Mérida azotada por apagones, falta de agua, e insalubridad

Ayer fue un día catastrófico para gran parte de los venezolanos .Nuestra Mérida estuvo cerca de 15 horas sin luz con las nefastas y frustrantes consecuencias que esta situación acarrea. Los apagones, que nunca se han ido pero que se habían reducido en intensidad, volvieron con inusitada fuerza para causar un caos en todos los aspectos de la vida de cada uno de nosotros: la fallas en la energía eléctrica, sentidas y sufridas en muchos estados del país, causaron desasosiego, malestar, frustración y una frase común “Dios mío hasta cuándo? empresas ,comercios, ciudadano común, niñas, niños, se vieron afectados y vulnerables ante la oscuridad que reinó y se instaló en todos los lugares.

Desde hace algún tiempo C.C viene haciéndole un seguimiento al tema de la electricidad y plasmó las declaraciones de expertos relacionados con el sector quienes hicieron un diagnóstico muy claro de lo que podría pasar en el corto plazo, si no se tomaban las acciones urgentes y necesarias para evitar una crisis mayor. El ingeniero Winston Cavas,(marzo 2018) presidente de la Asociación Venezolana de Ingenieros Electricistas y Mecánicos reiteró en una entrevista radial que “el problema del sector eléctrico del país es muy grave, y que llegó para quedarse .Los trabajos que se deben realizar son  arduo y tiene muchos aspecto a ser tomados en cuenta : hay que hacer mantenimiento, hay que incorporar nuevas centrales ,hay que recuperar, reparar entre 60 y 70 por ciento de las centrales hidroeléctricas y termoeléctricas Muchos equipos entraron en obsolescencia, es decir,  ya cumplieron su vida útil, y en los actuales momentos ,todavía no se ha hecho una política agresiva de sustitución de dichos componentes , por todas estas razones hay que declarar una “emergencia en el sector eléctrico del país”, no para cometer los errores del pasado, sino para hacerlo bien, en pro de la nación . En su momento, el Colegio de Ingenieros hizo un llamado al gobierno nacional, sin ánimo de polemizar, sino de ayudar,  “a que asumamos con sentido patriótico, el gran reto de adecuar el Sistema Eléctrico Nacional a los requerimientos de la población”. Sin embargo, y por lo que está sucediendo pareciera que estas reuniones o estas acciones conjuntas no se lograron, y he aquí los resultados.

La tragedia de falta de agua potable.

Aunado a los constantes apagones están las fallas en el servicio de agua potable. Sea por “situaciones climáticas o por incapacidad de los encargados del suministro o por ambas razones, estar sin agua es una verdadera tragedia porque perturba enormemente la vida de los ciudadanos.

Nuestro principal centro de atención hospitalaria este 16 de octubre, vivió uno de sus momentos más aciagos. Los apagones, intensos, devastadores, dejaron sin electricidad a gran parte del hospital. Afortunadamente y como lo expresó la directora del mismo -Estrella Uzcateguí- la planta eléctrica con la cual cuentan, logró atender áreas cruciales – sin embargo se vivieron horas de terror: pasillos oscuros, iluminación intermitente, imposibilidad de hacer las operaciones pautadas. Como si fuera poco, el IHULA no tiene agua. La empresa encargada del suministro del vital líquido, Aguas de Mérida, ante los constantes llamados de auxilio del personal hospitalario contestó escuetamente: “no hay camiones cisternas para llevar agua al hospital” y nos preguntamos cómo es posible que no se hagan todos los esfuerzos para buscar soluciones inmediatas, tratándose del  IHULA que atiende, a casi toda la población de Mérida y zonas aledañas. Hubo todo tipo de emergencias- según refiere uno de los profesionales de la salud- desde pié diabéticos que requerían cuidados y limpieza, pasando por muchos casos de asma, heridos, entre otros Se desató un pandemónium ante la mirada indolente y cómplice de quienes deben velar por la salud de la población.

Todos los estados del país, están sufriendo muchas calamidades: sin electricidad no se puede trabajar, los servicios de telefonía tanto fija como móvil, no funcionan, ni qué decir de internet. Sin agua, sencillamente, no es posible vivir. La basura se acumula en cualquier rincón con sus nefastas consecuencias, la inseguridad campea y acecha en cualquier esquina infringiendo dolor a quien ataca. Esta es,  someramente, la radiografía de una nación que ya no soporta más vejaciones, pero que tampoco sabe cómo ni a quien pedir soluciones y respuestas.

El país está cada vez más colapsado. Hacer cualquier diligencia o trámite, se ha convertido en una odisea. Analicemos, informémonos, para tener argumentos a la hora de hacer valer nuestros derechos como ciudadanos. Y que vuelva la luz, el agua y la paz social  a toda Venezuela.

A.E. C.C.