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sábado, mayo 24, 2025

León XIV nuevo Papa| El cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, elegido Pontífice 267º de la Iglesia Católica

El primer papa estadounidense, agustino de 69 años, ha pasado la mayor parte de su vida en Perú | Miles de personas celebran con gritos de “León, León” la elección del sustituto de Francisco

León XIV es el nuevo Papa. El cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, de 69 años, ha sido elegido Pontífice 267º de la Iglesia Católica. Es el primer pontífice de Estados Unidos. Prevost, agustino, ha pasado la mahyor parte de su vida en Perú. Los 133 cardenales del cónclave más multicultural de la historia han elegido al sustituto de Francisco en un cónclave más ágil de lo esperado, tras cuatro votaciones. El candidato elegido ha conseguido reunir 89 votos, los dos tercios necesarios para salir elegido. Su nombre se conocerá en breve con un ritual. El protodiácono de la Iglesia católica, Dominique Mamberti, ha anunciado desde el balcón central de la basílica de San Pedro al próximo papa con la tradicional fórmula en latín: “Annuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam!” (“¡Os anuncio una gran alegría: tenemos Papa!”). Después, pronunciará el nombre del nuevo Papa y el que ha elegido como pontífice. Los dos últimos cónclaves se resolvieron en tiempos similares. En 2005 bastaron 24 horas y cuatro votaciones para la elección de Benedicto XVI. En 2013 hicieron falta cinco votaciones para que saliera el nombre del papa Francisco.

El nuevo papa León XIV lanzó el jueves un llamado a la paz a «todos los pueblos», en su primer discurso desde el balcón de la Basílica de San Pedro del Vaticano poco después de su elección.

El primer Papa estadounidense y peruano de la historia llamó también a «construir puentes» a través del «diálogo», instando a avanzar «sin miedo, unidos, dando la mano a Dios y dándonosla entre nosotros».

De 69 años de edad, el Santo Padre fue elegido presumiblemente en la cuarta votación de los cardenales.

El anuncio fue recibido por decenas de miles de personas, entre fieles, peregrinos, religiosos y numerosos turistas, que abarrotaron los aledaños vaticanos y llegaron a la plaza de San Pedro para vivir el momento, estallando de alegría desde que vieron la humareda blanca.

El discurso completo del Papa Leon XIV frente a la plaza San Pedro

La paz sea con todos ustedes.
 
Queridos hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo resucitado, el Buen Pastor que ha dado la vida por el rebaño de Dios.
 
También yo quisiera que este saludo de paz llegue hasta sus corazones, que alcance a sus familias, a todas las personas, donde sea que se encuentren, a todos los pueblos, a toda la tierra.
 
La paz esté con ustedes.
 
Esta es la paz de Cristo resucitado, una paz desarmada, desarmante y también perseverante, que proviene de Dios, que nos ama a todos incondicionalmente. Todavía conservamos en nuestros oídos esa voz débil, pero siempre valiente, del Papa Francisco que bendecía a Roma.
 
El Papa que bendecía a Roma también daba al mundo entero esa mañana del día de Pascua. Permítanme dar continuidad a esa misma bendición: que Dios los quiere mucho, Dios ama a todos y el mal no prevalecerá. Estamos todos en las manos de Dios.
 
Por lo tanto, sin miedo, unidos, mano a mano con Dios y entre nosotros, andemos adelante. Seamos discípulos de Cristo. Cristo nos precede. El mundo necesita de su luz; la humanidad necesita de Él como el puente para ser alcanzada por el amor de Dios. Ayudémonos los unos a los otros a construir puentes con el diálogo, el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo, siempre en paz.
 
Gracias al Papa Francisco.
 
Quisiera agradecer a todos los hermanos cardenales que me han elegido para ser el sucesor de Pedro y caminar junto a ustedes como Iglesia unida, buscando siempre la paz, la justicia, trabajando como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo, para proclamar el Evangelio y ser misioneros.
 
Soy un hijo de San Agustín, agustino, que ha dicho: «Con ustedes soy cristiano y para ustedes, obispo». En este sentido, podemos todos caminar juntos hacia esa patria que Dios nos ha preparado.
 
A la Iglesia de Roma, un saludo especial.
 
Tenemos que buscar juntos cómo ser una Iglesia misionera, una Iglesia que construye puentes de diálogo, siempre dispuesta y abierta a recibir, como esta plaza, con los brazos abiertos a todos. A todos los que tienen necesidad de nuestra caridad, de nuestra presencia, de diálogo y amor.
 
Y si me permiten, también una palabra, un saludo, de modo particular para todos aquellos de mi querida diócesis de Chiclayo, en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto, tanto, para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo.
 
A todos ustedes, hermanos y hermanas, de Roma, de Italia y de todo el mundo. Queremos una Iglesia sinodal, que camine, que busque siempre la paz, que busque siempre la caridad, estar cerca de quienes sufren.
 
Hoy, en el día de la Virgen de Pompeya, nuestra Madre María quiere caminar siempre con nosotros, estar cerca de nosotros, ayudarnos con su intercesión y su amor.
 
Ahora quisiera rezar junto a ustedes por esta nueva misión, por toda la Iglesia, por la paz del mundo. Pidamos esta gracia especial de María, nuestra Madre.
 
08-05-2025
 
 
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