Por la calle real: En memoria de Patricio Aylwin

Por: Fortunato González Cruz…

El 19 de abril pasado murió en Santiago de Chile el expresidente Patricio Aylwin, quien presidió la transición chilena de la dictadura a la democracia en el período 1990-1994 elegido por los partidos políticos que se unieron en lo que se llamó “La Concertación”. El ministro de la defensa del gobierno de Salvador Allende, Augusto Pinochet, acabó con el fallido experimento socialista que sembró en el país austral el caos, la discriminación y el desorden, e instauró una férrea dictadura que terminó cuando el Partido Democristiano, las dos organizaciones socialdemócratas y el Partido Socialista se pusieron de acuerdo y de manera concertada le plantaron cara al dictador. Fruto de aquella unidadfue el triunfo del NO a Pinochet en el plebiscito del 5 de octubre de 1988. Vale recordar que los líderes de aquel pacto de unidad nacional fueron Patricio Aylwin, Clodomiro Almeida, Ricardo Lagos, Ramón Silva y Enrique Silva Cimma entre otros, que representaban un abanico amplio de partidos de centristas de derecha e izquierda.

La Concertación decidió postular como candidato único a la elección presidencial de 1989 al demócratacristiano Patricio Aylwin, más ponderado y confiable, y ganó por mayoría absoluta al dictador Pinochet. La transición requirió mucho tino puesto que se mantuvo la Constitución de la dictadura y el dictador como comandante en jefe del ejército. Como siempre, los radicalismos de la extrema derecha y de la extrema izquierda hacían muy difícil el regreso pleno a la democracia, que a la larga se impone en una ya larga sucesión que incluye las presidencias de Eduardo Frey de la Democracia Cristiana, Ricardo Lagos del Partido Socialista, Michelle Bachelet también socialista, Sebastián Piñera de Renovación Nacional de centro derecha y nuevamente Michelle Bachelet que actualmente gobierna en Chile.

El modelo chileno de democracia-socialismo comunista caos-dictadura-vuelta a la democracia muestra un proceso que requirió de una clara vocación democrática de la mayoría de los chilenos, y en los líderes firmeza y ponderación, prudencia y audacia, capacidad de diálogo con la mediación de una institución de gran credibilidad que en el caso chileno fue la Iglesia Católica.Al frente de aquel proceso delicado estuvo un hombre de firmes convicciones democráticas, sólida formación en valores, espíritu conciliador y gran capacidad política: Patricio Aylwin, con quien tuvimos el honor y el placer de compartir unos espaguetis en el restaurante La Campana, aquí en Mérida, a donde vino con una distinguida representación de los partidos de la Concertación a saludar a la colonia chilena que encontró acogida y protección en nuestra Universidad de Los Andes y en nuestra ciudad serrana.

Para estos tiempos de angustia nacional, un líder como Patricio Aylwin es un buen ejemplo, como la Concertación, cercana a la experiencia de la Mesa de la Unidad. No estará de más que unos y otros vuelvan los ojos a la experiencia chilena para sacar lecciones y volvamos pronto a la normalidad democrática.