***Diferentes etapas ha transitado esta institución deportiva venezolana durante este medio siglo. La actual plantilla tiene la obligación de regresar a las copas internacionales.

En un país con serias dificultades para consolidar en su memoria los hechos más trascendentes, el deporte se las arregla casi siempre para mostrar el lado positivo de la sociedad. Hoy el equipo de fútbol profesional  venezolano Estudiantes de Mérida arriba a cincuenta (50) años de existencia manteniendo su nombre original y convirtiéndose desde ya y según los cánones patrimoniales de la UNESCO en una costumbre para sus seguidores.

La camiseta rojiblanca (de origen vasco) ha visto pasar por sus telas a una importante cantidad de patrocinantes, entre ellos entidades bancarias, entes gubernamentales, bebidas espirituosas y criptomonedas, por ejemplo. Es digno de análisis el fervor con el que sus parciales asisten desde 1971 al Estadio Guillermo Soto Rosa (“El cementerio de los elefantes) o al Estadio Metropolitano (“El coloso de Zumba) en la ciudad de Mérida.

Diferentes generaciones de aficionados recorren sus tribunas con una fidelidad encomiable. Así pues es posible que durante aquellas fechas en las que la oncena no anda en su mejor forma se congreguen por lo menos unas mil quinientas (1.500) personas para alentar y que durante aquellos partidos donde se comienzan a hilvanar victorias la asistencia sobrepase las diez mil (10.000) sin ningún problema.

Estudiantes de Mérida FC es ya parte de la idiosincrasia del merideño, y entiéndase por merideño no sólo a los que viven en el área metropolitana de la ciudad sino también a la afición regada por Ejido, Tovar o Cacute por citar algunos lugares donde estos colores se viven con alta intensidad. Vienen a la memoria los hasta hace poco, comunes autobuses desplazándose por el país la mayoría de las veces con recursos propios de sus seguidores para apoyar en diferentes campos de juego al equipo.

Momentos memorables y tragedias han acompañado a Estudiantes de Mérida FC en estos cincuenta (50) años. La destacada actuación en la edición de la Copa Libertadores del año 1999  con partidos históricos como el ganado ante Nacional de Uruguay con aquel sensacional gol de José de Jesús “Chuy” Vera o el accidente de tránsito que ocasionaría el fallecimiento del capitán también uruguayo Carlos de Castro son parte de la memoria del club.    

Llega Estudiantes de Mérida FC al 2021 cargado de expectativas y con el sabor fresco de las copas internacionales disputadas entre el 2018 y el 2020 de manera ininterrumpida. Con una plantilla con elementos como Álvaro “Palito” Pereira, Juan Esteban Ortíz y Jesús “La Pulga” Gómez, y con condiciones de trabajo de alto nivel;  los aficionados y la prensa no esperan otra cosa que el regreso a la Copa Suramericana o a la Copa Conmebol Libertadores.

Tienen el profesor  Leonel Vielma y su cuerpo técnico un bonito desafío y el gran compromiso de seguir hacer creciendo al decano del fútbol venezolano. Es difícil explicar  con palabras la atmósfera que se respira cada vez que juega Estudiantes  con esos abuelos explicándole a sus nietos las glorias pasadas del equipo, las necesarias modificaciones en algún planteamiento y todo eso con legiones de humildes simpatizantes extendiendo desde la mañana las banderas y ahorrando para adquirir un par de cervezas y un choripán.

Luis Alberto Morales

CNP 23.806

04 de abril de 2021