Este 26 de octubre fue un día muy especial para todo el pueblo venezolano. Desde tempranas horas de la mañana, los habitantes de Caracas , se dieron cita a las puertas y a los alrededores de la Iglesia de la Candelaria, en un acto de profunda fe y devoción para acompañar la ceremonia de exhumación de los restos del doctor José Gregorio Hernández, pero también en cada hogar, en cada casita, en cada lugar, el más remoto de nuestra hermosa y extensa geografía, los fieles, estuvieron pendientes de todo lo que sucedía dentro del recinto eclesiástico, a través de la excelente cobertura que los medios de comunicación le brindaron a un acto, sin duda alguna, cargado de gran significación y trascendencia espiritual para los venezolanos.

Somos afortunados los que tuvimos la oportunidad de seguir paso a paso esta ceremonia, sencilla, pero profundamente emocionante. En ocasiones no pudimos contener el llanto al observar cómo los presentes, sacerdotes, monjas, médicos, miembros del tribunal eclesiástico, embajadores, y muy especialmente la niña Yaxury Solórzano, el milagro que impulsó el proceso de beatificación del venerable Dr. José Gregorio Hernández, con su lindo vestidito y su inocente presencia, todos , se sentían felices y orgullosos de estar allí, entre los muros de ese claustro caraqueño, con historia, entre flores, música venezolana, himnos, oraciones, velas encendidas, aroma a incienso, asistiendo a esta ceremonia , como lo explicó con palabras más que elocuentes, nuestro Cardenal Baltazar Porras Cardozo: ” La exhumación más que un simple rito sanitario o el cumplimiento de un protocolo es un acto de fe en la resurrección. Estamos ante los despojos mortales de alguien de quien tenemos la certeza de estar en el cielo, a la vera de la Santísima Trinidad y en compañía de muchos a los que sirvió y atendió con cariño y competencia, privilegiando a los más débiles y desvalidos…” No estamos ante un cadáver sino ante un resucitado”, dijo Monseñor Porras.

Celebración compartida

Como lo señaló nuestro Cardenal Baltazar Porras Cardozo al comenzar su invocación:” Es una celebración compartida, desde sus hogares, lugares de culto, o cualquier otro sitio, como testigos y partícipes activos de esta primera parte de la exhumación que culminará con el cierre del mismo el próximo sábado 31 de octubre.

Con esa voz pausada que tanto conocen y estiman los merideños, con esa presencia serena y sobre todo con ese don de orador y escritor, nuestro Cardenal Baltazar Porras hizo una invocación al Espíritu Santo, en una pieza de sublime inspiración. Una reflexión profunda y sincera que desgranó, como cuentas de un rosario, uno a uno, los hitos más resaltantes de la ceremonia de exhumación. La causa de José Gregorio- comentó Monseñor- tuvo en la fe de esos venezolanos pioneros y ha ido creciendo cada vez más como la sombra del sol al caer la tarde. Lo que sembraron entre lágrimas y sudores lo estamos cosechando entre risas y cantares”… Y, así se siente hoy el pueblo venezolano, con renovadas fuerzas. “Camino a la beatificación, caminemos con José Gregorio en la senda de lo que él hizo. Ese es, debe ser, nuestro compromiso en esta mañana–enfatizó Monseñor Porras – la oportunidad para promover las virtudes cívicas. En su tiempo como ahora, vivimos en un país deshilachado, signado por las plagas de la pobreza, de la falta de libertades, de la superación por las imposiciones ideológicas, por el creciente desánimo y desesperanza. Por su ciencia fue sabio y por su virtud justo. Es lo que necesitamos recuperar, la alegría del bien, la fuerza transformadora de la igualdad, y la alegría de dar sin esperar recompensa, pues la sola sonrisa de quien se siente tomado en cuenta vale más que cualquier prebenda”.

Caminando con José Gregorio

El cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo ha tenido, durante todo el arduo trayecto para llegar hasta este día, un papel preponderante en los resultados que estamos obteniendo por la causa de José Gregorio Hernández. Muchos fueron los desvelos, las noches de insomnio, revisando las carpetas que se llenaron de documentos. Muchos los casos de posibles milagros que se tuvieron que analizar en conjunto con los demás sacerdotes que estaban pendientes del proceso. También los viajes, extenuantes, para presentar recaudos. Reuniones van, reuniones vienen, y pasaba el tiempo… Hubo alegrías, en ocasiones cansancio, impaciencia por parte de un pueblo que demandaba respuestas, pero jamás desaliento porque la meta estaba clara: lograr que el Vaticano reconociera la causa del Doctor José Gregorio Hernández. Parte de esos avatares culminaron hoy, y Monseñor estaba tan contento y seguro de este triunfo que indicó “La beatificación, Dios mediante, será el año que viene, (2021) en el primera trimestre, si las circunstancias lo permiten”.

Todos unidos con un solo objetivo

En la ceremonia vimos a personalidades de nuestra Iglesia Católica, Caras conocidas, respetadas, queridas. Allí estuvieron, el nuncio apostólico Aldo Giordano, el cardenal Jorge Urosa Savino, el arzobispo de Maracaibo, monseñor José Luis Azuaje Ayala, el de Táchira, Monseñor Mario Moronta. Desde cada rincón de Venezuela, llegaron para la ocasión, los sacerdotes que tanto han impulsado con acciones y oraciones la beatificación del Dr. José Gregorio Hernández.

Y resaltó, el cardenal Baltazar Porras Cardozo: “Soñemos en pensar y gestar un mundo abierto, un corazón abierto al mundo entero, al prójimo sin fronteras. “La propuesta, -como nos dice el Papa Francisco-, es la de hacerse presente ante el que necesita ayuda, sin importar si es parte del propio círculo de pertenencia”… “entonces, ya no digo que tengo “prójimos” a quienes debo ayudar, sino que me siento llamado a volverme yo un prójimo de los otros” (Fratelli tutti, 81), como lo hizo José Gregorio, haciéndose siempre prójimo de los demás. Elevemos nuestra plegaria y afecto a los enfermos, a los que sufren por la soledad, a los encarcelados injustamente, a los emigrantes que están pasando por tantas penurias en el mundo entero. Sean ellos el centro de nuestra oración en esta mañana”

Renovada fe, y “abramos a las exigencias del verdadero y auténtico mandamiento, que no es otro que el del amor a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo”

Hoy quedó demostrado que a José Gregorio Hernández lo queremos mucho todos los venezolanos y que estaremos orando para que toda su causa siga por el buen camino y hasta la próxima celebración.

Redacción: Arinda Engelke. Comunicación Continua.

27-10-2020