La crónica menor: El cardenalito

Por: Cardenal Baltazar Porras…

El 16 de enero de 1961 el Papa Juan XXIII imponía el capelo cardenalicio al primer purpurado venezolano, José Humberto Quintero Parra. Se están cumpliendo 56 años de aquella memorable efemérides. Pocos días más tarde, el 2 de febrero, tomaba posesión de la Basílica de San Gregorio Magno in monte Celio, una de las más bellas de Roma, y ordenaba obispo a Miguel Antonio Salas, preconizado entonces por el mismo Pontífice Obispo de Calabozo.

Quien escribe esta crónica fue su primer caudatario, parte del cortejo que tenían los cardenales antes del Concilio Vaticano II. Hoy, medio siglo más tarde, como sexto purpurado venezolano recibí los parabienes de los fieles del páramo andino durante los días de la novena de aguinaldos con el canto del aguinaldo “el cardenalito”. Quiere ser esta crónica un homenaje afectuoso a quien le tocó participar en tres cónclaves: para elegir a Pablo VI, a Juan Pablo I y a Juan Pablo II.

Ante el canto repetido del aguinaldo, me llama la atención la profundidad de la letra del mismo. Pareciera escrito por un sabio teólogo, pues su contenido es de un contenido doctrinal impecable, una cristología con sabor a pueblo, con el candor, la dulzura y la contemplación de la religiosidad popular que sabe expresar muchas veces mejor que los letrados, los contenidos de la fe. La música le da el toque final de una melodía que invita a la oración y la contemplación. Sigamos su letra:

Coro: Estando en la cruz nuestro Redentor / a sacarle espinas llegó un pajarito / manchó su plumaje con sangre de Cristo / y por eso es rojo y por eso es rojo el cardenalito. Las estrofas: 1.- Si el Niño está triste se contentará / y si el Niño llora se consolará. La Virgen lo arrulla / con su dulce manto, y un cardenalito le brinda su canto. 2.- El cardenalito cruzó el ancho mar / cruzando fronteras llegó hasta Belén / y le dijo al Niño que aquí en Venezuela / toditos los niños lo adoran también. 3.- Cantaba en su jaula triste un cardenal / cuando un preso canta es por no llorar / Llegó un muchachito, la puertas abrió / y a la libertad contento voló.

El cardenalito es un pajarito nativo de Venezuela, con alguna presencia en los países vecinos, en peligro de extinción pues se ha reducido enormemente su hábitat y su número. La hembra posee un plumaje grisáceo en la mayor parte del cuerpo; el macho en cambio presenta tonalidades de rojo-naranja intenso. Se dice que fue introducido en Puerto Rico, procedente de nuestra patria, hacia 1930.

 El larense Adelis Freites, nacido en Cuara el 9 de mayo de 1943, fue su compositor, y lo popularizó en Puerto Rico el cantante Danny Rivera. El equipo de beisbol del Estado Lara lo lleva orgullosamente en su uniforme. En muchos de nuestros templos se canta en las misas de aguinaldos y forma parte del rico acervo musical de aguinaldos que mueven las mejores fibras de la mística religiosa popular que nos llama a la ternura y destierra el odio y la violencia.

3.- 17-1-17 (2978)