Hablemos de condominio: Y nos vamos quedando solos

Esta semana realizamos una reunión en nuestro edificio para finiquitar algunas cosas de mantenimiento importantes. Al terminar la reunión, uno de los asistentes nos dijo: “Miren el estacionamiento”. Y realmente nos impresionamos de la cantidad de puestos vacíos. Efectívamente, nos estamos quedando solos.

Cada vez son más los venezolanos que deciden irse a otros destinos cansados de la ausencia de sus familiares, de los bajos ingresos, de sobrevivir en un sistema cuyos cambios nunca llegan.  Fuera del circulo de quienes se han reinventado y han sacado partido a la crisis creando emprendimientos necesarios y productivos, están quedando aquellos que a pesar de aun estar en edad de generar ingresos sienten que ya no tienen esperanzas en otras latitudes, los que prefieren quedarse en su zona de confort, las personas de tercera edad o quienes pueden subsistir con lo que poseen y les ingresa ya sea de sus familiares en el exterior o de sus empleos.

¿Y quienes se hacen cargo del condominio?

Ese es un gran dilema. Los jóvenes se han ausentado del país, con su energía e ideas frescas. Los adultos contemporáneos que quedan están ocupados en mantenerse a flote en el país. Las mayorías de las personas de tercera edad no están disponibles, en su mayoría por salud, para hacerse cargo de estas responsabilidades, en un país en riesgo y con una pandemia que los coloca en posición de vulnerabilidad. Así, las opciones cada vez son menores.

Alejandra nos comentaba hace unos días, que en su residencia se está lanzando a la Junta de Condominio una de las personas que más daño hizo a los jóvenes la comunidad en las protestas del 2014, siendo facilitador en la violación de los derechos humanos por parte del Estado.  ¿Cuál es la razón para que esta persona tóxica tenga estas pretensiones?  Probablemente no hay en esa comunidad, (o no quieren los que quedan) hacerse cargo.    Y allí radica el problema, cedemos los espacios y no nos comprometemos, porque pensamos individualmente. 

En otros casos, los condominios quedan acéfalos, las elecciones se declaran desiertas y se corre el riesgo que sea un tribunal quien designe quien se hará cargo de la comunidad. Es decir, ponemos en bandeja de plata la solución para que se haga con nuestras residencias lo que sea, exponiendo el sagrado derecho a nuestra propiedad privada en un país tambaleante.

Emprendimientos con el corazón

Pero no solo quién se hace cargo del condominio es el problema. Son muchos los edificios con abuelos solos, que requieren de atención, ayuda y sobre todo cariño. Algunos vecinos dan la mano, pero en otros lugares no es tan sencillo y es allí donde ideas creativas han hecho milagros.

María Gabriela Chalbaud es psicopedagoga y la cofundadora de “Mi hijo suplente” una iniciativa amorosa de abordaje social en un país de abuelos que se han quedado solos debido a la diáspora, iniciativa que nació hace dos años de una experiencia persona. La función de este emprendimiento es proveer a los adultos mayores todo aquello que los hijos no pueden hacer en el país.  Diligencias digitales y presenciales, acompañamientos, compras, citas médicas, adquisición de medicinas, video llamadas, representación en el condominio, atención en fechas especiales y otros. Todo se va reportando a los hijos que están en el exterior.

Lo mismo ha sucedido con casas y apartamentos con los propietarios fuera del país.  Ante la imposibilidad de vender o alquilar, nuevos emprendimientos han emergido ante el miedo de los emigrantes a perder sus propiedades, especialmente porque muchos se han ido de manera forzada. Tal es el caso de “Casa Viva” creado por Emiliana Romero al regresar al país y encontrar su casa en muy mal estado.   Así, desde su empresa se hacen cargo de propiedades solas para que los espacios se mantengan en buenas condiciones (jardinería, pago de servicios y condominio, limpieza, airearlos, encender luces) y que puedan estar seguros. Aunque es más común que esta labor la hagan vecinos o familiares. En definitiva, toda crisis va acompañada de oportunidades.

A quienes seguimos en el país, a pesar de las dificultades, es necesario recuperar espacios y aportar desde nuestra buena voluntad y conciencia, aquello que está a la deriva o caerá en manos inadecuadas.

Danitza Suarez Salas

22-08-2021