La productividad en entornos primitivos

Por Germán Rodríguez Bustamante…

Técnicamente la productividad se define como una medida económica que permite calcular cuántos bienes y servicios se produjeron por cada factor utilizado. Es la capacidad de hacer más tareas en menos tiempo, por lo que, si una empresa es capaz de mejorar su productividad, significa que el valor de sus productos crece a una tasa más alta que con la que crecen las materias primas, con las que está creando dicho producto. En un país o una nación, la salud económica de dicho lugar suele estar determinado por su productividad laboral y la productividad de los factores productivos.

La productividad laboral es la medida por hora de trabajo generado por cada empleado. En términos sencillos, qué tanto trabajo completa un trabajador en una hora promedio. Entre más trabajo produzca en una hora, el nivel general de productividad aumenta, lo que significa una economía saludable y en crecimiento. En el caso venezolano la productividad laboral se encuentra en sus niveles más bajos, como consecuencia de un marco legal que alimenta la improductividad, a través de: la jornada laboral, la inmovilidad, la paralización de discusiones de contratos colectivos, servicios públicos pésimos y una remuneración que suprime el esfuerzo. Esta situación separa la contribución del capital intelectual de la fuerza laboral y en consecuencia justifica la situación de miseria colectiva que vive el país.

Lamentablemente las condiciones sociales, económicas y fundamentalmente laborales, obliga a los trabajadores a tener jornadas laborales discontinuas, lo que deriva en la no utilización de las capacidades instaladas del aparato productivo. La productividad laboral como elemento de la productividad del país muestra sus peores resultados e impacta negativamente sobre la competitividad. Era de esperar que un país que recibió un flujo de riqueza proveniente del exterior que, no fue producida por sus propios trabajadores, debería contar con una economía potenciada. Sin embargo, el caso venezolano se presenta inverso. La nación ha presentado crisis recurrentes, baja productividad del trabajo, obsolescencia tecnológica, salarios reales por debajo del promedio mundial, una creciente población en huida y una deuda externa que se volvió insostenible. En resumen, Venezuela, a pesar de sus cuantiosos ingresos petroleros recibidos en el pasado, sostiene un capital con baja competitividad, impotente para estar a la vanguardia del desarrollo de las fuerzas productivas, de modo que se mantiene como un país atrasado económicamente.

Es evidente que, en Venezuela, las empresas locales no son competitivas, ya que operan con escalas productivas superadas ampliamente por la competencia en el mercado mundial. Estas escalas restringidas implican mayores costos de producción, tecnologías obsoletas y la imposibilidad de insertarse en el mercado mundial, por lo que la renta petrolera resulta ser el principal mecanismo de compensación de dicha ineficiencia. Desafortunadamente la renta petrolera fue secuestrada por la elite gobernante, politizando su distribución, produciéndose niveles de corrupción escandalosos a lo largo de estos años de revolución. Por ello, a pesar de las cuantiosas transferencias de renta, lejos de potenciar a los capitales industriales locales, estos se mantienen en los mismos niveles o inclusive en retroceso. Renta que fue consumida por la maquina corrupta y despilfadora del régimen, con nula inversión productiva.

Esta situación obligó al régimen a endeudarse permanentemente para sostener la maquinaria podrida. Al no aumentar sus escalas de producción, no se generó la plusvalía necesaria para sostener la deuda, por lo que, en los momentos de bajos ingresos petroleros, el país se vio obligado a incumplir sus obligaciones, comprometiendo los activos en el extranjero. De manera que Venezuela se encuentra en un círculo vicioso en el que despilfarra y roba la renta petrolera. Un reto crucial es la consolidación de la diversificación productiva y el desarrollo de las cadenas de valor, junto con la recuperación y ampliación de la infraestructura de sistemas de servicios básicos.

La realidad es concluyente no hay inversión para la recuperación de la infraestructura de soporte, tampoco la articulación y el refuerzo de las capacidades institucionales para impulsar el crecimiento económico y mitigar los efectos de las restricciones externas. Las políticas sociales están comprometidas por la mínima sostenibilidad financiera. Por ello es difícil fortalecer y ampliar las mismas para que, promuevan la inclusión de grupos vulnerables en función de la edad, la etnia, el género, los estratos sociales y los territorios, centrándose en no dejar a nadie atrás y en sinergia con las políticas públicas. 

La capacidad de gestión de las instituciones y los mecanismos de articulación vertical y horizontal entre los niveles de gobierno y el sector privado deben mejorar, incorporando al mundo académico, la sociedad civil y las organizaciones comunitarias. En consecuencia, la población se beneficiará de: la aplicación de políticas sociales centradas en la reducción de la pobreza y el aprovechamiento del dividendo demográfico, sistemas de protección social inclusivos, un mejor funcionamiento de los sistemas de servicios básicos y esenciales y el acceso continuo de la población a los mismos, en un entorno de seguridad ciudadana, con perspectiva de género.

Las cadenas productivas deben fortalecerse para producir más oportunidades de trabajo decente, ingresos y mejor acceso a bienes y servicios básicos. En este marco la población se podrá beneficiar de un desarrollo económico socialmente inclusivo y sostenible desde el punto de vista ambiental, porque se generaría prosperidad compartida a partir de una estrategia de desarrollo productivo que promueva la innovación científica y tecnológica, el emprendimiento, la productividad y la competitividad. Sin estas exigencias cumplidas, el país seguirá con una competitividad baja, una infraestructura primitiva, poca transparencia y nulo crecimiento económico. En resumen, una improductividad de toda la nación que produce miseria, hambre y destrucción.  

Profesor Faces-ULA 

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22-5-2023