RESPUESTAS DESDE LA LIBERTAD
MANIFIESTO DE MIEMBROS DE LA FACULTAD DE ARTE DE LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES FRENTE AL CONFLICTO UNIVERSITARIO.
Nosotros, los abajo firmantes, Profesores e Investigadores de la Facultad de Arte de la Universidad de los Andes, manifestamos nuestra posición en relación a la situación planteada por el paro de actividades académicas, la huelga de profesores, estudiantes y empleados y las demás actividades encuadradas en el actual conflicto de las universidades nacionales, y ante la opinión manifestada por un pequeño grupo de docentes participantes en el denominado Frente Bolivariano de Profesores Universitarios adscritos a nuestra facultad, se dirigen a la comunidad universitaria y a la sociedad en general para exponer las siguientes consideraciones:
1.- En la constitución vigente de la República Bolivariana de Venezuela se indica el deber, la obligación y responsabilidad del estado venezolano de financiar materialmente la educación en todos sus niveles, incluyendo la universitaria.
2.- Con un barril de petróleo que ronda los 100 dólares en promedio, no es justificable la falta de recursos económicos disponibles que sustenten la debida atención presupuestaria, así como las necesidades de los diversos sectores de la vida nacional, como son los servicios básicos, la salud, la educación , la cultura y las industrias básicas.
3.- El Gobierno Nacional a través de sus voceros que incluyen al mismo Presidente de la República, en la actualidad argumentan que nuestras universidades autónomas no entregan cuentas claras de los recursos que se le asignan, siendo la realidad que las mismas están sometidas a un escrupuloso control por parte del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitario, controles que a todas luces no son igualmente aplicados de manera rigurosa en los demás órganos superiores de la administración pública dependientes del Estado.
4.-Nuestra nación experimenta situaciones muy notorias en relación con el índice de inflación, que junto con las recientes y sucesivas devaluaciones de la moneda han deteriorado aceleradamente la calidad de vida de los venezolanos.
5.- Como una derivación de lo anterior, los salarios actuales equivalen a la cuarta parte de lo que fueron hace 20 años. Es así como un Profesor recién ingresado a la Universidad, para esa fecha, ganaba un promedio de mil dólares por mes; hoy, años después, ese mismo profesor devenga un promedio de 200 dólares (a dólar CADIVI que como sabemos no es un dólar real).
6.- En nuestro país por tradición y desde antes de que existiese la “revolución”, la Universidad ha sido autónoma, libre, plural, democrática y con unos elevados niveles de méritos académicos y humanistas, los cuales han sido logrados con esfuerzo, tesón y vocación por el conocimiento. Esto ha permitido a sus egresados destacarse en muchos lugares del mundo y es por ello que la Universidad no tiene que asumir como suyos los principios socialistas que quiere por fuerza imponer el actual gobierno.
7.- Somos conscientes de que las normas de homologación no han sido derogadas y que, al contrario de lo que se argumenta, las mismas están vigentes, y es por ello que los universitarios no tenemos que demostrar su validez y actualidad. Por otro lado, no estamos de acuerdo que el actual gobierno pretenda imponer unilateralmente unos supuestos criterios socialistas en torno a nuestro salario con el falso y manipulado nombre de salario social.
8.- Consideramos que la huelga de estudiantes, profesores y empleados a nivel nacional, es consecuencia extrema de una política de desprecio que busca el ahogo presupuestario y el acoso burocrático de este gobierno hacia la Universidad, lo cual ha llegado inclusive hasta el ejercicio impune de la agresión física y de mentiras públicas que se repiten hasta el cansancio. Tal realidad ha sido calificada como “un melodrama a la venezolana, una telenovela”, tal y como lo esgrime un minúsculo grupo de profesores de la Fuerza Bolivariana Socialista de la Facultad de Arte, cuando en realidad lo que demuestra todo este conflicto es el verdadero drama que en la actualidad estamos viviendo todos los venezolanos y particularmente los universitarios
9.- Nuestros estudiantes han sido los primeros en dar un paso al frente para llamar la atención sobre el problema universitario y con valor se han sumado a la lucha por un presupuesto adecuado y justo para el cabal funcionamiento de la Universidad venezolana. Estamos conscientes que esta posición no los hace participes de un programa desestabilizador de la ULA, como se pretende calificar y con lo que no estamos de acuerdo; al contrario, entendemos que han querido asumir la verdadera conducta democrática de un universitario en defensa de sus derechos.
10.- Compartimos la idea de que el paro es la última, la más arriesgada y la más compleja de las acciones de lucha por las mejoras de la universidad autónoma venezolana, pero al mismo tiempo sabemos que es también la más legítima, pues es un derecho consagrado en la legislación de nuestra República. Hoy día muchos de los que apoyan las medidas del gobierno, propusieron y acompañaron acciones de paros y huelgas de hambre similares en el pasado.
11.- Reconocemos que en la Universidad, como institución plural y democrática, conviven sectores de diverso pensamiento político, a los cuales visibilizamos, respetamos y apoyamos a pesar de las divergencias ideológicas. También reconocemos y no invalidamos el hecho de que los docentes bolivarianos se sientan cómodos y satisfechos con su situación económica y social actual, justificando un bienestar general que a nuestro juicio no es cierto respecto a la realidad nacional, y que mantiene a los universitarios en una condición de insatisfacción de sus necesidades básicas y no de “pobrecito Profesor que no tiene para comer, pide limosna y se recurre a la idea de la comunidad emocional”
12.- Consideramos que el gobierno, en la figura de su representante el ministro Calzadilla, desconoce a nuestro legítimo gremio, como lo es la FAPUV, y en actitud de pleno irrespeto se reúne con un grupos de profesores oficialistas que no representan la mayoría del profesorado de las Universidades autónomas, evitando así el diálogo con los principales actores que representan a un importante sector universitario para negociar y resolver los problemas que aquejan a las universidades autónomas
13.- Se acusa que este paro tiene una motivación política, en nuestro caso cuando lo respaldamos si la tenemos. Es una respuesta política a un maltrato sostenido hacia la universidad.
No queremos finalizar el presente documento sin reconocer contundente y unánimemente la actitud valiente de los estudiantes, empleados y profesores, que asumieron la huelga de hambre (14 días al momento de redactar el presente documento) como manifestación extrema en defensa de la Universidad, de los universitarios y del país. En particular rendimos tributo a todos los bachilleres de la ULA y especialmente a la Br. Karla Ibarra, estudiante de las carreras de Artes Visuales y Diseño Gráfico de la Facultad de Arte, al Párroco universitario Reinaldo Muñoz y a los profesores que los han acompañado y a todos los miembros de la comunidad universitaria del país, quienes en este momento han asumido las banderas de la dignidad y la libertad.
Sólo en libertad podemos crecer, crear, construir.
En democracia se mantiene la libertad de pensamiento y la libertad de acción-
Basta de manipulación, de mentiras y de políticas irresponsables que tergiversan nuestra realidad, seamos honestos.
La situación del país se resuelve con más y mejor educación.
La verdadera liberación y la auténtica revolución es el desarrollo del hombre a través del conocimiento libre.
La Universidad es libre y autónoma o no es Universidad.
En Mérida, a los diecisiete días del mes de junio del año dos mil trece, en un ayuno de doce horas en el patio central del Rectorado de la Universidad de Los Andes.