Por: Alex Vallenilla…
Avanza el final del régimen. La semana pasada comentaba al respecto, no es el final que muchos esperaban, pero final de todas maneras. En estos momentos Venezuela se ha convertido en un barril de pólvora, las colas de personas intentando conseguir dinero efectivo, las gigantescas colas en varias ciudades en las estaciones de servicio, por la escasez generalizada de gasolina, los altos precios de la comida, el desempleo, la crisis sanitaria, la falta de transporte público, todo eso es combustible para una explosión generalizada, un caos desatado en una situación sobrevenida que conduciría a eventos tipo “Cisne Negro”.
Lo primero que habría serían los motines del hambre, propiciados por la falta de comida y la escasez de dinero para comprar la poca que hay, eso sería en el primer trimestre de 2018. El régimen de Nicolás está rodeado internacionalmente, ahora más con el asunto del impago de deuda, de hecho está condenado en no poder surtirse de armas y equipos antimotines, lo que haría que una explosión social tome fuera de sus puestos a los altos jerarcas. Sólo falta quien agite a las masas, quien lidere, con fines de una rebelión a que la población se vuelque a las calles. Actualmente no aparece quien logre con liderazgo encender la mecha.
Todo lo anterior no lo quieren las potencias y las compañías petroleras que ya tienen “el todo por los cachos” y que ya casi tienen concretado el asunto de Venezuela, para convertir al país en una forma de democracia tutelada desde el extranjero y con dominio total sobre las reservas petroleras del país. Maduro ha sido el único capaz de garantizar tanto a gringos y a rusos, el acceso a las riquezas del subsuelo venezolano, sin que al pueblo le quede réditos, hoy Exxon Mobil controla el Esequibo, los rusos cambian Citgo por la Faja del Orinoco, mientras en los factores de oposición se da una pelea interna, Nicolás cuadra su impune huida con Occidente y rusos, que buscan acuerdos.
Es así como ahora surge la “negociación”, que no es diálogo. Lo que ocurriría en República Dominicana sería lo que el régimen siempre ha buscado, lograr que los factores de oposición acepten la huida. El problema es que no todos en el régimen tienen la posibilidad de irse impunes, las diferencias internas en la oposición son por la presidencia, además de que los factores extranjeros tienen a sus delfines, que se enfrentan internamente. Las diferencias en el PSUV, son porque allí nadie sabe quien terminará traicionando a quien, porque alguno de ellos tendrá que pagar toda la tragedia en que hundieron al país, para que en la transición haya paz y exista una sensación generalizada de justicia, o una transición así, no sería estable. Todos los jerarcas tienen su huida determinada, pero piden garantías que no se les persiga una vez entreguen el poder.
Para las potencias extranjeras, que tienen un objetivo en Venezuela, no puede ocurrir una explosión, o desencadenarse el estallido, porque la situación sobrevenida no ayudaría a que la transición, controlada por estos se logre, además tampoco sería garantía para que la banda oficialista huya de manera acordada. Es imperativo para las potencias extranjeras, las petroleras involucradas y los oficialistas, llegar a un acuerdo. No extraña que los voceros de Primero Justicia (Europa) y de Voluntad Popular (Estados Unidos), sean quienes estén promoviendo abiertamente la negociación en República Dominicana, al considerar que el sector de la MUD, que representa Acción Democrática (Sin tutelaje extranjero), fracasó en su intento de conquistar las 12 gobernaciones para las que tuvo candidatos y de las que sólo logró cuatro.
Las intrigas siguen, mientras el pueblo sufre la hambruna, si no llegan a un acuerdo y salida pronta, de la manera que sea, 2018 será un año infernal.
@alexvallenilla