¿Hacia la recta final?

Faltan apenas seis días para que se celebren elecciones en Venezuela. Pero, nunca antes, en nuestra historia republicana la población había sentido tanta incertidumbre y apatía por un evento de esta naturaleza. Mucha gente, a estas alturas no sabe si votar o no. Sin embargo, Durante un foro de la consultora Eco analítica,Luis Vicente  León aseguró que existe “un empate estadístico entre  Nicolás Maduro y el candidato opositor Henri Falcón de cara a los comicios adelantados (tradicionalmente se realizan en diciembre).Otra encuesta de la firma Delphos reveló que entre quienes están “muy seguros de votar con las actuales condiciones”, Maduro es favorito con 42% de apoyo, frente a 30% de Falcón.Esto resultados lo único que logran es confundir más a un conglomerado humano que está pasando por uno de los momentos más aciagos de su vida.Como si fuera poco, y  es la percepción general, ninguno de los contendientes convencen con sus discursos, es más de lo mismos: lenguaje violento, promesas sin fundamento, falta de claridad en los planes de gobierno. Según Datanálisis, la popularidad de Maduro está entre 20% y 25%, mientras que el apoyo a la oposición cayó de 60% a 38% en el último año.Igualmente, en el sondeo de opinión el 91,8% de los encuestados considera que el país está mal -en medio de una severa crisis socioeconómica con hiperinflación y escasez de alimentos y medicinas- y 75% quiere un cambio de gobierno”. Esta vez, podríamos decir, que las cifras son claras y elocuentes.

Mientras esperamos el desenlace, el colapso de Venezuela, parece inevitable. Lo que se vivió este fin de semana en nuestro Estado fue patético y doloroso. Corpoelec nos regaló un buen corte “no programado de electricidad” a eso de las 11 de la mañana del día sábado y éste duró muchas horas. Los comerciantes que esperaban poder “vender alguito”, como dice Rosa González, dueña de una tienda de variedades” nos quedamos con los ojos claros y sin vista. Tuvimos que cerrar a mitad de mañana y, lógicamente, dejamos de ofrecer, lo poco que tenemos.

Muchas personas hicieron el esfuerzo de recorrer algunas tiendas del centro, o de los Centros Comerciales, buscando algo que regalarle a su mamá pero la frustración y la importancia se les vino encima, como si de un balde de agua fría se tratara: escasez  de mercancías, poca variedad, altísimos precios, porque “hasta una rosas, que no sea virtual, cuestan un billete, nos explicó Pedro Flores, estudiante de odontología que buscaba un detalle para su abuelita”. Los tradicionales almuerzos en familia, se redujeron a su mínima expresión. “En este momento la clase media no cuenta con 15  millones de bolívares, aproximadamente, para salir a comer en la calle, aseguró la doctora María Rivas.

Era patético y triste  observar, las paradas de autobuses, llenas de personas, quienes haciendo un esfuerzo sobrehumano, esperaban, pacientemente, con sus tarjetas y flores en la mano, y sus niños vestiditos de domingo, para obsequiar  a sus madres. “Da molestia, parte el alma, causa ira, la situación tan espantosa que estamos sufriendo los venezolanos-señaló Camila Rodríguez, psicóloga, que hizo un largo viaje, desde Cumaná, para estar un “ratico con su mamá” y continúo.” los desaciertos de este gobierno lleno de mentiras y patrañas, y de una oposición soberbia, acomplejada y sin brújula, nos hundieron en este caos del cual será muy difícil salir”.

Raúl Velasco, es colombiano de nacimiento, pero venezolano de corazón. Con lágrimas en los ojos, este señor dijo: nunca en el tiempo que tengo viviendo en Venezuela, ya son 40 años, me había sentido tan desesperado. Yo solía comprarles regalos a mi esposa y a mi mamá, pero esta vez, lo que gano no me alcanzó ni para un chocolate. Mis niños ya están quedándose  sin ropa, y sus zapatos ya no aguantan más remiendos. Esto no es justo, en un país que era rico, la joya más preciada de Latinoamérica. Estoy pensando seriamente, en volver para mi país, pero no es lo que quiero, yo era feliz aquí.

Los testimonios son desgarradores, y lo peor es que son muy ciertos.Nunca nos imaginamos llegar a estos extremos de miseria y desamparo. El mismo Luis Vicente León en una reciente entrevista señalo:”Esto, que la mayoría de la gente percibe como el clímax de la crisis, es apenas el inicio. La hiperinflación es un fenómeno exponencial. Sin atacar la raíz del problema, el crecimiento de precios se amplifica convirtiéndose en un huracán. El crecimiento de los precios ha sido dramático y el problema es que todo apunta a que en tres meses recordemos este trimestre casi con cariño”, si esto lo aseguró un experto, qué dejamos para cada uno de nosotros que intentamos sobrevivir, por todos los medios posibles al “apocalipsis venezolano”. Estamos en la recta final, pero ¡final de qué?

Arinda Engelke.