el taxista, el carnicero, la que atiende la tienda, el hippie de la calle, etc). Esto en su conjunto te permite hacer una lectura del lugar para saber desenvolverte de la mejor manera.
Recordando alguno de los riesgos que ha tenido la travesía, pienso por ejemplo en una situación vivida en Lima que me ha llevado a reflexionar lo que significa desconocer un lugar combinado con las ganas de conocerlo y cómo esto puede terminar llevándote a zonas donde no deberías estar.
Caminando por el centro de Lima, terminé en una zona roja (barrio peligroso); en mi horizonte vi una iglesia un tanto deteriorada que me atrajo poderosamente la atención y decidí avanzar para tomarle una fotografía, y sin darme cuenta empecé a caminar y a adentrarme en un barrio que terminó siendo peligroso, neciamente seguí caminando hasta que me postré frente a la iglesia, tomé la fotografía y me di media vuelta, me devolví aceleradamente y la presión del ambiente me hizo sentir con fuerza que me había equivocado al estar allí, luego de varias cuadras ya estaba nuevamente en una zona confortable. Al regresar la calma, me pude percatar que había una especie de frontera invisible en esa zona, hasta cierto punto, había un cordón policial vigilante, soldados con fusiles visibles e intimidantes, ya luego de esa línea de “vigilancia” daba la sensación que era “tierra de nadie”, que podía pasar cualquier cosa, era allí donde había estado caminando para acercarme a la bendita iglesia.
-Cómo ha sido la receptividad de las personas que te has conseguido en la travesía.
Las personas han sido una de las grandes bendiciones de esta travesía. Me sorprende como pareciera que no hubiese frontera alguna entre los países que he visitado pues lo que ha prevalecido de absolutamente todos con quienes me he topado son las sonrisas, la hospitalidad y las buenas energías. Esto ha supuesto el mejor ingrediente o “combustible” para seguir, para creer cada vez más en lo que se está haciendo y para no decaer o desistir, pues al pasar los días, el cansancio físico surge luego de 30 horas de viaje pero aparece un anfitrión con un gran abrazo, una sonrisa y una energía alucinante, que te regresan nuevamente a tierra y sigues y empiezas a sentirte como un globo que vuela, es fantástico. Las sensaciones que me han trasmitido las personas me hacen creer en este proyecto y un elemento que me encanta, es como la gente, de distintos lugares, con distintos gustos, creencias, edades, disciplinas e idiosincrasias, coinciden y se parecen inmensamente cuando expones sobre la mesa temas como los valores del hombre, el buen desarrollo de las ideas, la búsqueda de los sueños, la buena relación del hombre con su entorno, la construcción de ideas transformadoras, en definitiva, la sustentabilidad. Esto hace que todos converjan y sorprende que sin conocerse siquiera y al estar separados por kms y ciudades, coinciden en esa necesidad y deseo de poder alcanzar acciones para hacer de este mundo un lugar mejor, eso es algo mágico.
Si me pidiesen definir lo que ha venido siendo esta travesía en una frase, diría: parajes alucinantes y personas fabulosas.
– Háblanos del caso exitoso de emprendimiento en Chile.
En Chile aprendí la gran importancia de conocer a fondo y con audacia las necesidades del entorno para poder ser un emprendedor exitoso, esto significa saber leer el contexto de donde se pretende materializar cualquier idea propuesta sobre la mesa. En Arica, ciudad desértica al norte de Chile (fronteriza con Perú), tuve la oportunidad de conocer al señor Cristian Ramírez, él es el director de la Clínica Veterinaria Diego Portales. Este emprendedor por naturaleza me contó la apasionante historia de cómo un sueño y su deseo de materializarlo le permitió levantar de la nada (y con las uñas) la que actualmente es la clínica veterinaria más importante del norte de Chile, resultó muy motivador escuchar cómo para Cristian las dificultades no deben suponer nunca un freno, pues los ojos deben estar siempre puestos en una meta conscientemente definida y es allí donde uno debe llegar. Las dificultades son un elemento que siempre estarán presentes en cualquier emprendimiento que se desee llevar a cabo, es como algo implícito, el meollo del asunto es tener la capacidad de sobrepasarlas e inclusive convertirlas en oportunidades que te impulsen, con más fuerza, en lograr tu objetivo y eso es lo que he venido haciendo.
La chispa de arranque que le permitió consolidar su empresa, fue la visión innovadora de ofrecer servicio veterinario a domicilio, cosa que jamás se había realizado antes en Arica. Esta parte de la historia me permitió terminar por comprender que la lectura del contexto le permitió encontrar su ventaja competitiva que le permitiría afianzar su idea y hacerla grande.
Un criterio de sustentabilidad que pude encontrar en su empresa es la visión integral que les define, ya que además de prestar servicios de medicina general, cirugía, esterilizaciones, farmacia, pet shop, venta de mascotas, hotel, peluquería, ecografías, rayos X y servicio a domicilio, le apuestan a la creación y transferencia del conocimiento, organizando talleres, seminarios y cursos con expertos nacionales e internacionales de distintas áreas de la veterinaria para mejorar la calidad de formación de los veterinarios de la región. Transferencia del conocimiento, para ser agentes multiplicadores del cambio, eso es sin duda alguna, un elemento definitorio de la sustentabilidad y lo más interesante que me pareció de esta experiencia, es que estos criterios son (y deberían ser) aplicables en cualquier tema, proyecto o área del conocimiento, en este caso una clínica veterinaria. Inmensamente enriquecedor.
-¿Para el momento de arribar a Chile cuántos kilómetros habías recorrido y hacia donde te diriges?
El proyecto ha recorrido 5.749 Kms hasta la ciudad de Salta, la quinta de E7S. La travesía lleva 26 días, comenzó el 20 de marzo del presente año en la ciudad de Mérida y este kilometraje ha sido el resultado de las siguientes paradas: Mérida-El Vigía-Ureña-Cúcuta-Bogotá-Lima-Arequipa-Tacna-Arica-La Paz-Oruro-Villazon-La Quiaca-Salta.
Mi siguiente parada será la ciudad de Buenos Aires, me separan de allí 1.400 kms aproximadamente, será la sexta (o penúltima) ciudad del proyecto, donde documentaré un caso exitoso de emprendimiento con criterios de sustentabilidad y haré parada un par de días en lo que será la última ciudad del proyecto, la ciudad de La Plata, que se encuentra a 40 minutos de Buenos Aires, documentado el caso exitoso que ya está plenamente identificado y contactado, regresaré a la capital de la república Argentina, para avanzar con mis trabajos y seguramente empezar a construir nuevos sueños, la aventura sigue y por lo pronto no para, eso es una gran bendición para mí.
Les invito a seguir este proyecto Emprendimiento 7 Suramérica, Mochileando hacia la Sustentabilidad a través de Facebook: Emprendimiento 7 Suramérica o en el portal web www.comunicacioncontinua.com en la sección “Tu Tierra Verde”.
Fotos: Daniel Vásquez Uribe