El 10 de septiembre de 2008 se iniciaba la actual gestión Rectoral encabezada por Mario Bonucci Rosini, quien en aquel entonces fue electo con una mayoría de votos histórica para ocupar el cargo durante los próximos 4 años de acuerdo con lo establecido en la ley, pero sobre todo, fiel a la tradición de alternancia del poder que ha caracterizado a la Universidad de Los Andes, sin embargo, el devenir de los acontecimientos cambiaron los planes haciendo que sea la persona que más tiempo ha permanecido al frente de la universidad después de Pedro Rincón Gutiérrez.
Tras 11 años ejerciendo el cargo de Rector, Mario Bonucci reflexiona sobre el significado de este hecho. Son muchas las cosas que han cambiado en el país desde 2008, cambios de los que las universidades autónomas venezolanas no han escapado, todos marcados por la profundización de una crisis compleja que impacta a la sociedad en todos los aspectos, evidenciado entre otras cosas en la caída del PIB, un significativo aumento de la conflictividad social y la polarización política, así como la depauperación de la calidad de vida del venezolano con especial acento en alimentación y salud, la inflación más alta del mundo que ha llevado a la virtual desaparición de la moneda, produciendo todo ello una diáspora sin precedentes en el continente americano, al punto que difícilmente exista en Venezuela una familia de la que no haya emigrado un integrante en búsqueda de mejores oportunidades.
En este contexto el Rector Mario Bonucci señala que para comprender la historia reciente de las universidades autónomas venezolanas es necesario tener claro su rol en la sociedad, “una universidad forma profesionales pero sobre todo forma ciudadanos, es decir, personas con bases éticas y morales que difícilmente asumen de manera sumisa la injusticia, el atropello o el totalitarismo”. Bonucci agrega que ha sido una constante de los regímenes de corte totalitario el tratar de acabar con el libre pensamiento propio de las universidades, “cuando un régimen controla el pensamiento crítico de las universidades acaba con ellas, convirtiéndolas en un cascarón vacío que sólo sirve para el adoctrinamiento”.
Para Bonucci desde el comienzo de la llamada “revolución bolivariana” ha sido un punto de honor la ideologización de las universidades, sin embargo, tras dos décadas de lo que describe como “desmontaje institucional” esto no fue posible por lo que cambiaron el método por la asfixia presupuestaria, “el régimen siempre fue minoría en las universidades autónomas y hoy en día podría decirse que no existe como fuerza política, es decir, por la vía de elecciones legales jamás podrán ocupar el poder, de allí surge la asfixia presupuestaria que ha destruido nuestra infraestructura y empujado a los universitarios al hambre y la enfermedad, y así a la necesidad de buscar otras vías para su sobrevivencia”.
La Universidad Herida
El Rector no deja de reconocer que la universidad se encuentra seriamente herida en múltiples aspectos, heridas que a su juicio “sólo sanarán con la unión de los universitarios y de los ciudadanos en general”.
El sistema universitario venezolano se ha visto afectado además por la creación de universidades a través del programa Alma Mater para disminuir el peso de las universidades autónomas, “han creado universidades con un enfoque político, en las que sus autoridades son impuestas a dedo por el ministro de turno. Obviamente estás instituciones distan mucho de las autónomas tradicionales».
Además durante los últimos años varias universidades han sufrido intervenciones mediante la imposición de autoridades, contraviniendo el Artículo 109 de la Constitución Nacional, se les ha impuesto un sistema de admisión divorciado de la realidad, se ha reducido el presupuesto de manera dramática hasta llegar al punto en donde el mismo no existe en la práctica, pero además se ha implantado un sistema de salarios de miseria que ha producido una diáspora mucho mayor de la que se aprecia en cualquier otro sector.
Bonucci explica que estas políticas han producido un daño profundo, “los salarios actuales son una burla, una patada al mérito, evidencia de la valoración que dan al conocimiento, pero además, cuando sacas a patadas a buscar oportunidades a profesionales que se han formado con mística y calidad estás causando un daño patrimonial, porque se trata de la riqueza intelectual que permitirá generar más desarrollo y riqueza para el país; sin riqueza intelectual no podremos ser libres jamás pues dependemos de otros para resolver nuestros problemas”.
