Por German Rodríguez Bustamante…
Las Naciones Unidas definen a un migrante internacional como cualquier persona que ha cambiado su país de residencia. Esto incluye a todos los migrantes, independientemente de su situación legal o de la naturaleza o el motivo de su desplazamiento. Muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda contienen metas e indicadores relacionados con los migrantes o la migración. Una de ellas insta a los países a facilitar la migración y la movilidad ordenadas, seguras, regulares y responsables de las personas, incluso mediante la aplicación de políticas migratorias planificadas y bien gestionadas. Otras metas están directamente relacionadas con los migrantes o la migración se refieren al personal sanitario en los países en desarrollo, la movilidad de los estudiantes internacionales, la trata de seres humanos, la migración laboral, las remesas y la identidad legal.
Los tres objetivos principales de la organización para 2024-2028 son: salvar vidas y proteger a las personas en movimiento, impulsar soluciones al desplazamiento y facilitar vías para la migración regular. Todas las soluciones integrales a los mayores desafíos que afronta el mundo entre los cuales se incluyen desde la pobreza y la desigualdad, hasta el cambio climático y los conflictos están indisolublemente ligadas a la migración. La OIM es consciente del poder de la migración para cambiar a mejor la vida de las personas, de sus familias y comunidades y del conjunto de la sociedad. Es evidente que los Objetivos de Desarrollo Sostenible no se pueden alcanzar sin una migración segura, ordenada y regular. Por todo ello, la visión de la Organización radica en: materializar el potencial prometedor de la migración y brindar asistencia a las poblaciones más vulnerables del mundo.
Ante el aumento de los desplazamientos hasta niveles sin precedentes, la OIM fomentará su propia capacidad y la de otros agentes humanitarios para llegar y preservar su acceso a las comunidades que necesitan una asistencia vital en el plano humanitario y de la protección. La realidad es que no hay un enfoque idóneo para todas las respuestas ante situaciones de crisis. Dada la necesidad de concebir respuestas adaptadas, es necesario ampliar la disponibilidad y el uso de datos relativos a la movilidad, las capacidades, las vulnerabilidades y las necesidades de las poblaciones desplazadas, móviles y de acogida. Ello permitirá situar las necesidades y los derechos de las personas y el bienestar de las comunidades en el centro de sus propias operaciones y las de las organizaciones de apoyo. Es fundamental que las politicas adaptadas lleguen a los más vulnerables por medio de servicios de protección especializada, como medidas de protección infantil, actividades de mitigación del riesgo de violencia de género y trata de personas, actividades de respuesta a ambos fenómenos y servicios de apoyo psicosocial. La importancia está en que los Estados puedan producir respuestas apropiadas para la gestión de las fronteras, a efectos de que más personas puedan trasladarse hacia lugares seguros.
Indudablemente la migración ilegal tiene riesgos mayores, en definitiva a pesar que no existe distinción para la OIM, es un fenómeno global complejo que desafía las fronteras y los sistemas de inmigración establecidos. Este tipo de migración implica el movimiento de personas sin cumplir con los requisitos legales tanto en términos de ingreso a un país como en su desplazamiento interno. Sus ramificaciones son múltiples, desde problemas de seguridad hasta desafíos humanitarios, económicos y sociales. Para abordar eficazmente estos desafíos, se requiere un enfoque integral, basado en el respeto a los derechos humanos y los principios establecidos por las leyes internacionales, que considere no solo medidas de control fronterizo, sino también las estrategias que aborden las causas subyacentes en los países de origen.
Los migrantes irregulares, al encontrarse fuera de los canales legales, suelen ser víctimas de explotación laboral y abuso, siendo especialmente vulnerables a la trata de personas y otros delitos. Muchos enfrentan condiciones de vida precarias, con acceso limitado a servicios básicos como atención médica, educación, vivienda y servicios financieros. Además, la migración irregular puede generar tensiones sociales en los países de destino, ya que el aumento en la demanda de servicios públicos puede sobrecargar los recursos disponibles y generar resentimiento entre la población local, alimentando percepciones negativas hacia los migrantes. Abordar estos desafíos implica implementar políticas que promuevan la regularización migratoria, así como programas de asistencia y protección que brinden acceso a servicios básicos y oportunidades de desarrollo. Al mismo tiempo, es fundamental fortalecer la cooperación internacional para abordar las raíces estructurales de la migración irregular, como la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades en los países de procedencia. Solo a través de un enfoque colaborativo y centrado en los derechos humanos se podrá mitigar el impacto social y humanitario de la migración irregular y promover una migración segura, ordenada y regular.
Encontrar un equilibrio entre la visión política y legal puede ser complicado debido a la presión política interna, las demandas de seguridad nacional y las expectativas sociales, lo que a menudo genera tensiones y debates sobre la eficacia y sentido humano de las políticas migratorias. Situación particular está pasando en Estados Unidos con el triunfo de Donald Trump, quien en su campaña y en sus primeros anuncios coloca a la migración como prioridad. Política que con toda seguridad afectará a quienes se encuentran en condiciones ilegales, aunque los riesgos para los tramitantes de asilo, TPS y paroles son menores, pero están presentes.
Lo concreto es que la migraciones masivas ocurridas en los últimos años independientemente de las razones, ha colado a grupos con conductas inapropiadas para los Estados de recepción y para la propia credibilidad de sus coterráneos. Circunstancias que animan el rechazo de las poblaciones locales en contra de los migrantes, colocándolos todos en el mismo tamiz. Valoraciones injustas para quienes buscan oportunidades negadas en sus lugares de origen, razones económicas, políticas y sociales sobran para muchos de ellos. En consecuencia, los migrantes requieren un tratamiento adecuado y ajustado a su realidad para poder tener una nueva oportunidad, y ellos mismos también deben asumir los compromisos como ciudadanos de los Estados de acogida. Aislando a personajes que enlodan la condición humana de los migrantes en general.
@germanrodri
@germanoveja
11-11-2024
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