A la perenne penuria que viven y conviven los merideños por la extrema deficiencia de sus elementales servicios básicos públicos, se le suma ahora, la inseguridad que prevalece en horas de la noche, por la falta de patrullaje policial como por la burla que sufren por parte de los entes de seguridad y protección del estado, que no atienden con la prontitud requerida, las emergencias que por determinada circunstancia, pudieran generarse en cualquier sector residencial de la ciudad de Mérida, capital del municipio Libertador del estado homónimo.
Se da el caso, que motivado a los constantes bajones y cortes de la energía eléctrica, en algunos sectores populares de Mérida, se han producido cortos circuitos en el cableado que surte la luz, los vecinos llaman al teléfono de emergencia de Corpoelec, el operador que responde, a duras penas expresa que enviarán las cuadrillas, que jamás llegan y después de la media noche, no atienden las llamadas.
Mérida está desprotegida en horas de la noche. Si se requiere de la presencia policial, esta no aparece; si se llama a Corpoelec para reportar un cortocircuito que pone en peligro a viviendas y sus ocupantes, menos aparecen y si se llama al 191, toman el reporte, no hay la respuesta esperada, la situación es por demás preocupante, por lo que el llamado público, es al Gobernador del estado, a que investigue que sucede con los funcionarios que por la noche cumplen guardia para atender las emergencias que pudieran suscitarse, en determinado momento, porque no lo hacen como debiera ser, pareciera poco importarles lo que suceda, duermen acobijados en la irresponsabilidad que ya les caracteriza.
Así estamos en Mérida, desprotegida durante las horas nocturnas, los organismos del Estado que deben protegerla, no lo hacen, no acuden al llamado de emergencia, se burlan de los merideños, contribuyen lamentablemente, sin pecar de exageración, a la inseguridad total (Giovanni Cegarra, CNP. 2229).
06-05-2022