La que otrora fue todo un recurso natural turístico recreacional, dentro de un ambiente semiárido, la laguna de Urao o laguna de Yamuén, en lengua indígena, un embalse de agua salada, de origen tectónico, ubicada en la localidad de Lagunillas, capital del municipio Sucre del estado Mérida, en la Región Los Andes de Venezuela, declarada Monumental Natural el 18 de junio de 1979, hoy día, no es ni la sombra de lo que fue su imponente belleza.
Ese paisaje natural excepcional que fue admirado por propios y extraños, hoy día muestra una imagen deprimente, se ha venido secando por razones súper consabidas, del conocimiento de las autoridades municipales gubernamentales y del ambiente, quienes a la fecha, no dan señas de querer rescatarla, pese al trabajo insistente que los lagunilleros agrupados en una Fundación, hacen para lograr que la laguna retome su otrora imagen, no desaparezca.
Lamentable y preocupante, el estado en que se encuentra la laguna de Urao, seca, en sus recodos que colindan con el parque, emanan olores nauseabundos, deprimente observar como un hermoso recurso natural, esté a la buena de Dios, abandonada, desapareciendo su espejo de agua, a la vista de todos y como si nada. De sus aproximados 870 metros de largo que tenía y su profundidad promedio de cinco metros, ya poco queda, sin exagerar.
Pese a todo, lo que ocurre en su entorno, la laguna de Urao pareciera resistirse a desaparecer, pero ella no puede sola, requiere de la atención de las autoridades competentes y en honor a la verdad, no es justo, que un recurso turístico recreacional ambiental, Monumental Natural Nacional, muera así como así (Giovanni Cegarra, CNP. 2229) – Fotos Nika.
02-06-2022