En Mérida la escasez de medicamentos e insumos se agudiza en los centros de salud

La escasez de medicamentos e insumos así como equipos dañados de hace varios años, es el panorama que se vive cotidianamente en los principales centros asistenciales de la ciudad de Mérida, tales como el Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes y el Hospital Sor Juana Inés de la Cruz, donde el personal médico y de enfermería que labora allí realmente hace “milagros” para atender a la colectividad.

Los pacientes que acuden a estos centros de salud denuncian que la escasez de medicamentos e insumos es imperante, afirmando que casi siempre deben adquirirlos por su cuenta a precios elevados en el mercado negro debido a que no hay existencia en las farmacias ni establecimientos que expenden estos insumos, generando que el tratamiento a ciertas patologías se dificulte en sobremanera para aquellos que a duras penas tienen para alimentarse.

Hablar de exámenes especializados de laboratorio, radiologías o tomografías resulta impensable debido a que casi ningún centro de salud publica en la entidad andina posee estos equipos y si existen, se encuentran dañados y no han sido reparados como es el caso del Hospital Universitario de Los Andes, donde los médicos especialistas han denunciado que el tomógrafo posee 9 años dañado y las autoridades regionales aseguran no disponer de recursos para su reparación debido al alto costo que supone.

Además obligando a quienes ingresan a ortopedia o traumatología por diversas circunstancias deban acudir a centros privados para realizarse estos estudios pero precios exorbitantes que parten desde 40 mil bolívares sin tomar en cuenta demás aspectos necesarios como el traslado y logística, dependiendo del estado en que se encuentra el paciente al que se va a realizar estos estudios clínicos ya que si no posee movilización propia este costo puede aumentar considerablemente.

A toda esta problemática, se le adhiere el deteriorado estado en el que se encuentra la infraestructura de estos centros asistenciales que padecen visibles filtraciones, los ascensores no se encuentran operativos en su totalidad en el caso del Iahula, algunos pasillos no cuentan con la luminaria adecuada, además del mal estado en el que se encuentran algunos baños dentro del Iahula.

Los altos niveles de delincuencia e inseguridad, mantienen en al personal que allí labora en una constante zozobra debido a que constantemente son víctimas de robos y atracos.

El sector salud no ha sido inmune a la debacle económica y social que atraviesa el país debido a través de la crisis que actualmente se suscita en este sector, se reflejan los resultados de las políticas que ha implementando el gobierno Nacional durante los últimos 18 años, las cuales solo han desmejorado la calidad de vida de los venezolanos y les ha sido cercenado el acceso a una salud gratuita y de calidad. Emmanuel Gil – Practicante UNICA