La pérdida de ciudadanía contribuye a la crisis venezolana

Los valores en la sociedad venezolana se han tergiversado en favor de lo que le conviene a las personas, aquella costumbre que teníamos como merideños de ser solidarios y educados parece haber desaparecido. Son muy pocos los que respetan lo ajeno y mucho menos los que valoran a los demás.

Se puede decir que todas estas actitudes se “justifican” por la fuerte situación económica, política y social en la que se ve envuelta Venezuela, sin embargo, no se debería “justificar” ni aceptar ninguna acción incorrecta ética, moral y jurídicamente por exactamente dicho problema, si lo hacemos no solo aceptamos el hecho sino que también nos estamos resignando a vivir de esa manera.

No se puede entender como hay ciudadanos que, a pesar del tan agravado estado en el que se encuentra el país, continúan celebrando por comprar gasolina después de 8 días en cola, se alegran por recibir bonos no merecidos con dinero que no alcanza ni para un cartón de huevos, personas que no les importa perder días en cola para luego revender el producto adquirido y pare de contar las acciones que hoy en día se ven en las calles merideñas.

En los centros de asistencia médica la situación de los pacientes es cada vez más delicada, es allí donde se ve la verdadera crisis venezolana, donde se aprecia a cientos familiares desesperados porque no tienen para comprar ni una ampolla que cuesta alrededor de medio sueldo mínimo la más económica, por otro lado, el caso en donde los doctores no tienen insumos con los cuales trabajar y por supuesto, con un déficit de profesionales para atender a los ciudadanos.

A pesar de ello, hay seres que parecieran no fueran humanos, que gastan todos los fines de semana miles de bolívares en bebidas alcohólicas y que no les interesa formarse para poder crecer individualmente, y así colaborar en construir un mejor país. Aquí es donde encontramos las diferentes perspectivas, valores y principios que hay en la sociedad en general, razón por la cual estamos en este contexto histórico. Por: Marcela Castro- Practicante Unica.