En días de acoso escolar

Por: Rosalba Castillo…

Muchos padres en la actualidad están enfrentando momentos difíciles, ante la negativa de sus hijos de ir la escuela. Aunado a ello, los cambios de personalidad y en los hábitos de alimentación, sueño, así como el descenso en el rendimiento escolar, ansiedad e introversión en los niños.  Detrás de estas conductas de evasión siempre existe una causa de fondo. Se hace necesario acercarse al niño para escuchar cuáles son los motivos que lo alejan del deseo de compartir el aula. Muchos de estos casos se deben al acoso escolar que viven los pequeños y no tan pequeños.

La violencia escolar en los centros educativos esta siendo tendencia. En las aulas, en los patios, en las filas, en los baños, en la entrada y salida, en el transporte escolar y aun   al llegar a su casa, muchos niños y adolescentes son víctimas del ciberacoso, a través de sus teléfonos celulares. En ningún espacio se sienten seguros quienes son perseguidos por sus compañeros. Generando indefensión, que se transforma en miedo, terror de asistir a la escuela para no exponerse al maltrato verbal o físico.  El acosador aprovecha un desequilibrio de poder que existe entre él y su acosado, para conseguir un beneficio, mientras que quien es perseguido se siente indefenso y puede desarrollar una serie de trastornos psicológicos que afectan directamente a su salud o incluso   producir situaciones extremas. como el suicidio.

El hostigamiento escolar ha estado presente siempre en las escuelas. Hoy en día la sensibilidad social es mayor y, por tanto, la conciencia y la visibilidad de este problema también ha aumentado. De esta manera, ahora son muchos más los casos que salen a la luz, pero también es notablemente mayor el conocimiento en materia de acoso escolar. Tanto que los gobiernos, se han visto en la necesidad de diseñar leyes para la protección de los menores. El origen de la violencia escolar puede venir causado por problemas sociales o familiares, que pueden provocar que el niño desarrolle una actitud agresiva y que en la adolescencia sea violento. En muchas ocasiones, quienes maltratan son personas que también han sido acosadas en algún momento.

Son afectados por violencias, quienes son diferentes, por su estrato social, por sus condiciones físicas o intelectuales. De la misma manera, influyen factores relacionados con el colegio y los profesionales que allí laboran. El ambiente escolar es clave. La convivencia y el hecho de que haya una cultura que no solo prevenga el acoso escolar, sino que promueva otros valores. A largo plazo, se ha comprobado que se obtienen mejores resultados al fomentar lo positivo que al prevenir lo negativo. La prevención a la violencia es fundamental para minimizar y reducir sus efectos cuanto antes. Dado que las causas que motivan el bullying son muy diferentes, hay que buscar soluciones al problema, mediante una propuesta amplia y abierta, contando con el diálogo como la más eficaz manera para minimizarlo.

Los casos de violencia escolar están protegidos por un muro del silencio. Calla la víctima, callan sus compañeros, convirtiéndose en cómplices. Las situaciones de poder se ven reflejadas en el aula, en la escuela. Se prefiere el silencio a ser perseguidos de igual manera por sus compañeros. Generalmente entre el temor, la vulnerabilidad, la indefensión, callar es la mejor opción. El maltrato escolar debe ser denunciado Se hace necesario indagar de acuerdo con las conductas evitativas de los maltratados, ya que muchos de ellos no dejan huellas, físicas mientras que otros pueden llegar a los hospitales o a los cementerios. El niño no es violento por naturaleza. La violencia es aprendida, generalmente en su mismo entorno familiar, social, y de los programas o juegos que consume. Se hace necesario comprender que en el acoso somos muchos los responsables. Una sociedad agresiva desarrolla niños y ciudadanos agresivos. La violencia es un concepto que se relaciona con el poder. Se hace necesario trabajar valores, mediante el tratamiento psicológico al agresor y al agredido. Las escuelas deben tener espacios dedicados a la terapia personal, así como entrenar a los docentes frente a casos de violencia.

Quien es violentado debe ser atendido en su autoestima, pues generalmente son maltratados a lo largo de sus vidas. No se trata de mudar de colegio al niño. Se trata de darle herramientas para construirse fuerte y subirle los niveles de su estima. Se trata de trabajar con quien maltrata para hacerlo más empático, más sensible y darle herramientas para sustituir la violencia. Ambos deben recibir atención profesional. Se trata de analizar la comunicación y las estrategias empleadas en el aula.

Las consecuencias afectan principalmente a la víctima, que puede tener fracaso escolar, niveles altos de ansiedad, negativa de ir al colegio, insatisfacción y cambios de personalidad, pasando a convertirse en una persona insegura, con baja autoestima. Si el acoso  tiene su escalada, pueden desarrollarse síntomas de depresión. La imagen que pueden llegar a tener los agredidos de sí mismos es muy negativa y llegan a creer que no son suficientes académica y socialmente. Esto puede provocar que en algunos casos tengan reacciones agresivas que terminen en intentos de suicidio.

rosaltillo@yahoo.com

18-6-2022