La Arquidiócesis de Mérida, este jueves, 30 de octubre, conmemora 11 años del fallecimiento de Monseñor, Miguel Antonio Salas, Arzobispo de Mérida desde el 15 de septiembre del 1979, hasta el 5 de diciembre del año 1991, nombramiento hecho por el Papa Juan Pablo II.
Al respecto, Monseñor Baltazar Porras Cardozo, arzobispo de la Arquidiócesis de Mérida, invitó a todos los integrantes del clero merideño, para que durante las eucaristías correspondientes, rememoren las virtudes, que lo distinguieron en vida.
“Él tuvo gran sentido de entrega de servicio, a la Iglesia, a los pobres, preocupación por los sacerdotes; él todo lo hizo y todo lo dio, por esa vocación que recibió desde su adolescencia y que la plasmo después como sacerdote Eudista”, indicó.
Explicó el Arzobispo Metropolitano de Mérida, que Monseñor Salas, fue también formador y rector en seminarios; tales como, San Cristóbal y Caracas, para luego estar 18 años, como Obispo de Calabozo, y finalmente ser el V Arzobispo de Mérida.
Asimismo, indicó Monseñor Porras, que cuando llego a su edad de retiro, regreso a su tierra natal, donde estuvo como un humilde servidor, prestando servicios de párroco en las capillas de su aldea; sirvió también en la catequesis y en toda aquella atención de servicio pastoral que se pidiera.
“Que ese recuerdo de Monseñor Salas, nos haga a todos dar gracias a Dios, por haber tenido al frente de nuestra Arquidiócesis a un hombre, bueno y fiel, un santo servidor”, pidió con ahínco Monseñor Porras.
Un poco del V Arzobispo de Mérida
Monseñor Miguel Antonio Sala, Nació el 29 de septiembre de 1915 en la comunidad de Sabana Grande, La Grita, estado Táchira;ordenado sacerdote el 24 de marzo de 1943, en la ciudad de Bogotá;hizo de su labor pastoral en diferentes seminarios de Colombia y Venezuela, con la formación de los futuros sacerdotes, falleceun 30 de octubre de 2003, en un accidente automovilístico.
Mons. Salas es un ejemplo de admirar e imitar, por tal razón se inició la propuesta a la Congregación de la Causa de los Santos, la cual fue aprobada, por eso la Arquidiócesis de Mérida, debe dar a conocer su vida y obras; recoger testimonios de quienes lo conocieron y trataron, orar y pedir por su intercesión para que sea una realidad como modelo de santidad en los altares.
Prensa Arquidiócesis de Mérida. Y.E


