Como un abuso y falta de seriedad tildan los merideños la situación de los “cortes eléctricos programados”. En los últimos días hemos sufrido una suerte de desorden tan grande que pasamos de días completos en los que no se va la luz, hasta otros, en los que se va por 2 horas y otros hasta por 8 horas.
Raúl Sánchez,exclama ” Dios mío, esto es el colmo. En Corpoelec, no saben dónde están parados. Anuncian un cronograma, y no lo cumplen, y aunque no es el deber ser, al menos, uno, si sabe cuándo la quitan, se prepara. Ahora, vivimos a la espera de cuándo se irá, y esto es una agonía, de verdad.Sabemos que el problema es difícil de resolver, y no es como reitera el Ministro Motta Domínguez, que los embálese están secos. No ¡qué va! Ha llovido y bastante. Entonces, que sean serios y digan la verdad, capaz que, como somos un manso pueblo, les damos un voto de confianza.
El impacto de los constantes apagones en el Estado, es algo que causa alarma y preocupación. Todos sabemos lo que cuesta ahora un electrodoméstico, un bombillo, estamos hablando de millones de bolívares y quién en las actuales circunstancias puede reponer un artefacto que se le descomponga por culpa de los cortes.
A mí se me descompuso el router y la computadora está presentando fallas-explica Julio González- yo sé que es por los constantes apagones. Si uno supiera los horarios como se suponía que se iban a cumplir, uno tomaría sus medidas para prevenir ¿Quién me va a pagar la reparación de mis cosas? se pregunta indignado, este joven profesional, y tiene toda la razón.
Nos hacemos eco del clamor de los merideños para que haya reglas claras en cuanto a los cortes de electricidad. Vivir a oscuras, también es una violación a los derechos humanos porque la falta de luz interfiere negativamente en todos los aspectos de la vida.
Arinda Engelke.