Ser universitarios, el punto de encuentro
Considerando todo lo anterior, el Rector Mario Bonucci afirma que el logro más importante a lo largo de estos 11 años es haber mantenido una universidad de puertas abiertas “a pesar de todas las agresiones de los entes externos y de coexistir con candidatos de oficio, mezquindades, enemigos internos que imaginan que es posible pactar desde la sumisión”.
Para el Rector Bonucci las universidades autónomas venezolanas se han convertido en ejemplo de resistencia y perseverancia, “se han cometido errores, sin embargo, las universidades siguen en pie formando profesionales de calidad y ciudadanos comprometidos con la democracia y la libertad, mientras esa semilla exista en el espíritu de los venezolanos hay esperanza del renacer de una mejor sociedad y del rescate del país”.
Bonucci destaca que la universidad se ha mantenido abierta, graduando alrededor de 6mil personas al año, generando conocimiento y figurando en algunos rankings internacionales, siendo espacio de formación de personas libres intelectualmente, libres pensadores, siendo el espacio para el encuentro y el desencuentro de ideas, espacio desde el cual se seguirá señalando la necesidad de un cambio de gobierno.
En lo personal, Mario Bonucci califica como un honor haber ocupado el Rectorado durante 11 años en las circunstancias actuales, destacando que es el mismo orgullo que deben sentir todos los universitarios que han resistido, “soy Rector, pero más allá del cargo, ser universitario cuando las circunstancias demandaron compromiso y fortaleza, es una emoción y un orgullo donde todos debemos encontrarnos; la historia recordará a quienes han mantenido a la universidad en pie como un reservorio de libertad, pero sobre todo, nuestra conciencia estará en paz y tranquilidad cuando las generaciones siguientes reflexionen sobre lo que todos hemos resistido para entregarles una universidad libre”.
Nuevos Retos
El Rector se refirió a los meses por venir frente a la nueva decisión del TSJ, a la que califica como «cuestionable y antijurídica», que determina la realización de elecciones de autoridades para los primeros meses de 2020. Bonucci alerta que se trata de un “Caballo de Troya”, que busca penetrar a las universidades para dividir a la comunidad discutiendo temas que son importantes pero que se vuelven irrelevantes frente al hambre y la miseria que está afectando a los venezolanos.
Frente a esto el Rector hace referencia a los 234 años de historia de la Universidad de Los Andes: “solemos llenarnos de orgullo exhibiendo nuestra antigüedad, pero vale preguntarnos qué hay más allá de eso. Esta universidad no habría sobrevivido tantos obstáculos durante tantos años de no haber sido por la determinación y la perseverancia de su gente, de hombres y mujeres que entendieron que la autonomía va más allá de una ley o de un artículo en la Constitución y asumieron que ésta es una actitud, es el accionar guiado por nuestros valores contra todo obstáculo, son nuestros valores como guía y fuente de energía para encarar el destino con la seguridad de haber hecho lo correcto”.
Finalmente Bonucci expresó su reconocimiento a los universitarios que no se han ido a pesar de las circunstancias y que siguen dando cada día lo mejor de sí para el funcionamiento de la ULA, «lo hacen por ética, por responsabilidad democrática con Venezuela».
De igual forma exaltó la presencia de los estudiantes como eje fundamental de nuestra institución, «siguen batallando dentro de ella a pesar que por la vía de los hechos la educación universitaria ha sido privatizada: nuestros estudiantes ya casi no cuentan con comedores universitarios, las unidades de transporte son tan obsoletas que no permiten un servicio continuo y adecuado, nos quedamos sin un sistema de ayudas para los que no poseen vivienda. A pesar de esto nuestros estudiantes siguen, junto con nuestros profesores y la ayuda de nuestros trabajadores construyendo académica. Nuestros estudiantes son un verdaderos héroes.»
(PrensaULA)