La ecuación perfecta: madre + hijo= felicidad

El momento más sublime para una mujer, es sin duda, el poder dar vida a un nuevo ser. La emoción de saber que estás embarazada, los meses en los cuales tu hijo va creciendo, acurrucadito dentro de ti. Sentir los cambios que van produciéndose  en tu cuerpo, el que ahora, gracias al don sagrado la naturaleza, compartes con amor. La pancita empieza a crecer. Tienes, quizás más hambre  y en ocasiones te provoca comerte un helado de chocolate con crema Chantilly a las 7 de la mañana. Te percibes plena, hermosa, radiante y esperas  con ansia el día, en que él o ella, estará entre tus brazos para acunarlo, besarlo, amamantarlo, dormirlo cantándole canciones, en fin para prodigarle todas las atenciones amorosas que solo una madre, es capaz de  ofrendar. Y es que el día de la madre, en mi opinión, también debería ser el de los buenos hijos!Claro ¡porque si no los hubiéramos tenido no podríamos escuchar esa palabra inmensa, sin límites, que encierra el amor más profundo, sin condiciones!MAMÁ!

No hay vínculo más estrecho, no hay cariño más desinteresado, no hay fuerza vital más profunda que la que une a un hijo con su madre y viceversa. Incluso puedes haber tenido una prole extensa, o uno solo hijo, eso no importa, para la madre cada uno de sus descendientes es especial, y se las ingenia para quererlos y resguardarlos  a todos por igual.

Los buenos hijos, los que aprecian el valor de su madre, los que la miman y le dicen “te amo” , son la mayor recompensa que en la vida se pueda tener. Entonces, habrá valido la pena, las noches sin dormir, las idas y venidas al colegio, los regaños por que no hizo las tareas, las preocupaciones porque lo notas triste o decaído o porque llegó emparamado al quedarse jugando bajo la lluvia,  en una palabra, habrá valido la pena la complicada tarea de formar con valores y principios morales a un ser humano que nació de ti y que, cuando le toque desplegar sus alas buscando nuevos paisajes, sabrá volar.

Una vez mi hijo que es mi mayor orgullo, me escribió una canción. La letra acrisola con tiernas palabras su sentimiento para conmigo, y que me atrevo a decir es el sentimiento universal de los buenos hijos para con sus madres. Y dice así:

“No es el tiempo, son las sonrisas que me has dado,

las que me hacen amoroso a las estrellas.

Y son tus manos, las que saben si hay fiebre

y me curas con tus manos de dulzura,

y por eso es que te digo que eres la estrella que  más brilla en mi cielo.

Solo tú mamá, canción que me ilumina,la curación perfecta, solo tú mamá, mirada que me guía, solo tú”.

Y cuando un hijo  se expresa así, sabes que estás cumpliendo bien con tu labor y te sientes feliz.

A veces, en estas celebraciones especiales, muy comerciales, para mi gusto, las personas que no tienen a sus seres queridos cerca, se sienten tristes, deprimidos, deseando que ese día, en el que otros festejen, pase muy rápidamente. Pero, no.Si es su caso, si su mamí  ya se fue a un plano celestial, entonces, dígale desde el fondo de su corazón, cuánto la ama y la seguirá amando por el resto de su vida. Y si es una madre que por cualquier motivo, perdió a su hijo, exprésele en una oración, el profundo sentimiento que los une y los unirá siempre.

Dicen que “madre solo hay una”, y sí, solamente hay una madre biológica, pero no podemos dejar de mencionar a todas esas mujeres maravillosas que sin haber dado a luz, se encargan de sus sobrinitos, hermanos, primitos, prodigándoles cariño y dulzura como  verdaderas madres. Y ni que decir sobre las abuelas, esas damas singulares que saben preparar las mejores arepas y el chocolate espumante para compartir en una tarde lluviosa de abril, acariciando a sus nietos.

¡Madres venezolanas, mujeres valientes, trabajadoras y expertas en múltiples oficios! Admirables peregrinas en el tiempo y espacio de sus hijos.Las que se desvelan, las que saben consolar y calmar. Aquellas que sin rencor perdonan y olvidan, las que guían, las que escuchan, las que ríen , las que lloran en silencio y oran en las noches por el bienestar de sus hijos! Que Dios las bendiga!.Por eso decimos y repetimos, la ecuación perfecta es: mamá + hijo= Felicidad.

A todas ustedes, desde Comunicación Continua nuestro abrazo cariñoso, nuestro respeto y admiración.AE