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lunes, febrero 10, 2025

La crónica menor: In memoriam Pbro. Juan Eduardo Ramírez Roa

Por: Mons. Baltazar Enrique Porras Cardozo…

A las cuatro de la mañana del domingo 22 de marzo expiró en la paz del Señor el Padre Juan Eduardo, en Casa Hogar San Pablo, Pueblo Nuevo,en la ciudad de San Cristóbal donde pasó los últimos años recibiendo el cuidado de las hermanas y de sus familiares. Había nacido en Cordero, Edo. Táchira el 27 de mayo de 1924. Estaba a dos meses de cumplir 91 años de edad. De familia levítica lo precedieron a la casa del Padre su hermano Marco Tulio y su primo Rafael Ángel González Ramírez. Le sobrevive una sobrina religiosa salesiana. Vínculos de amistad lo entrelazaron con mi familia paterna, siendo sus padrinos de bautismo mis tíos Marco Antonio y Ángela Emma Porras, a los que guardó cariño entrañable.

De carácter jovial y ocurrente, emprendedor, cercano a la juventud, predicador de campanilla, fue muy querido por los feligreses de las parroquias por donde pasó en su larga vida sacerdotal, recibida de manos de Mons. Acacio Chacón el 25 de enero de 1948. Estudió en el Seminario Menor de Mérida (1936) y el Mayor lo hizo en Caracas y en Santiago de Chile. Más tarde realizó cursos de doctrina social en Roma. Recién ordenado fue vicario cooperador en Santa Cruz de Mora y en Regla de Tovar. Párroco en Tostós, Trujillo (1949), Zea (1949-1953), Montalbán Ejido (1954-1968), Nuestra Señora de Regla Tovar (1968-1984), San Miguel del Llano (1985-1991), San Buenaventura Ejido (1992-1998). En esta fecha pensaba retirarse y vivir con su hermano, Mons. Marco Tulio quien estaba a punto de cumplir la edad de la jubilación, pero la muerte frustró lo deseado. Fue un duro golpe para él y decidió irse a vivir en su Táchira natal al lado de sus familiares. Mermada sus condiciones físicas pasó al cuidado de las Religiosas hasta su deceso.

Amante del creador, la música y el deporte las impulsó en todos los curatos donde estuvo. Gozó de la amistad y admiración de sus hermanos sacerdotes y de los fieles, por su bonhomía y sencillez. En Tovar le guardan especial recuerdo y manifestó en vida su deseo de ser sepultado en la Iglesia de Nuestra Señora de Regla donde recibirá cristiana sepultura el lunes 23 de marzo de 2015. La iglesia arquidiocesana de Mérida da gracias a Dios por su largo y fecundo ministerio y ofrece oraciones por su eterno descanso.

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