La metamorfosis que sufren los comercios en Mérida

Según el diccionario “la metamorfosis es un cambio o transformación de una cosa en otra, especialmente el que es sorprendente o extraordinario y afecta a la fortuna, el carácter o el estado de una persona”. Esa definición se adapta perfectamente a lo que estamos observando cuando, por ejemplo visitamos el centro de nuestra ciudad. Los dueños de las pocas tiendas o negocios que van quedando, han tenido que adaptarse a la terrible situación que estamos sufriendo y con mucho valor, y voluntad para permanecer con sus puertas abiertas han tenido que hacer “transformaciones” y añadir rubros como la comida principalmente, que sí es de primera necesidad, y que tal vez, los ayude a mejorar sus ventas que con cada día que pasa son más escasas.

Caminar por  las calles de Mérida donde hace relativamente poco tiempo, antes de la debacle, se podían encontrar gran variedad de artículos,: ropa, zapatos, perfumerías, electrodomésticos, papelerías, librerías, , en fin todo lo que un cliente pudiera necesitar, ahora muestran un aspecto sombrío.. En las vitrinas no hay casi nada que exhibir, y al entrar al local, uno o dos empleados poco motivados, contesta a su pregunta:” no lo tenemos, no hay”

Sandalias, ropita para bebé y harina pan, juntas.

Ante la falta de la mercancía que antes comercializaban, a los minoristas no les quedó más remedio, en un intento por salvar sus negocios, que vender, junto a los zapatos, ropita de bebé, efectos de aseo personal o de limpieza para el hogar: harina de trigo, azúcar, productos de Empresas Polar, que por arte de magia reaparecieron, después de un larga y torturante ausencia. Asimismo hay una variedad de géneros proveniente de  Colombia y hasta frutas se pueden encontrar en cualquier lugar, donde antes jamás se hubiera pensado hacerlo.

 No es extraño ver un maniquí vestido con ropa casual, pero  que en su mano extendida sostiene un racimo pequeño de cambures. Es el país al revés, ilógico, incongruente, lamentable, deformado, donde cada quien se las ingenia para subsistir-

La gente necesita comer

Por allí observamos una zapatería que muestra algunos modelos de calzado y también  varios tipos de harina, blanca y amarilla para hacer las arepas, que son, en muchos casos el único alimento del cual disponeuna familia.

Un joven empresario que vende camisas, ahora se siente muy deprimido. Le aseguro-dice- que andar por el centro y ver cómo los negocios se están desmoronando, da miedo, terror. Puertas cerradas, fachadas sin pintura, grafitis mal hechos que afean aún más, y lo peor, no hay clientes.De vez en cuando alguien entra a preguntar por una pieza, pero al decirle el precio, salen corriendo, porque, sencillamente, en Venezuela todos somos pobres.

Tal vez y como señala la definición ““la metamorfosis es un cambio o transformación de una cosa en otra, especialmente el que es sorprendente o extraordinario y afecta a la fortuna, el carácter o el estado de una persona”. Lo que está ocurriendo en el país: “fortuna, no hay, y el carácter o estado de las personas, es preocupante. Pero aun cuando las condiciones, son como las hemos descrito, hay en los comerciantes un empeño en no dejarse vencer por las adversidades, porque si no fuera así , no hubieran optado por metamorfosearse, es decir, por introducir cambios en lo que era su vocación de trabajo  para tratar de permanecer en un país, donde los escenarios obligan a reinventarse cotidianamente, a ser resilientes (En psicología, capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas ) porque de lo contrario corren el riesgo de quebrar y para mucho no hay un plan B.

Para la moral de una ciudad y de sus habitantes es importante tener entre sus posibilidades la escogencia de variados productos: pinturas, libros, cuadernos , música, arte, bisutería, toallas, pantalones, lencería  juguetes, en fin todo lo necesario para su bienestar, entonces, si como pasa aquí ,  todas las tiendas, aun las icónicas, ahora venden comida, el mensaje es que en este tiempo aciago del Socialismo del Siglo XXI, solo pensamos en alimentarnos y entonces lo sublime de la vida lo estamos perdiendo.

Los testimonios son elocuentes, el centro de nuestra ciudad, está feo, el estancamiento de la economía sumado a la diatriba política, cuyo panorama  no termina de esclarecerse, son factores que influyen negativamente en el ánimo, incluso de aquellos emprendedores que decidieron vender comida en sus tiendas para sobrevivir.

Redacción C.C.