En el camino del 2021

Por: Rosalba Castillo…

Iniciando el nuevo año, miramos hacia atrás para evaluar el contexto mundial y el personal. No vamos a comenzar de cero. Partiremos desde las experiencias que nos quedaron como legado del año que recién culmina. Sin embargo, no dejamos de ver hacia adelante con propósitos, así como anclados en la esperanza de que esta pandemia nos mostrará el camino del 2021. Días mejores vendrán, no pensemos en desistir, sí en brindar por un año con vacuna, salud, empleo, abrazos, besos, democracia, paz e intenciones para construir un mundo alternativo y mejor.

El 2020 no solo nos golpeó con una pandemia global. El planeta se detuvo y nos mostró cuán frágiles somos a pesar de una era marcada por la inteligencia artificial y la globalización. En medio de esta gran pausa, en un mundo paralelo, pudimos sentirnos tan cerca con hechos tan significativos que movieron el globo azul y también nuestras más íntimas fibras.

A través de las diferentes plataformas pudimos respirar el gas lacrimógeno de las múltiples manifestaciones en las calles de diferentes ciudades a nivel mundial. Muchos perdieron sus ojos por balas de goma; muchos lloraron sus logros como en la legalización del aborto en Argentina. Otros, nos perdimos en el dolor por las muertes de George Floyd y el indígena Pemón, preso político venezolano, así como con la explosión de Beirut. El mundo entero estuvo pendiente de las elecciones en Los Estados Unidos. La crisis migratoria hizo tendencia en las redes sociales.

Mientras el coronavirus atrapó nuestra mirada, el dengue y el sarampión se apoderaron de Latinoamérica. Costa Rica, El Salvador, México, Guatemala, Nicaragua, Brasil, Honduras y República Dominicana aumentaron considerablemente sus contagios con estas enfermedades superadas en otros paises. La rivalidad entre Estados Unidos e Irán mostró nuevos episodios de ataques entre sí. Los desastres naturales como huracanes, incendios forestales, inundaciones, terremotos, tsunamis, tornados, deslizamientos de tierra causaron conmoción en diferentes comunidades, produciendo daños materiales considerables  y  llevándose múltiples vidas.

El repunte de los hechos de violencia intrafamiliar reveló un alza en los registros estadísticos durante el confinamiento. Los feminicidios  no pudieron callarse con el tapaboca. La pandemia de la Covid-19 dejó en casa a la humanidad quedando las víctimas de la violencia doméstica en condiciones de mayor vulnerabilidad ante sus agresores. El hogar fue el lugar de mayor violencia de género. Los Derechos Humanos encontraron en la pandemia el espacio adecuado para ser violados en silencio. Derechos como la información, la salud, la educación, la alimentación, empleo, los servicios públicos, la movilidad se vieron violentados en extremo durante el confinamiento.

Centenares de personas carecen del acceso a la información y a las políticas públicas para hacerle frente a esta pandemia. Gobiernos de países latinoamericanos ocultan cifras sobre los contagios así como no brindan las medidas básicas para la prevención de la enfermedad. La Covid-19 ha dejado fallas en el liderazgo mundial, haciendo evidente las desigualdades económicas, raciales y de género. La manera como algunos gobiernos ha manejado esta crisis nos ha dejado a muchos con dificultades para asegurar la sobrevivencia económica y física.

En ocasiones, el virus y los gobernantes han limitado nuestras posibilidades de protestar, “por estas calles”, pero hemos aprendido a desarrollar un activismo digital. Diferentes plataformas digitales como Netflix, HBO, Amazon, Plex, Vudu, Youtube, Disney entre otras, han permitido reflexionar sobre la crisis social a través del cine latinoamericano. Allí se ha mostrando un mosaico de nuestras  realidades, muy a pesar de la suspensión de salas, estrenos y festivales ante la gran pantalla. Las películas deben tener un impacto para promover el cambio dentro y fuera de las pantallas.

El 2020 nos invitó a tomar más en serio nuestro paso por el planeta. A replantearnos sueños y desarrollar una pandemia de solidaridad y amor, a comprometernos con un cambio como la forma de ser útiles. Acercarnos más como habitantes de este planeta. Todo está vinculado  al brote pandémico, a la tasa de  contagios y al distanciamiento social. Creo que comprendimos que el hombre es fácilmente aniquilado por este virus invisible. La gran pregunta es cómo saldremos de él. Aprovechemos la oporrtunidad como sociedad, para dar el cambio del cual tanto hablamos.

Las circunstancias vividas en el 2020 nos obligan a buscar un mundo más justo y equitativo. Como humanidad debemos comprender que nos enfrentamos a un cambio de era y que el mundo que se alumbre debe ser diferente por completo. El 2021 será un gran renacimiento. Empezaremos a replantearnos metas personales de salud, trabajo, dinero y espirituales. Vienen grandes posibilidades para para cambiar la forma de encarar la vida. Un nuevo comenzar con valores diferentes. Solo hay que encontrar nuevas rutas. Comencemos…

rosaltillo@yahoo.com

9-01-2021