Participación activa de los jóvenes en la formulación de políticas públicas desde un enfoque de derechos humanos

La participación de los jóvenes en las políticas públicas es esencial para el desarrollo de las sociedades democráticas. En Venezuela a raíz de la crisis humanitaria compleja que se vive desde hace varios años es crucial la búsqueda de soluciones innovadoras y sostenibles, por ello, las ideas y el compromiso de los jóvenes representan un recurso invaluable para la transformación social.

Los jóvenes representan una porción significativa de la población mundial y, por ende, su voz debería ser parte integral de las decisiones que afectan su presente y su futuro. La participación activa en las políticas públicas no solo permite que sus intereses sean representados, sino que también fomenta una mayor inclusión social, fortalece la democracia y genera soluciones más creativas y adaptadas a las necesidades contemporáneas.

Sin embargo, a menudo los jóvenes enfrentan barreras para involucrarse en los procesos de toma de decisiones. Entre estas se encuentran la falta de espacios de participación, la percepción de que sus opiniones no son valoradas y la desconfianza hacia las instituciones. Estas limitaciones refuerzan la necesidad de promover canales accesibles y efectivos para su participación.

En el ámbito académico la participación de los jóvenes en organizaciones estudiantiles pudieran ser espacios para adquirir experiencia en liderazgo y gestión de proyectos, ya que las perspectivas juveniles suelen ser innovadoras y menos limitadas por paradigmas tradicionales. Involucrar a los jóvenes en estos espacios fomenta una mayor conexión entre generaciones y promueve la cohesión social.

El enfoque de derechos humanos en las políticas públicas dirigidas a las juventudes implica reconocer a los jóvenes como sujetos de derechos y garantizar su acceso pleno a oportunidades que les permitan desarrollarse integralmente. Esto incluye la promoción de derechos fundamentales como la educación de calidad, el empleo digno, la salud integral, y la participación activa en los procesos democráticos.

Las políticas públicas con este enfoque deben ser inclusivas, equitativas y centradas en las necesidades específicas de las juventudes, reconociendo su diversidad en términos de género, etnicidad, orientación sexual, y situación socioeconómica. Además, es fundamental fomentar mecanismos de participación efectiva donde los jóvenes puedan expresar sus opiniones y co-crear soluciones para los desafíos que enfrentan.

Instrumentos como la garantía de espacios de consulta, la creación de programas que integren sus perspectivas, y el fortalecimiento de las capacidades juveniles son esenciales para construir sociedades más democráticas y justas. Este enfoque también requiere un compromiso estatal con la erradicación de la violencia, la discriminación y otras formas de exclusión que afectan a las juventudes.

En este sentido, la participación de los jóvenes en las políticas públicas es una herramienta clave para garantizar su bienestar y empoderamiento. Estas políticas no solo fortalecen a las juventudes como agentes de cambio, sino que también promueven sociedades más inclusivas, solidarias y comprometidas con el respeto a los derechos fundamentales de todas las personas.

Por tanto, los gobiernos, las instituciones y las organizaciones de la sociedad civil tienen la responsabilidad de crear ambientes propicios para que los jóvenes se involucren y participen.

Pltga. Angélica Villamizar

Investigadora en Ciencias Sociales  IIES-ULA

06-04-2025