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Israel vivía este jueves una escalada de violencia en dos frentes, con la intensificación de los bombardeos en la Franja de Gaza y los disturbios en las ciudades judeo-árabes en su territorio.

Poco después de medianoche, las alertas de cohetes se activaron en el sur del país, pero también en la metrópoli de Tel Aviv, por primera vez desde el inicio de la escalada el lunes, así como en el norte. Todos los vuelos con destino al aeropuerto internacional de esa ciudad fueron desviados hasta nuevo aviso.

En la madrugada del jueves, cinco personas resultaron heridas por la explosión de un proyectil que cayó en un complejo residencial de Petaj Tikva, cerca de Tel Aviv, indicaron los socorristas.

Mientras tanto, la aviación israelí bombardeó posiciones de Hamás en la Franja de Gaza –un enclave palestino con dos millones de habitantes bajo bloqueo israelí– entre ellas los locales relacionados con operaciones de «contraespionaje» de Hamás y la residencia de Iyad Tayeb, un comandante del movimiento.

El movimiento islamista anunció el miércoles la muerte del jefe de su brazo militar para la ciudad de Gaza, la principal del territorio palestino, mientras que los servicios de inteligencia interiores israelíes anunciaron la muerte de otros altos dirigentes de la organización.

La aviación israelí destruyó un edificio de más de diez plantas que albergaba las oficinas de la cadena de televisión palestina Al Aqsa, creada por Hamás.

El último balance eleva a 67 el número de muertos en Gaza, entre ellos 17 menores, y cerca de 400 heridos.

ONU

«En represalia por el ataque contra la torre Al Shoruk y la muerte de un grupo de dirigentes», Hamás lanzó el miércoles por la noche más de un centenar de cohetes contra Israel. Muchos fueron interceptados por el escudo antimisiles Cúpula de Hierro.

Desde principios de semana, han caído en Israel más de 1.500 proyectiles, que han provocado siete muertos, entre ellos el niño de seis años, Ido Avigal, y centenares de heridos en poco más de dos días.

Ante el recrudecimiento de los combates, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se reunirá de nuevo el viernes, por tercera ocasión en una semana.

Durante las dos primeras videoconferencias, a puerta cerrada, Estados Unidos se opuso a una declaración conjunta para detener los enfrentamientos, al considerarla «contraproductiva» en este momento, según diplomáticos.

No obstante, Washington anunció el envío de un emisario a Israel y a los Territorios Palestinos ocupados para exhortar de nuevo a la «desescalada», mientras que Moscú pidió una reunión del Cuarteto para Oriente Medio (UE, Rusia, EEUU, ONU).

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Pese a ello el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que habló por teléfono con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que pretende «seguir» bombardeando para debilitar la «capacidad militar» de Hamás.

El presidente de Palestina, Mahmud Abas, que se encuentra en Cisjordania, teatro de manifestaciones, disturbios y ataques contra las fuerzas israelíes que dejaron tres muertos el martes–, habló con el jefe de la diplomacia estadounidense Antony Blinken para pedirle que haga «cesar los ataques israelíes».

Por su parte, Blinken hizo saber en un tuit que le había manifestado la «necesidad de poner fin a los ataques con cohetes y reducir las tensiones».

Israel y Hamás se dirigen hacia una «guerra a gran escala», alertó el emisario de la ONU para Oriente Medio, Tor Wennesland.

Entre bambalinas, la ONU, Catar y Egipto tratan de facilitar una mediación. El jefe de la diplomacia egipcia contactó a su homólogo israelí para tratar, en vano, de convencerle de que paren los bombardeos.

Hamás lanzó el lunes una primera salva de proyectiles contra Israel en «solidaridad» por los centenares de palestinos heridos durante los disturbios con la policía israelí en la Explanada de las Mezquitas, tercer lugar santo del islam, y el lugar más sagrado del judaísmo situado en Jerusalén Este, parte de la ciudad santa ilegalmente ocupada y anexada por Israel, según el derecho internacional.

Aunque la Explanada de las Mezquitas parecía haber recuperado la calma el jueves, varias ciudades de Israel son teatro de «disturbios» nocturnos.

Militantes de extrema derecha se manifestaron en todo el país, provocando enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y a veces con árabes israelíes. Según la policía, hubo «incidentes violentos» en varias ciudades, en particular, Lod, Acre y Haifa.

El país sufrió el impacto por la difusión, en directo en televisión, del linchamiento de un hombre, considerado árabe por sus agresores, cerca de Tel Aviv.

Estas imágenes muestran a un hombre al que sacaron por la fuerza de su vehículo, en el suelo recibiendo patadas de una multitud, hasta que perdió el conocimiento.

«Lo que está ocurriendo en los últimos días en las ciudades de Israel es insoportable (…) nada justifica este linchamiento de árabes por judíos y nada justifica el linchamiento de judíos por árabes», declaró Benjamin Netanyahu, que aseguró que Israel se enfrenta a un «combate en dos frentes».

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Por: AFP