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lunes, febrero 10, 2025

Los pastores junto a sus rebaños

Los pastores de nuestra iglesia católica se han manifestado con sapiencia y amor  en torno a la gravísima situación que enfrentamos como país y nos han dado su palabra de aliento y su guía, algo así como una bitácora para el comportamiento cívico, respetuoso y de unión que necesitamos para lograr el cambio que anhelamos más de un 80 por ciento de la población. El mensaje más reciente de nuestro Cardenal Baltazar Porras Cardozo es la expresión certera, ponderada, solidaria, confiable, que nos llena de esperanza  y nos anima a continuar cuando nos dice: “No hay tiempo para el desaliento.Hoy lo que hay es tiempo para fortalecer nuestro espíritu. Tiempo para poder tenderles la mano a nuestros hermanos. Tiempo para poder perdonar y tener ese sentido profundo de la misericordia porque solo se construye con el amor y la ternura. Todo lo que sea derramamiento de sangre, todo lo que sea herida, todo lo que sea violencia  y todo lo que sea odio, lo que nos deja es un atraso que es muy difícil de rehacer, de reconstruir. Trabajemos por la paz”.

Queremos algo mejor

“No siempre vemos claro el futuro-explicó- el Cardenal-pero cuando tenemos la fuerza interior que nos da la fe y esa fuerza interior que nos da el sentirnos protagonistas de lo que es la realidad del país, nos tiene que llenar de esperanzas. Queremos algo mejor, queremos algo distinto, tenemos que ser capaces de lograrlo, pero solo uniéndonos  los unos con los otros, es así como podremos hacerlo”.

Sin duda estas reflexiones no ayudan a mantener el espíritu en alto, sin desfallecer ante las dificultades. Tenemos un pastor que no abandona a su rebaño, al contrario, está allí, cuidando, orando para que alcancemos el futuro de paz y reconciliación que todos anhelamos y necesitamos.

Sus consejos son una luz que resplandece, que nos ilumina, que nos hacen sentir seguros y reavivan nuestra esperanza. 

El rumbo correcto

Monseñor Mario Moronta, Obispo de San Cristóbal  también se dirigió a sus feligreses, en una sentida y muy particular forma, porque se dirigió directamente a Dios nuestro Señor. En tono coloquial habló con Jesús y  señaló: “Señor Jesús, hijo del padre y hermano nuestro, hoy  como nunca tu palabra nos dan señales claras de que estamos en la senda correcta,que “al asumir con responsabilidad la realidad hemos demostrado al mundo con nuestra participación y nuestra acciones, de qué lado está la razón, y la razón siempre está al lado de la verdad y como tú nos dijiste “tan solo la verdad nos hará libres”. Perdónanos señor si estamos errados, pero hoy sentimos que la profecía se repite, que nuevamente te haces presente entre nosotros, que nos has enviado un emisario, un emisario joven, tan joven como tú. Tú ,hijo de un carpintero, este , el hijo de un taxista;  un joven que se expone a todo con el único propósito de darnos buenas noticias y la esperanza a los más necesitados, que somos todos, para anunciar la libertad a los cautivos, que somos todos, para dar luz a los ojos de los que aún se empeñan en mantenerse ciegos, ante nuestra ruda realidad; para buscar la libertad de los que están presos en las cárceles, y de los que estamos presos en nuestras casas y en nuestros miedos y de igual manera para proclamar que este es el año de gracia del Señor para nuestra querida Venezuela. Por eso Señor , si es así, infinitas gracias, porque sentimos que se está cumpliendo el pasaje de la escritura …”De igual manera Monseñor Moronta, en esta íntima conversación con nuestro Señor expresó que “ si este joven es en verdad tu emisario, te pedimos que  derrames sobre él tus bendiciones, para que se cumpla tu profecía  y a través de él, como lo dijo el profeta Isaías, se sanen los corazones  heridos por el dolor y el odio que se ha acumulado  durante 20 años . Para anunciar a los desterrados, es decir a nuestros emigrantes que el momento de volver al calor del hogar, está cerca, y a los privados de libertad que muy pronto podrán sentir el calor de su familia y del sol que no han visto en mucho tiempo. Todo esto lo pedimos en tu nombre, porque solo para ti y para el padre ha de ser la gloria y la honra por los siglos de los siglos.

Las reflexiones que hemos leído y escuchado, son definitivamente, la materialización  del apoyo en la fe, de quienes son ejemplo de integridad, fuerza, justicia, dignos representantes de la Iglesia Católica.

Para los ciudadanos siempre es importante sentirse apoyados por una fuerza espiritual y moral, para seguir en esta lucha pacífica y democrática, como ha quedado demostrado en las respuesta  multitudinaria de las personas cuando acuden a los llamados de movilización de la Asamblea Nacional.

Como dice el Cardenal Baltazar Porras. “que este tiempo nos sirva para reforzar nuestros valores humanos y cristianos que tenemos los venezolanos y con ese buen humor que nos caracteriza, sepamos alumbrar (aunque sea entre sudor y lágrimas) la vida de Venezuela».

Arinda Engelke

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