Omisión y cuento

Por: Germán Rodríguez Bustamante…

De acuerdo a la constitución vigente el ejecutivo dentro de los diez primeros días siguientes a la instalación de la Asamblea Nacional, en sesiones ordinarias, el Presidente o Presidenta de la Republica presentará cada año personalmente, a la Asamblea Nacional (AN) un  mensaje en que dará cuenta de los aspectos políticos, económicos, sociales y administrativos de su gestión durante el año inmediatamente anterior. Lo cual significa impartir una lección, suponer, declarar, conceder, hacer memoria, y realizar cálculo u operación aritmética o pliego de papel en que está escrita alguna razón compuesta de varias partidas, que al fin se suman y restan.

Obligación que Maduro eludió desde el año 2.016 hasta el 2.020, para evitar el control parlamentario de su gestión. Quien ejerza la Presidencia está obligado por la Constitución a entregar un documento, en el cual explique el resultado de su mandato en materia económica, social y administrativa. Cuenta que también le corresponde a la presidencia interina. El régimen luego de fundir una asamblea, Maduro se presentó ante la jauría mutada de constituyente a parlamento, para entregar supuestamente el éxito de su gestión durante el año 2.020. El escenario fue propicio para mostrar una absoluta amnesia sobre los problemas y vicisitudes que padece el pueblo venezolano. La cuenta se convirtió en un cuento fantasioso sobre realidades inexistentes. A pesar de su condición de usurpador, lo cierto es que quien ejecute el poder así sea fraudulento debe rendir cuentas al País, por los recursos públicos manejados. El presupuesto 2.020 fue elaborado y presentado ante la Constituyente, parapeto que a pesar de contar con más 500 integrantes no tienen las comisiones encargadas del control presupuestario.

El plan operativo anual  es una herramienta obligatoria, que el responsable de la hacienda pública debe cumplir. Los objetivos establecidos en el mismo y la ruta para alcanzarlos requieren de evaluaciones continuas, para poder establecer con claridad las causas que afectaron su incumplimiento. El presupuesto público anual es la cuantificación de esos objetivos y metas, la comparecencia en la AN por obligación constitucional, es el momento para que le explique al país, porque los resultados obtenidos estuvieron alejados de lo estimado. La estimación de inflación del año estuvo muy por debajo del resultado final, métrica cercana al 4.000 %, pulverizo los ingresos de los sectores asalariados, y los condeno a la miseria. Los incrementos salariales inconsultos y unilaterales terminaron de precarizar el salario e informalizar la economía. Los ciudadanos esperamos respuestas y explicaciones sobre los resultados desastrosos de la gestión, el país de las maravillas descrito por Maduro, solo existe en la burbuja de protección de la elite gobernante y sus operadores o testaferros criollos.

La referencia numérica realizada por Maduro acerca de los niveles de pobreza del 17 % y de pobreza extrema del 4 %, contradice los estudios reflejados en la encuesta de condiciones de vida (ENCOVI) para el 2.020. Como se puede hablar de eso niveles de pobreza cuando el ingreso promedio del venezolano está por debajo de un dólar diario. Es un insulto para una población que presenta interrupciones permanentes de servicios básicos, como agua potable y luz eléctrica, adicional de las restricciones de gas doméstico, combustible y por añadidura transporte público. Caída del PIB del 30 % en el año de acuerdo a la CEPAL, muy por arriba del 7,30 % que decreció la región. No son cuentos asociados a la guerra económica y al cerco financiero internacional, es la pésima gestión del régimen que  condeno al 80 % de la población a la pobreza y al 76 % a la pobreza extrema. Venezuela durante el 2.020 dejó de parecerse a América Latina y es más parecida al continente africano de épocas pasadas.

De forma deliberada no se habló de la destrucción de PDVSA, la hiperinflación, de la dolarización permitida, de la desnutrición infantil, de la violación de derechos humanos ejecutadas por organismos de seguridad del Estado y de la baja productividad de la Nación en su conjunto. Simplemente se mostraron cifras sacadas de forma aislada, sin establecerse las correlaciones que existen entre los planes y el presupuesto nacional. Un ejercicio de retórica intrascendente, narrativa para esquivar responsabilidades, mucho cuento y poca cuenta.

El plan para mitigar los impactos del COVID-19, fue enarbolado como una de las banderas que muestran el éxito del régimen en año 2.020. Estadísticas manipuladas y la centralización de las pruebas PCR, producen mucha suspicacia acerca de las cifras mostradas. En definitiva la pandemia llego a Venezuela en el 2.020 y fue utilizada por el régimen para el control social de la población, inicialmente con la encuesta para el despistaje del sistema patria, luego el plan 7X7 y la flexibilización extendida de diciembre. Las academias de ciencias físicas, matemáticas y naturales, elaboraron informes referidos a los riesgos derivados de las medidas de control implementadas por el régimen. Esto produjo una reacción iracunda de personajes del régimen, quienes amenazaron con medidas judiciales. Las proyecciones de modelos matemáticos aplicados por las academias, a partir de datos de infecciones respiratorias difieren en el número de casos nuevos que se producen diariamente. Decisiones de control sanitario, diferidas por prioridades políticas electorales. El sarao decembrino se avecina en trasnochos contagiosos a inicios del 2.021. El régimen aunque le cueste debe reconocer la ruina de país, como consecuencia de sus políticas y la pobre gestión instrumentada. La realidad  presente requiere un gobierno de salvación nacional, con la presencia de todos los actores y sectores.

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