La travesía «Kilómetro a Kilómetro» dejó su huella en Mérida

Apenas solo un par de años Luis Betancourt y su padre emprendieron una travesía por Sudamerica, “Kilómetro a Kilómetro” recorriendo el continente en su pequeño “El Nono”, un Fiat 1100 del año 1961, que suma más de 34.800 kilómetros desde su salida en Buenos Aires en diciembre de 2016.

 

Desde la capital de la República Argentina inició una travesía que los ha llevado a conocer mas de 6 países desde el sur hasta el norte de esta parte del continente, Argentina, Chile, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela, y esto no termina acá, buscarán la frontera hacia Brasil donde visitarán varias regiones y esperan irse en barco hasta Cabo Verde, en África donde Luis  espera reencontrarse con sus raíces, pues sus abuelos eran inmigrantes africanos que llegaron a Argentina para huir de la pobreza, comentó.

En su recorrido por Venezuela se encontraron con un paradisíaco lugar (así lo describieron) donde convergen climas tropicales, zonas desérticas, bosques nublados e imponentes nevadas, llegaron a Mérida para contagiarse del gentilicio de esta ciudad ubicada al occidente del país, les ofreció.

Luis recordaba que se debe “salir a tomar la vida de una manera diferente, dejar a un lado la monotonía y descubrir lugares, conocer nuevas personas y culturas, aprendiendo llevando un estilo de vida diferente”, porque sencillamente  insistió que “Cuando uno tiene un sueño y quiere alcanzarlo, si se lo propone no hay nadie que nos
detenga”.

 

Con apenas 150 dolares, pero una maleta llena de sueños; y sabiendo administrar los gastos, también vendiendo postales, artesanías y otras cosas hechas a mano, han logrado poco a poco ir cumpliendo su sueño, sin dejarse atemorizar por el monstruo del camino, confiando en ellos mismos.

 

“A Venezuela entramos por Maicao y Paraguachón,  recorrimos Cabimas, también nos topamos con Valera en el estado Trujillo y llegamos acá en Mérida, donde en cada rincón la gente nos ha abierto las puertas de sus casas, nos brindan su ayuda y nos dan el aliento necesario para continuar con este emprendimiento, que al principio parecía una locura, pero que sin duda poco a poco fue tomando forma.

 

Visitaron el Pico Espejo en el Teleférico de Mérida, «La Venezuela de Antier», la Catedral y un gran número de lugares que en su recorrido no podían dejar a un lado, hasta los famosos churros media cuadra arriba de la plaza Bolívar tuvieron la oportunidad de degustar.  

“Cuando hacemos las cosas bien, el universo actúa a favor de nosotros”, la gente nos ayuda, eso se ve en el camino; a pesar de la crisis por la que atraviesa el país, no se pierde la alegría, no se pierde la la motivación; los venezolanos continúan brindando el apoyo necesario en la medida de las posibilidades, siempre con los brazos abiertos.

 

 

“El venezolano es una persona solidaria, de ayudar y tender la mano; es lo que queríamos confirmar. Por algo se peleó tanto para llegar aquí, estuvimos tres días peleando y hablando con todos para poder está acá y la vida nos da la razón”, comentó.

 

 

 

Un Mensaje a los inmigrantes venezolanos…

Movidos por la necesidad, los venezolanos han emprendido y van recorriendo nuevas rutas, descubriendo caminos que los han llevado a Chile, Colombia, Perú, Argentina, e inclusive mas allá.

“No vemos la emigración como una necesidad, sino como una oportunidad para continuar mostrando de que estamos  hechos y los venezolanos son una muestra de ello, que a pesar de todo no se rinden, y siguen adelante; pues de lo negativo, siempre sacar algo positivo que nos lleve a descubrir de que estamos hechos. 

 

Ellos continuarán su recorrido «kilometro a Kilometro conquistando y descubriendo pueblos, en una travesía donde el miedo no tiene lugar, viven la drenalina de cada minuto en carretera,donde cada lugar que visitan es una nueva oportunidad para aprender y conocer un poco más de cada cultura sudamericana.