La Paradura del Niño tradición familiar andina

Una de las tradiciones que se mantiene viva entre familias andinas venezolanas, con regocijo, algarabía, fervor religioso, en buen parte de los pueblos de los Estados Mérida, Trujillo y en algunos hogares de descendencia andina en el interior del país, es la Paradura del Niño, toda una tradición familiar andina, que tiene lugar del primero de enero al dos de febrero “Día de La Candelaria” aunque en algunos hogares la celebran meses más adelante, por promesa familiar.

La familia andina prepara el festejo, con los rituales tradicionales que implica la Paradura del Niño, que sí el robo de niño por un vecino, la búsqueda y traída del mismo a la vivienda de donde fue “robado”, en una ferviente procesión acompañada por un Conjunto de Músicos en el que predomina el violín, maracas, cuatro o guitarra, cuyos integrantes entonan rezos y canticos de inédita inspiración.

En el hogar sede de la Paradura, la familia esperan a los suyos, amigos, vecinos allegados, nombran los Padrinos, reparten velas, colocan al Niño en un pañuelo, cada Padrino toma una punta del mismo, lo pasean por toda la casa con las velas encendidas, en medio canticos, al término lo colocan de pie en el pesebre, rezan oraciones  y letanías, algunas cantadas, para luego repartir entre los asistentes, comida típica, el famoso bizcochuelo andino, dulce de lechosa o piña, vino “pasita” o similar, claro que hoy día, en estos tiempos de crisis, esto mermará mucho, aunque no faltará, por nada, el bizcochuelo.

Indiscutiblemente, que la Paradura del Niño, es una de las tradiciones más fervientes en esta Mérida “La Señora de Los Andes”, toda una tradición familiar que forma parte del acervo y patrimonio cultural andino merideño venezolano, que perdura en las buenas y en las malas (Giovanni Cegarra, GC. CNP. 2229) – Fotos GC.